El jueves 20 de septiembre balearon la parroquia María Reina, ubicada en el barrio Larrea de Rosario, Santa Fe. El hecho ocurrió después que el cura párroco y miembros de su comunidad recibieran amenazas de parte de los “narcos” de la zona.
El incremento en los niveles de violencia y muerte causados por el aumento estructural de la pobreza y del robo, el mayor número de familias que se dedican al narcomenudeo, el fácil acceso a las armas y la falta de trabajo digno hace que nos acostumbremos a este tipo de noticias. El 26 de septiembre, los sacerdotes de los barrios populares de Rosario nos solidarizamos en apoyo a la comunidad, compartiendo un comunicado en el que reconocemos “la naturalización de la muerte en la que crecen nuestros chicos y la consiguiente falta de amor a la vida propia y ajena”.
La Iglesia rosarina ha incrementado en los barrios populares la presencia y el compromiso hacia los más desfavorecidos por la falta de oportunidades y el consumo de drogas. Creemos que nuestra respuesta debe ser comunitaria, un trabajo sostenido con adolescentes y jóvenes en contextos vulnerables, recibiendo la vida “como viene” y luchando cuerpo a cuerpo por la dignidad de los más pobres, excluidos y descartados. En cada espacio buscamos acompañarlos de manera integral por medio de un abordaje territorial de atención, asistencia, educación e inclusión social para que, asumiendo sus problemáticas de consumo, desarrollen un proyecto de vida liberador.
¿Qué podés hacer desde tu lugar? Primero, reconocer que no es un problema que está afuera, sino que es una realidad de la que somos parte. A la hora de buscar respuestas, quizás la tentación es movernos entre actitudes de omnipotencia por querer resolver el problema con soluciones “express”, y actitudes de indiferencia por miedo o falta de implicancia.
El camino es recuperar las actitudes fraternas que nos comprometen con los demás, entrenar una mirada más atenta y propositiva hacia quienes nos rodean, estar cercanos e implicarnos con los otros valorando las pequeñas cosas que podemos hacer para cuidar la vida.
Por eso, si deseás apadrinar económicamente a un joven en tratamiento o a los talleres con chicos y chicas en situación de consumo, podés comunicarte con la obra salesiana Domingo Savio de la ciudad de Rosario: (0341) 439 5548.
Federico Salmerón, sdb
BOLETÍN SALESIANO – NOVIEMBRE 2018