En medio tanta incertidumbre, chicos y chicas de todo el país cuentan sus deseos, sueños y proyectos para un futuro del que quieren ser protagonistas.
Por Ezequiel Herrero y Santiago Valdemoros
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¿Qué es lo que más extrañás hacer? ¿Qué te preocupa? ¿Qué planes se interrumpieron por la pandemia? Y lo más importante: ¿qué sueños y proyectos tenés para el futuro?
Conversamos sobre estos temas con algunos chicos y chicas de todo el país que están terminando el secundario o cursando el primer año de los estudios superiores. En medio de la incertidumbre propia de una etapa vital que invita a proyectarse, y con un contexto que lo hace todavía más difícil, los jóvenes y sus sueños nos recuerdan que hay un futuro y que podemos construirlo juntos.
“Quiero estudiar educación especial con orientación en sordos e hipoacúsicos. Doy catequesis para chicos con discapacidad auditiva y la mejor manera de ayudarlos es capacitándome.
Espero con ansias es que se mejore toda la situación, porque muchas familias están pasando una situación muy precaria. Y también espero volver a ver a mi familia, volver al oratorio, a la catequesis, a matear y a caminar por los barrios. Pero por otra parte, ahora puedo decir: ‘Ma, tomemos un mate, y contame cómo te fue en el día’. O ayudarla a mi hermana con las tareas”.
“Esta pandemia me llevó a reflexionar sobre las condiciones en las que vivimos y también acerca del futuro que nos espera si no tomamos medidas que nos lleven a mejorar las condiciones medioambientales. Lo que más extraño es compartir en el patio, en la escuela, con mis amigos. Estoy ansioso por juntarnos en el parque a compartir qué tal va el día.
Para el año que viene espero poder dedicarme más a lo que me gusta, que es la asistencia social, y a resolver problemáticas como la desigualdad”.
“Este iba a ser mi primer año en la facultad y animando en Mallín y no es lo mismo hacerlo virtualmente. Este año me rompió los esquemas, pero al final me ayudó a encontrarme conmigo misma, a valorar un montón de cosas.
Cuando termine el aislamiento lo primero que haría es ver a mis amigos, a mi novio, a mis compañeros de comunidad y poder darles un abrazo infinito.
Algunos planes para un futuro serían rendir un examen internacional de portugués, comenzar a practicar alguna danza, seguir animando, crecer en la carrera; y en un futuro más lejano, poder recibirme, hacer y trabajar de lo que me gusta, y seguir colaborando con el carisma salesiano. Tengo el proyecto de formar una familia, quiero viajar por muchos lugares… siempre estando dispuesta a los planes y la voluntad de Dios”.
“Una cosa que extraño mucho es juntarme con amigos. Uno puede hablar por celular, hacer una videollamada, pero el contacto es distinto.
También juego al basquet desde que soy chiquito, y la verdad nunca estuve tanto tiempo sin jugar. Es raro, porque una parte de mi vida está dedicada a eso.
La pandemia te saca un poco los proyectos, y uno no piensa tanto a largo plazo. El único objetivo que veo posible ahora es seguir con la facultad. Pero también me gustaría aprender cosas que puedan complementar mi futura carrera laboral, como algún curso de programación o mejorar mi inglés”.
«Este primer año en la universidad tenía ganas de empezar con todo: seguir con hockey, empezar clases de teatro, yoga y ser animadora en el oratorio. Sin embargo, sólo pude cumplir con el ‘oratorio online’ que, a pesar de la distancia y la virtualidad, disfruto mucho.
Quisiera poder hacer lo que hacía antes de marzo, como ir a bailar o salir a tomar mates. Estamos ya varios meses con incertidumbres, pero vas viviendo el día a día. Ya estamos medio acostumbrados… ¡y va a ser raro cuando vuelva a ser todo normal!”
“El futuro siempre es incierto. Nunca sabemos lo que va a pasar. Pero ahora tenemos como ‘excusa’ la pandemia. Yo aprendí y valoré un montón de cosas por la pandemia.. Soy de querer controlarlo todo y que salga todo perfecto. Pero aprendí a valorar las cosas sencillas.
El año que viene tiene mucha incertidumbre, dependiendo la carrera que elija tendré que cambiar de provincia o de ciudad. Es un cambio de vida grande. Quiero poder acostumbrarme y crecer en vínculos y experiencias. Y lo que más ansío cuando pase todo esto es poder encontrarme con amigos y familiares que no he podido ver y festejar cosas que no pudimos por la pandemia”.
“Sueño con volver al grupo, a los Exploradores. Estar con los chicos jugando. Y el año que viene arrancar la facultad, Ciencias Económicas.
Si bien tuve que interrumpir la vivencia de este último año de secundaria, valoro el tiempo de calidad que pasé con mi familia. Antes no nos veíamos hasta la noche, y ahora pasamos todo el día juntos”.
“Si bien no me interrumpió por completo el estudio, me atrasó bastante. Pero estar acá en mi casa me proporcionó muchas cosas positivas, como estar cerca de mi familia. Ni bien vuelva la ‘normalidad’ quiero volver al oratorio, ver a mis amigos y amigas…
Uno de mis sueños es ingresar a Medicina y poder ser cirujana. Espero que mi conocimiento, dedicación y tiempo sanen a muchas personas. También quiero participar de algún oratorio o fundación sin fines de lucro como lo hago actualmente. Y ser económicamente independiente para poder viajar y conocer lugares”.
“Esta pandemia interrumpió las mañanas en mi querido colegio, las risas y los abrazos con mis amigos, el ‘hasta siempre’ que le tenía guardado a la escuela que me vio crecer.
Pero todo es circunstancial, todo pasa. Y soñar es aquello que nos mantiene vivos, mientras que ser fieles a nuestros sueños es lo que nos hace vivir, poniéndonos en movimiento.
Espero el año que viene mudarme a Buenos Aires para empezar a estudiar allá”.
“Iba todas las tardes caminando hasta el oratorio, era lo que más disfrutaba y también tomar mate con amigas.
Sueño ir de viaje a donde sea, un viaje con mochilita y mis amigas. Y realizar un ropero comunitario y una huerta acá en el barrio donde estoy.
También sueño con realizar un viaje a Córdoba para conocer a las Hijas de María Auxiliadora: su vida me llama muchísimo la atención. Y estudiar en la universidad”
“Lo que extraño es ir los viernes y sábados a los grupos. Era algo que me distendía mucho. Mis planes son poder terminar la facultad y trabajar de lo que estudié, como también formarme y crecer como persona íntegra, y siempre estar acompañando a los grupos salesianos, que me apasiona”.
BOLETÍN SALESIANO – SEPTIEMBRE 2020