El proyecto “Nuestra Casa Común”, una oportunidad para mejorar la gestión de los residuos.
Oficina de Planificación y Desarrollo de Argentina Sur.
Desde hace varios meses distintas Casas Salesianas de la Inspectoría Argentina Sur se encuentran involucradas en el proyecto “Nuestra Casa Común”. El mismo apunta a fortalecer la concientización, la capacitación y la búsqueda de soluciones concretas para el cuidado del ambiente a partir del liderazgo de chicos y chicas.
El proyecto, que cuenta apoyo de la Procura Salesiana de Suiza, forma parte del Compromiso Casa Común, asumido en 2019 y motivado por la encíclica Laudato Si donde el Papa Francisco recuerda el carácter transversal e integral de la temática, haciéndonos reflexionar sobre la importancia de ser custodios de la creación y de cómo el grito de la tierra es también el grito de los pobres.
En ese marco, un grupo de Casas Salesianas de Argentina Sur están buscando reducir el impacto ambiental negativo propio y en sus entornos a través de un Procedimiento Interno de Gestión de Residuos (PIGRES) consensuado. Ellas son San Francisco de Sales, Santa Catalina y Nuestra Señora de los Remedios, en la Ciudad de Buenos Aires; Oratorio Centenario Don Bosco, de Avellaneda; y Juan Segundo Fernádez, de San Isidro.
“El manejo interno de los residuos representa el principal impacto ambiental asociado al funcionamiento de estas obras, con muchas oportunidades de mejora”, explica Alejandro Falcó, ingeniero, asesor y facilitador del proyecto. Para mejorar la gestión de los residuos, era necesario establecer criterios para la separación en origen, definir los lugares donde pueda colocarse cada tipo de residuos, la forma de comunicar y educar a toda la comunidad de cada Casa, la forma en que debían proceder los empleados de maestranza, entre otros aspectos a considerar.
Alejandro cuenta que la mejor forma de ordenar todo esto en instituciones es establecer procedimientos que sean claros, que todos conozcan y respeten, y que prevea la forma de ir identificando errores y mejorarlos con el tiempo. “El primer paso fue explicar y convencer a los directivos y líderes ambientales sobre la conveniencia de poner por escrito, en forma ordenada y completa, la forma en que cada usuario de la Casa debería proceder al generar y tener que tirar algún residuo”.
Además, se relevaron los talleres, los comedores, los Centro de Formación Profesional y cada espacio de las Casas, para reconocer oportunidades de reciclado y compostaje en cada una, y la generación de residuos especiales como pilas, materiales electrónicos y productos químicos.
“Es una herramienta que nos sirve para saber hacia dónde queremos ir, para que en comunidad podamos evitar o reducir la contaminación ambiental. Queremos llevar adelante estos desafíos involucrando a todos los agentes de la Casa donde cada uno y cada una sepa qué tiene que hacer y qué responsabilidad tiene para que funciones estos acuerdos”, concluye Federico Torossian, responsable del PIGRES en la Casa Salesiana San Francisco de Sales, en el barrio porteño de Almagro.
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