Nada es definitivo: todo se transforma

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Principio o fin, oscuridad o sombras, pobre o rico, furia o desenfado, muerte o vida…

Juego de opuestos y continuados. Simetría es un corto realizado por un programa de radio estadounidense llamado Radiolab. El concepto es simple: con una pantalla dividida en dos, y partiendo de una sucesión de imágenes con una duración de aproximadamente tres minutos, se nos invita a pensar, de una manera creativa y accesible, sobre la conexión de los elementos y la consecuencia de nuestros actos.

Venimos de un tiempo pascual, de conmemorar ese caminar con la cruz hacia la muerte, para luego contemplar maravillados que ha sido vencida por la Vida. Un nuevo sustento nos lleva a pensar que no existe ni existirá una cosa sin la otra. Una nube en el cielo, un espejo de agua que se forma al haberse derramado la última gota… y así finalmente descubrir un nuevo sol que nace con fuerza en el horizonte, detrás de esas mismas nubes…

Simetría nos invita, con imágenes que impactan, a visualizar lo dual y complementario de todo y todos los que nos rodean. Muchas veces nos cuesta hacer una interpretación de lo que pasa. Simplemente nos quedamos con la mirada de un hecho o una circunstancia y no logramos, o no nos animamos, a conectarla con su todo: con su totalidad, ver el otro lado de las cosas. En Simetría reconocemos la continuidad, la prolongación. Nada parece estar aislado: cada imagen tiene su par; cada acción, su consecuencia. Nada termina en sí mismo; siempre hay más.

Si tan sólo descubriésemos que cada instante nos lleva a otro jamás soñado que ya está allí, que lo opuesto en muchas ocasiones es lo que nos asemeja, y que lo que nos asemeja, simplemente se distancia en lo presente, pero se recrea con fuerza en lo futuro…

¿Cuál es la diferencia entre un niño que se vuelve adulto para luego, ya anciano, ser nuevamente como niño? ¿Cuál es la diferencia entre un final que retorna y nos entrega un nuevo comienzo? Tan sólo y simplemente el punto de vista del espectador…

¿Y qué pasa cuando ya no se nos permite, o no nos permitimos —por situación vital, tiempo, coyuntura— entendernos como protagonistas de lo que nos sucede y no como meros espectadores? ¿No será que nos falta mirar distinto eso que miramos? ¿Por qué no recordar siempre que en todo hay su opuesto, que cada elemento tiene su continuado?. Quien hoy no  puede, tal vez mañana sí…

Una frase dice que hay tantas verdades como ojos que miran esa misma verdad, tantos hechos como interpretaciones. Simetría, como simple disparador, es la posibilidad de entender que la perspectiva es lo que nos da la riqueza de contemplar de modo diverso la misma cosa. Contemplarlas ya no desde la individualidad sino desde el latente complemento de aquello que, aunque en ocasiones puede resultarnos ajeno, ya está.

Por Zamira Montaldi y Federico Alustiza • zmontaldi@yahoo.com.ar

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Para reflexionar:
¿Cómo ves lo que ves?
 ¿Te cuesta reconocer que cada elemento tiene su continuidad, que nada termina en si mismo? Principio o fin, oscuridad o sombras, pobre o rico, furia o desenfado, muerte o vida… ¿Cuáles son los opuestos y continuados de tu vida?

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