Si vos estás, todo es mejor

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La familia, lugar donde se gestan los encuentros sencillos y cotidianos.

 

Según los testigos de su vida, Don Bosco tuvo una bondad paternal expresada en forma de delicadezas innumerables: expresiones de gratuidad, pequeños regalos, cartas amables, gestos de interés y palabras de aliento, cuyo sólo recuerdo serenaba los corazones.

Es por eso que en el origen de nuestra experiencia carismática está el encuentro. El oratorio no hace necesariamente referencia a grandes estructuras, sino a la experiencia de encuentro de Don Bosco con los jóvenes de Turín; un encuentro que tiene sentido en tanto ofrezca a chicos y chicas vida en abundancia, esté al servicio del cuidado y genere alegría verdadera.

En cada una de nuestras comunidades es necesario asegurar relaciones abiertas, fluidas y personalizadas. Este es uno de los principios del Sistema Preventivo: la amorevolezza, el amor pedagógico que brota de las relaciones humanas más profundas.

El lema “Si vos estás, todo es mejor” es la adaptación para la Familia Salesiana de Argentina de la consigna del Rector Mayor para este año, que centra su atención en las familias en sus más diversos contextos, sugeridopor la prioridad que la Iglesia está dando a este aspecto.La familia es una realidad humana concreta en la que se debería aprender el arte de la vida y del amor. Pero tal como lo expresa el Rector Mayor en su comentario, no todos han vivido esa experiencia. Es por eso que en esta adaptación se pone énfasis en el“encuentro” para expresar este concepto polifacético y amplioque es la familia. Frente a una realidad cada vez más compleja, nuestra respuesta carismática es la empatía: en este lema,“familia” son los vínculos sanos que se generan en los encuentros sencillos y cotidianos.

Si vos estás

  • Me percato que hay otro. Salgo de mí mismo para abrirme a la posibilidad de un encuentro. Y es ahí cuando el otro se me “des-vela” —¡y ahora lo puedo ver!—.Ese “vos” comienza a tener rostro, nombre, historia, gustos, creencias y sentimientos que se reflejan en su mirada, lo que provoca también que uno mismo comience también a tener un rostro, un nombre y una historia para contar: el “otro” transformado en “vos” nos constituye, hace que nos conozcamos con mayor profundidad.
  • En el encuentro con el otro está implícito el sentido de familia. Pero para nosotros, hijos de Don Bosco, si están los jóvenes somos familia. Al mismo tiempo, permite valorar distintos tipos de presencias que ayudan a construir familia, sentirse en familia y crear comunidad, ser Iglesia.
  • En estos pequeños y sencillos encuentros se van gestando silenciosamente vínculos.Con vínculos sanos —que nos hacen más humanos—hay mayor posibilidad de expresión, de diálogo y de compartir. Estos encuentros “mínimos” son la contrapropuesta a la deshumanización expresada cotidianamente en violencia, desinterés, gritos, insultos, golpes y desatenciones.

Todo es mejor

  • Todo es mejor es decir que la vida es mejor. Muchos se empecinan en la precarización y ninguneo de la vida, especialmente la más frágil.¿Qué hacer frente a esto? Para nosotros, la respuesta está en el Sistema Preventivo, desde donde miramos la vida esperanzadoramente. Lo positivo de la vida —especialmente de la más vulnerable— lo descubrimos poniéndonos en los zapatos del otro. La compasión y la empatía nos llevan a dar un paso más: habitar la vida del otro, tal como lo hace Dios. Habitar sus historias, sus sentimientos y sus sueños es realzar la misma vida humana. Es pasar de una vida precarizada a una vida empoderada y robustecida.
  • Todo es mejor implica que esto no lo hago solo, “no me corto solo”. Todo sale mejor cuando se hace con otros.Compartir la vida con otros implica complementarnos y ser recíprocos, superando todo tipo de individualismo y competencia desleal. Es un llamado a darnos una mano para llevar las duras y pesadas cargas que puedan aparecer en nuestra historia y nuestra realidad.
  • Todo es mejor porque creo en el otro. Confiar en el otro es confiar en uno mismo. Saber que compartimos un mismo camino da motivos para estar felices. La profunda felicidad no es otra cosa que Dios mismo, y la encontramos en estos espacios y encuentros que nos hacen familia.Familia son todos los encuentros que dan y cuidan la vida.

Durante la primera mitad del año:

  • Llegan las primeras reuniones y encuentros en los grupos, en los equipos de trabajo, en las comunidades. Me encuentro con un “otro”, con varios “otros”: ¿cómo hago para que se transformen en un “vos”? ¿Me doy a conocer? ¿Me tomo un tiempo para estar con esos “otros”?
  • Se puede poner como uno de los objetivos del año, por ejemplo: conocernos más, afianzar nuestros vínculos, crear o recrear un ambiente de familia.
  • En tiempo de Cuaresma: revisar nuestros vínculos, sanarlos, perdonarlos, resucitarlos.
  • En el mes de María Auxiliadora: ¿cuáles son los vínculos que nos cuidan, cómo los generamos y sostenemos?

Durante la segunda mitad del año:

  • En el mes de Don Bosco, desde el sistema preventivo, reflexionar y analizar nuestras relaciones: ¿tienen empatía? ¿Generan vida? ¿Tienen fuerza liberadora? Se puede usar el capítulo III del Cuadro Fundamental de Referencia de la Pastoral Juvenil.
  • En septiembre, mes de la juventud: ¿nuestra pastoral es “desde” y “con” los jóvenes? ¿Los hacemos protagonistas generando vínculos maduros? Se puede usar el último capítulo del libro del salesiano Ariel Fresia, Jóvenes errantes y declive de la pastoral.
  • En octubre y noviembre: ¿cuándo y cómo hemos cuidado la vida en nuestra comunidad a lo largo del año?

Por Facundo Arriola, sdb • redaccion@boletinsalesiano.com.ar

Boletín Salesiano, marzo 2017

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