Por Inés Fornés
formesines@gmail.com
Encanto
Realización: Jared Bush
Disponible en Disney+ (2021)
“Es mi familia, constelación perfecta. El mundo encantan con su brillo personal”, dice una de las canciones de la película Encanto. La historia en principio cuenta la historia de una joven que busca “encajar” dentro de su familia. Pero cuando hacemos un análisis más profundo, como nos pasa con la vida y las personas, encontramos algunas ideas con mayor densidad.
Las relaciones son complejas porque sus entramados no son lineales y lo que pensamos de alguien cambia cuando nos animamos a mirar más allá. La joven Mirabel pertenece a los Madrigal y en esa familia cada miembro recibe, a determinada edad, un don mágico. No se sabe bien por qué, y ahí se esconde parte del argumento de la historia, pero nuestra protagonista no recibe ninguno.
Es fácil encariñarse con ella, es alegre y servicial, pero por dentro sufre una profunda tristeza. ¿Cuántos de nuestros jóvenes hacen este mismo proceso y en un intento por “encajar” se esfuerzan por ser mirados? Las redes sociales se ven plagadas de una supuesta felicidad aunque sabemos del sufrimiento detrás de esa alegría forzada.
En su dolor, Mirabel, no puede ver más allá de lo obvio. Para ella su familia tiene todo resuelto. Sin embargo, en su búsqueda de encontrar su propio valor, su presencia incomoda, se mete ahí donde la familia no quiere mirar, y comienza a comprender que no es la única que sufre. Algunos lo hacen por temor a perder lo ganado con sacrificio y otros por miedo a no cumplir con las expectativas impuestas.
Mirabel es esa joven que, sin quererlo, nos lleva a indagar más hondo. A través de su sentir fracturado hace visibles otras grietas, las de su familia, más imperceptibles, pero que duelen igual.
El “encanto” de los jóvenes es poner en evidencia las cargas impuestas por generaciones que es necesario revisar y sanar. No hay familias perfectas, quizás asumiendo esa imperfección nos atrevamos a transitar nuevos senderos.
“La magia no es un don, la magia eres tú” reza la canción final, y es que cuando abrimos los ojos, se hace presente el milagro de la vida. Don Bosco nos invita a mirar a cada joven como un don único, así como es y como viene.
BOLETÍN SALESIANO – MARZO 2022