Qué ganas tengo de quedarme acá

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De día, de tarde o de noche, los y las jóvenes
encuentran su lugar en la obra salesiana de Tucumán.

Por Valentina Costantino
redaccion@boletinsalesiano.com.ar

Se cumplían cien años de la declaración de la independencia cuando los primeros salesianos llegaron a Tucumán. En esa porción tan significativa del territorio argentino, también ellos querían hacer historia. Hoy, más de un siglo después, ese deseo se sigue transformando en realidad: aquella pequeña semilla brotó, creció y sigue dando frutos.

La obra de Don Bosco de Tucumán se percibe en la amabilidad de las personas, en la calidez y calidad de sus escuelas y en el compromiso de las parroquias. “Somos una Casa que propone la apertura, el cultivo de la fe y el cuidado de todos los jóvenes”, explica Ignacio “Tocho” Valdéz, salesiano sacerdote y director general del Instituto Técnico Lorenzo Massa y del Colegio Tulio García Fernández.

En esa misma línea, Damián Ruiz, director general del Colegio Salesiano General Belgrano, describe que allí también niños y jóvenes “van a encontrar una familia, un ambiente de contención, que los recibirá y ayudará a sentirse bien, y a ser felices con los valores salesianos”.

La Obra de Don Bosco en Tucumán es tan grande como su historia y eso incluye educación inicial, primaria y secundaria de jóvenes y adultos; la Formación Profesional, el Centro Don Bosco, las propuestas del Movimiento Juvenil Salesiano, los Cooperadores Salesianos, la parroquia y sus diversas actividades y celebraciones. Y no por casualidad en el centro de toda esa gran obra se extienden amplios patios habitados por risas, juegos y sobre todo chicos y chicas que transmiten una genuina alegría salesiana.

“Nos sentimos en familia”

En un momento donde la coyuntura nacional muestra una sociedad enfrentada y dividida según las opiniones, creencias y conocimientos, en Tucumán los jóvenes demuestran que no solo es posible trabajar juntos, sino que es la mejor forma de hacerlo.

En un momento donde la coyuntura presenta una sociedad enfrentada y dividida, en Tucumán los jóvenes demuestran que es posible trabajar juntos.

Por eso, hace ya varios años, los chicos y chicas de las diferentes Casas Salesianas –Lorenzo Massa, Tulio G. Fernández, General Belgrano y María Auxiliadora–, se encuentran en el Movimiento Juvenil Salesiano que congrega al Oratorio, Mallín, el Grupo Misionero, Perseverancia, Confirmación de Adolescentes, Confirmación y Catequesis de Niños, Amigos de Laura Vicuña, el Batallón de Exploradores y la Escuadra de María Auxiliadora.

Milagros tiene 23 años y es la coordinadora general del MJS: “Los adultos nos regalan su confianza, y eso nos hace sentir valiosos e importantes”. Ella junto a cada uno de los coordinadores de los diferentes espacios se reúnen habitualmente para compartir sus experiencias y acompañarse mutuamente. Cada vez que lo hacen la alegría, los consejos y el clima de familia brotan espontáneamente. “Encontramos gestos de Don Bosco en las personas que nos recibieron en el grupo y nos mantienen hoy acá. Nos sentimos en familia cuando estamos juntos.

“Sueño con que cualquiera que venga acá sea feliz y pueda sentirse que está en familia”.

Si bien cada grupo tiene propuestas y actividades diferentes, el objetivo es el mismo: ofrecer lo mejor que se tiene a otros jóvenes. Cuando la pasión conduce el corazón, no hay días ni horarios suficientes para demostrar el verdadero compromiso y cuidado salesiano. “Lo hago por amor. Para tratar de darle a ese chico lo que no recibe en otro lado, que sepa que aquí va a ser abrazado y contenido. Al joven siempre se le exige mucho el futuro, pero yo no le puedo exigir un futuro si no le cuido el presente”, sostiene Jesús, animador del Batallón.

Cuidar de los más pequeños es responsabilidad de los más grandes. Un saludo para conocerse, un abrazo para contener y una broma para animar. La comunidad y el clima de familia se presenta en los gestos cotidianos y genera confianza.Sueño con que cualquiera que venga acá sea feliz y pueda sentirse que está en una familia, en un hogar al que siempre se puede regresar”, concluye Shivi, coordinadora del Oratorio.

La casa de todos

La propuesta educativa de Tucumán es amplia y diversa. Desde que los alumnos ingresan al nivel inicial hasta que egresan del secundario, e incluso cuando regresan como exalumnos, son bienvenidos por un enorme equipo de docentes, directivos y colaboradores.

Tomás Cervera es exalumno y profesor del Talleres de máquinas eléctricas del Lorenzo Massa. Tras estar viviendo un tiempo en Córdoba, regresó a su provincia: “Como cuando uno vuelve a casa, lo primero que hice fue volver al colegio”. Allí lo esperaba una vacante de trabajo. Hoy, cuarenta años después, cuenta emocionado: «No tengo más que agradecimiento a la obra salesiana por lo que me ha permitido desarrollar en mi vida personal y laboral”.

“La enseñanza no empieza y termina acá. La transmitimos con el corazón”, expresa Ángel “Pichino” Ferreira, profesor de Herrería y Soldadura.

Recibir, acompañar y ser testigos del crecimiento de los niños y niñas es lo que más disfrutan los docentes, entre ellos, Silvina, maestra de nivel inicial del colegio Tulio. “Deseamos que se conviertan en jóvenes alegres y buenas personas. Ellos van a recordar siempre todo nuestro cariño, incluso con el paso de los años”.

Pero las propuestas no son solo para los más pequeños. En el año 2018 el colegio General Belgrano dio inicio a una escuela de adultos. Es gratuita y abierta a toda la comunidad. “Para ellos es cumplir un sueño, terminar algo que no pudieron llevar a cabo por distintas circunstancias. Escuchándolos vemos que nuestro deseo coincide con una realidad que a ellos los ha atravesado y les ha marcado la vida. Hoy pueden hacerlo realidad”, comenta Karina Cabrera, coordinadora de la pastoral.

Llegué a la puerta y esos sentimientos encontrados me hicieron dudar si debía empezar”. Con 36 años, volvió a la escuela y se encontró con una realidad diferente a la que conocía. “Me pude sentir en casa y expresarme tal cual soy. No quisiera que termine. Me siento tan bien que se me abrió la mente, los conocimientos, el aprender”.

Mientras tanto, en el Massa funciona el Centro de Formación Profesional, destinado a personas mayores de dieciocho años que se encuentran en la búsqueda o profesionalización de trabajos relacionados a la metalmecánica,
automotriz
y, recientemente, al cuidado del medio ambiente. Sin necesidad de estudios previos o experiencia, el objetivo es brindar herramientas para cubrir la oferta del mercado laboral. “Es un orgullo para mí enseñar un oficio que llevo en el alma”, expresa Ángel “Pichino” Ferreira, profesor de Herrería y Soldadura. Con emoción, cuenta que sus alumnos lo llaman por consultas del oficio incluso los domingos por la noche. “La enseñanza no empieza y termina acá. La transmitimos con el corazón”.

Que nadie se quede afuera

La obra de Don Bosco se caracteriza por ser misionera y por ello está llamada desde sus comienzos a dar respuesta a diversas realidades. Con esta motivación, hace casi sesenta años surgió el Centro Don Bosco.

Allí se brinda alimentación, educación, talleres y acompañamiento para niños y niñas de barrios cercanos que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad social. La única condición para su ingreso es asistir regularmente a la escuela. De esta manera, se pretende lograr la promoción de los chicos, despertando en ellos el interés y la responsabilidad por la educación y la adquisición de herramientas que les servirán en su desarrollo.

Si bien la realidad de muchos chicos es un desafío, Germán Díaz, salesiano coadjutor y director del Centro Don Bosco, asegura que “las experiencias son positivas. Los chicos se dan cuenta que lo que hacemos es por su bien y muchos han logrado grandes cosas, como terminar la secundaria, trabajar y tener metas en la vida”.

Un objetivo parecido persigue el oratorio que también abre sus puertas y recibe a chicos y chicas de barrios periféricos. “Esta es la casa de todos los jóvenes”, asegura el salesiano Mariano Bressan, recientemente ordenado sacerdote, quien entre otras tareas, acompaña la pastoral juvenil y las visitas al barrio Juan XXIII. Extender los patios a otros barrios y presentar el carisma salesiano es solamente el comienzo de un proyecto que aspira llegar a todos los jóvenes de Tucumán: “Cualquiera sea su condición social, pensamiento político, religioso o ideológico, le demostramos que son amados por Dios y por todos en esta casa”, concluye Mariano.

“Cualquiera sea su condición social, pensamiento político, religioso o ideológico, les demostramos a los chicos que son amados por Dios y por todos en esta casa”, asegura el salesiano Mariano Bressan.

Los sueños se construyen con fe

Las actividades de la obra salesiana de Tucumán inician, transcurren y finalizan con un momento de oración. La fe vivida al estilo salesiano ha inspirado en esta ciudad y en tantas otras a miles de personas para seguir sus sueños.

“A Cristo no solo se lo transmite con tiza y pizarrón, sino que se lo contagia, con la alegría de compartir y estar”.

El padre “Tocho” Valdéz, la percibe como una clave del tiempo en que vivimos, creadora de un ambiente favorable para que los jóvenes puedan preguntarse qué les pide Dios para su proyecto de vida. “Sepan que en este lugar vamos a cuidar esta realidad tan difícil hoy. No queremos renunciar porque sea difícil”.

La fe vivida al estilo salesiano inspira en esta ciudad y en tantas otras a miles de personas a seguir sus sueños.

“Como sociedad atravesamos momentos lindos y difíciles. Y ha sido la fe donde nos apoyamos”, dice el director Damián Ruiz y destaca la fortuna de trabajar en un lugar donde coinciden los valores y principios en favor de los jóvenes. “A Cristo no solo se lo transmite con tiza y pizarrón, sino que se lo contagia, y se lo contagia en la alegría de la cotidianeidad, de compartir y estar”.

Mi casa es tu casa

¡No te pierdas el video de la obra de Don Bosco en Tucumán!

¡Qué contenta estaría tu madre!

El padre Ramón Yañuk era adolescente cuando decidió iniciar su camino como sacerdote, incluso frente al desacuerdo de su familia. Sin embargo, no fue hasta sus 40 años cuándo comprendió el motivo de su elección de vida, durante una visita a un familiar.

Terminar el secundario, cumplir un sueño

En el año 2018 el Colegio General Belgrano de la obra salesiana de Tucumán, inició el proyecto de una escuela de jóvenes y adultos. Hoy, ya son doscientos alumnos quienes se encuentran en camino a cumplir un sueño.

«Que se sientan valiosos, importantes y amados»

El padre Mariano Bressan, pastoralista y referente del Movimiento Juvenil Salesiano de Tucumán, nos comparte su deseo para todos los jóvenes.

21 de septiembre: Día del Estudiante

Siempre estamos a tiempo de seguir aprendiendo para ser quienes queremos ser.

¿Qué significa decir Don Bosco en Tucumán?

BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – SEPTIEMBRE 2023

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