Promover la cultura, promover a los inmigrantes

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Reunir y asistir a los inmigrantes, promover la enseñanza del italiano, educar para la nueva patria. Acciones concretas de la obra salesiana hacia los inmigrantes italianos de principios del siglo XX.

Colegio Pío X, de la ciudad de Córdoba, alrededor de 1920. Probable reunión de la Sociedad Católica Popular Italiana.

Por Ariel Fresia, sdb y Nicolás D. Moretti *
afresia@donbosco.org.ar / morettinicolasd@gmail.com

Durante este año fuimos conociendo la acción misionera salesiana en favor de los inmigrantes, comenzando por la asistencia religiosa, en especial, hacia la comunidad italiana. Desde el inicio, la Obra de Don Bosco priorizó la difusión de la identidad católica y la enseñanza escolar para concretar su misión pastoral. 

En los años que marcan el tránsito del siglo XIX al XX, los salesianos entendieron la importancia de trascender los elementos formales de la enseñanza escolar para la concreción de su misión pastoral, incorporando un conjunto amplio de iniciativas culturales y asociativas que pretendían forjar una identidad católica y salesiana, tanto en alumnos y exalumnos como en los miembros de la colectividad italiana local. 

En este sentido, con la creación del “Segretariato” y sus diferentes instancias mutuales y asociativas replicadas en ciudades como Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza, sólo por nombrar algunas, la Congregación realizó un aporte significativo en la batalla librada en el campo cultural en una sociedad que concebían atravesada por una modernidad laica y anticlerical.

La asistencia salesiana

A la par de los colegios que atendían a la infancia y juventud marginal, los salesianos fueron desplegando una red de sociedades de socorros mutuos y de protección social que reunían a la población italiana en torno a actividades asociativas y evangelizadoras. La creación de estas entidades concordaba con las responsabilidades asumidas por los salesianos desde la creación del Segretariato del Popolo per gli Immigranti.

Entre las finalidades del Segretariato figuraban la tutela y asistencia legal de los inmigrantes sin distinción de nacionalidad, manteniéndose en contacto con embajadas, consulados, patronatos y bancos, más el funcionamiento de una agencia de trabajo. Además brindaba información práctica a los inmigrantes italianos sobre documentación y legalización de certificados, tarifas aduaneras, pasajes, alojamientos, acceso al crédito y la obtención de empleos; asimismo, la escritura de cartas a familiares, el servicio de traducción y todo lo necesario para el inmigrante.1

A la par de los colegios que atendían a la infancia y juventud marginal, los salesianos fueron desplegando una red de sociedades de socorros mutuos y de protección social que reunían a la población italiana en torno a actividades asociativas y evangelizadoras

Estas asociaciones se conformaron también como un elemento de avanzada para disputarle la hegemonía dentro de la comunidad italiana local a los grupos que adherían al nacionalismo anticlerical. En este sentido, se favorecieron la realización de diversas actividades que difundían una identidad católica y salesiana entre los italianos. Esta intención evangelizadora se expresaba en la participación de estas asociaciones mutuales en procesiones, en la organización de conferencias dictadas por reconocidos oradores o en la distribución de los sacramentos en preparación de diversas festividades del calendario católico, donde sobresalían las comuniones de carácter masivo. En ocasiones, las reuniones solían culminar con un desayuno, almuerzo o brindis, creando un espacio de sociabilización que buscaba fomentar la unión y el espíritu de familia entre los miembros de la comunidad emigrada.2

Las diversas asociaciones constituyeron una instancia articuladora de diferentes grupos de inmigrantes definidos por su común procedencia, lugar de residencia y actividad económica. Su participación significaba romper con el aislamiento y una promoción de intercambios que ampliaba el espectro social y cultural de cada grupo.

Los salesianos hacen escuela

A diferencia de las escuelas de otras colectividades de inmigrantes los salesianos desde el comienzo compatibilizaron sus programas de estudios con los programas oficiales del país.3 Por un lado, en 1900 las escuelas salesianas  incorporaron su enseñanza a los colegios nacionales y a las escuelas normales de la Capital Federal mediante un decreto de Osvaldo Magnasco, Ministro de Educación de Roca. Por otra parte, en 1906 las escuelas salesianas fueron incluidas en las publicaciones oficiales del gobierno italiano y recibían una contribución “por el importante rol que desempeñaban en el campo de la educación de los inmigrantes o por la contribución a la difusión de la cultura italiana, con la enseñanza de la lengua italiana”.4

A diferencia de las escuelas de otras colectividades de inmigrantes los salesianos desde el comienzo compatibilizaron sus programas de estudios con los programas oficiales del país.

La difusión de la cultura y del idioma italiano en las escuelas salesianas ejercía influencia sobre esta comunidad de inmigrantes evitando que sus hijos asistieran a las escuelas de la colectividad donde la enseñanza era laica, porque habían asimilado sus programas a los de las escuelas públicas italianas. Obviamente, las escuelas adaptaron sus planes de estudios a los planes oficiales de las provincias y los territorios nacionales siguiendo lo dispuesto por la Congregación. Estos postulados se reflejaron en los programas de estudios, en los horarios y en la enseñanza del maestro, como así también en los usos didácticos del idioma en actos y otras celebraciones, fiestas patrias, ceremonias litúrgicas y actos culturales. Por ejemplo, el idioma italiano era utilizado como medio de expresión con materias complementarias como historia, geografía y ciencias naturales, etc.5

La cultura italiana fue una preocupación permanente para los salesianos en Argentina durante un largo período. La enseñanza de la lengua italiana formaba parte  de una “política cultural”.6 Lo demuestran las circulares del Inspector de la Congregación en Argentina, el padre José Vespignani, quien insistía en la enseñanza del italiano. Así mismo solicitaba permanentes pedidos de informes a las distintas escuelas salesianas sobre los hijos de italianos que recibían las clases en los colegios de la Congregación, porque además, recibían aportes del Estado italiano: “El Rmo Sr. Don Cerruti, con una carta interesantísima, pide se envíen los datos exactos de las clases de italiano, número de alumnos que lo estudian en cada colegio. (…) También nos avisa que irá un encargado del gobierno italiano para constatar esos mismos datos y determinar una subvención para el instituto.” 7

La italianidad se complementaba así con un impulso tendiente a la asimilación de los italianos a la Argentina, puesto de manifiesto en el gran interés por la enseñanza del idioma, la historia nacional y la formación del sentimiento patriótico a través de los actos y celebraciones de las fiestas patrias. Estas iniciativas fueron la cristalización de la inculcación del amor a la patria y el cultivo de las virtudes cívicas. 

Parafraseando a Fernando Devoto, podemos decir que “la común nostalgia hacia las dos patrias” 8 inspiró la política de la Congregación Salesiana de asistencia y protección de los migrantes a través del Secretariado del Pueblo, la participación relevante en Italica Gens, la creación de escuelas de idioma y cultura italiana; y a su vez, la participación en festividades patrias y fomento de la nacionalidad argentina, la enseñanza del idioma y de la cultura nacional, etcétera. Todas acciones que contribuyeron a la integración de los inmigrantes en la patria que los recibía.


Este artículo forma parte de un recorrido más amplio, camino a los 150° de la llegada de los primeros misioneros salesianos a la Argentina, que celebraremos en 2025.

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1 AHS ARS/BA, Folleto informativo, «Itálica Gens. Federazione per l´assistenza degli emigranti transoceanici» Folleto informativo del 25 de ottobre 1913: “Il patriottico e filantrópico intendimento di assistere i lavoratori italiani che abbandonano la madre patria per cercare miglior fortuna in lontane terre, fu uno dei principali motivo che portarono alla fondazione nel 1908 de la Federazione «Italica Gens»” [La intención patriótica y filantrópica para asistir a los trabajadores italianos que abandonan la madre patria para buscar mejor fortuna en tierras lejanas, era una de las principales razones que llevaron a la fundación en 1908 de la Federación «Itálica Gens»]

2 N.D. MORETTI, Buenos cristianos y honrados ciudadanos. La obra salesiana y la cuestión social. Córdoba, 1905 – 1930, Córdoba, CEH, 1914.

3 Sobre la enseñanza del italiano en las escuelas privadas y la controversia con Sarmiento luego del Congreso Pedagógico de la colectividad, véase J.C TEDESCO, Educación y sociedad en la Argentina (1880-1945) Buenos Aires, 1986, p. 107-109.

4 L. FAVERO, “Las escuelas de las sociedades italianas en la Argentina (1866-1914)”, en: F. DEVOTO y  G. ROSOLI (edd) La inmigración italiana en la Argentina, Buenos Aires, 2000, p. 194.

5 Sobre la enseñanza del italiano en las escuelas salesianas y la influencia de éstas en la cultura en general, véase G. ROSOLI, “Impegno missionario e assistenza religiosa agli emigranti nella visione e nell’opera di don Bosco e dei Salesiani”, en: F. TRIANELLO (comp.), Don Bosco nella storia della cultura popolare, Torino, 1987, p. 310-313. También I.A. FRESIA, Urbanizar la campaña, modernizar las costumbres. Rodeo del Medio, una villa mendocina (1900-1915), Rosario: Prohistoria, 2012

6 G. ROSOLI, “Las organizaciones católicas y la inmigración italiana en la argentina”, en: F. DEVOTO y  G. ROSOLI (edd.) La inmigración italiana en la Argentina, op.cit., p. 210.

7 J. VESPIGNANI, Circulares, Cartas, Avisos, op.cit., p. 240.

8  F. DEVOTO, “¿Inventando a los italianos? Imágenes de los primeros inmigrantes en Buenos Aires (1810-1880)”, en: Anuario IEHS, n° 7 (1992) p. 130.

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