PAPAlabras

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Francisco siempre nos dice algo. No son todas, ni están elegidas al azar. Son frases que invitan a hacer. El Papa se dirigió a los jóvenes —y a todos— en los distintos escenarios de la JMJ, y siempre con la misma propuesta: vivir con y por el Evangelio, tomar las riendas de la historia. Ser protagonistas, vencer la indiferencia. Salir, compartir y transformar.

“¡Hagan lío! Salgan a la calle. Salgan de ustedes mismos”.

“No licúen la fe en Cristo: Cristo se hizo uno de nosotros y murió en la cruz por nosotros. Lean y vivan las Bienaventuranzas y Mateo 25”.

A los jóvenes argentinos, jueves 25 de julio.

 “Los agentes de pastoral y los fieles en general ¿se sienten parte de la Iglesia, se identifican con ella y la acercan a los bautizados distantes y alejados?”.

A los obispos en la CELAM, sábado 27 de julio.

 “Nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que aún existen en el mundo. Que cada uno, según sus posibilidades y responsabilidades, ofrezca su contribución para poner fin a tantas injusticias sociales. No es la cultura del egoísmo, del individualismo, que muchas veces regula nuestra sociedad, la que construye y lleva a un mundo más habitable sino la cultura de la solidaridad; no ver en el otro un competidor o un número sino un hermano”.

En la visita a la favela, jueves 25 de julio.

 “Tengan siempre en el corazón esta certeza: Dios camina a su lado, en ningún momento los abandona. Nunca perdamos la esperanza. Jamás la apaguemos en nuestro corazón. El ‘dragón’, el mal, existe en nuestra historia, pero no es el más fuerte. El más fuerte es Dios, y Dios es nuestra esperanza”.

En el santuario de Aparecida, miércoles 24 de julio.

“Jóvenes y ancianos, el dios dinero los quiere excluir. ¡No se dejen excluir!”

A los jóvenes argentinos, jueves 25 de julio.

 “¿A dónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente”.

En la misa final en Copacabana, domingo 28 de julio.

 “Jesús no dijo: ‘Andá’, sino ‘Vayan’: somos enviados juntos”. No dijo: ‘si quieren, si tienen tiempo vayan’, sino que dijo: ‘Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos’. Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio, de la voluntad de poder, sino de la fuerza del amor”.

En la misa final en Copacabana, domingo 28 de julio.

 “Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, nos pide que seamos sus discípulos, que ‘juguemos en su equipo’… Pero nos pide que entrenemos para ‘estar en forma’, para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida, dando testimonio de nuestra fe. ¿Cómo? A través del diálogo con él: la oración, que es el coloquio cotidiano con Dios, que siempre nos escucha. A través de los sacramentos, que hacen crecer en nosotros su presencia y nos configuran con Cristo. A través del amor fraterno, del saber escuchar, comprender, perdonar, acoger, ayudar a los otros, a todos, sin excluir y sin marginar”.

Durante la Vigilia Joven, sábado 27 de julio.

 “Recordémoslo siempre: sólo cuando se es capaz de compartir, llega la verdadera riqueza; todo lo que se comparte se multiplica. La medida de la grandeza de una sociedad está determinada por la forma en que trata a quien está más necesitado, a quien no tiene más que su pobreza”.

En la visita a la favela, jueves 25 de julio.

 “Pienso que esta civilización mundial se pasó de rosca. Es tal el culto que ha hecho al dios dinero que estamos presenciando una filosofía y una exclusión de los dos polos de la vida, que son las promesas de los pueblos: los ancianos y los jóvenes. Los jóvenes tienen que salir, tienen que hacerse valer, tienen que salir a luchar por esos valores; y los viejos, abran la boca, y enséñennos, transmítannos la sabiduría de los pueblos”.

A los jóvenes argentinos, jueves 25 de julio.

 “Muchos de ustedes han venido a esta peregrinación como discípulos; no tengo ninguna duda de que todos marchan como misioneros. Con su testimonio de alegría y de servicio, ustedes hacen florecer la civilización del amor. Demuestran con la vida que vale la pena gastarse por grandes ideales, valorar la dignidad de cada ser humano, y apostar por Cristo y su Evangelio. A Él es a quien hemos venido a buscar en estos días, porque Él nos ha buscado antes, nos ha enardecido el corazón para proclamar la buena noticia, en las grandes ciudades y en las pequeñas poblaciones…”

En la ceremonia de despedida, domingo 28 de julio.

Te invitamos a que puedas vivir estos “clips”. Pero también a compartirlos en tu comunidad: con los chicos y chicas de tu grupo, con tus compañeros, con tus alumnos. Que las palabras no queden sólo en la hoja impresa. ¿Qué tenemos nosotros para decir y hacer?

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