La presencia salesiana de la Penitenciaría Central de Menores de Monrovia, Liberia.
Los hijos de Don Bosco están presentes en Liberia desde 1979 y, entre sus muchas actividades sociales y educativas, se dedican a acompañar a los jóvenes reclusos de la Penitenciaría Central de Menores de Monrovia, la capital de Liberia.
El programa de acompañamiento penitenciario comprende varios aspectos, incluye asesoramiento en grupo y apoyo psicosocial. Los salesianos proporcionan ropa, material de limpieza personal, atención médica, apoyo espiritual y asistencia jurídica. Además, todos los días llevan comida caliente y una bebida a los presos menores y enfermos.
Desde el primer contacto con el detenido, los salesianos trabajan para reducir el miedo y la distancia, y construir relaciones basadas en la confianza mutua. Recurren a su carisma y dedican toda su atención a la situación de cada joven en particular. Cuanto más rápido se construye un clima de confianza, hay más probabilidades de que los jóvenes se comprometan positivamente en actividades que contribuyan a su reinserción social y a la planificación de su futuro a largo plazo.
La educación es otra área fundamental donde los salesianos brindan su ayuda. Además de inglés y matemáticas, se enseña toda una serie de habilidades sociales útiles para una buena vida, con especial atención a la formación contra la agresión. Una vez que han salido de la cárcel de menores, facilitan el acceso a la educación continua y a la formación profesional, y trabajan estrategias para reintegrarse en la comunidad.
«Proporcionar servicios como este a los jóvenes en las cárceles les da la oportunidad de luchar por una vida mejor una vez que vuelvan a la libertad», comenta el padre Timothy Ploch, Director Interino de Salesian Missions en New Rochelle.
De acuerdo al Programa Mundial de Alimentos, el 64% de los liberianos vive por debajo del umbral de pobreza y más de un millón de personas en la pobreza extrema, de una población de casi siete millones de habitantes. La inseguridad alimentaria afecta también al 41% de la población y la desnutrición crónica es elevada.
“Los jóvenes deben tener acceso a servicios de asesoramiento y acompañamiento, deben realizar actividades de formación profesional para que, una vez en libertad, puedan encontrar un trabajo legítimo y digno. El objetivo es garantizar que sean miembros activos de la comunidad y que nunca vuelvan a la cárcel«, concluye el padre Ploch.
Fuente: ANS
BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – MAYO 2023