Frente a la pandemia, las casas salesianas de Bahía Blanca generaron estrategias para hacer frente a esta situación, saliendo al encuentro de la comunidad.
(20/05/2022) La acciones se realizaron desde ocho centros barriales, la mayoría capillas, y el Centro Laura Vicuña de las Hijas de María Auxiliadora, sostenidas por unos cuarenta voluntarios, campañas extraordinarias en las casas salesianas, y la ayuda de organismos del exterior y de un centenar de bienhechores.
Gracias al aporte económico constante de estos donantes y del trabajo silencioso de distintos hermanos, se entregaron en forma periódica bolsones de alimentos y artículos sanitarios a 250 familias. En los inviernos, se ayudó a mitigar el frío entregando frazadas y garrafas.
En el primer año, en la capilla Santa Lucía, junto a otras organizaciones sociales y políticas se armó una cocina comunitaria, elaborando unas 900 viandas semanales.
En el segundo año se incorporó un bolsón de verduras frescas que se entregó junto a la mercadería no perecedera de cada mes. La verdura provenía de pequeños productores hortícolas cercanos al ejido urbano, a quienes se les ayudó a vender sus productos a la comunidad. Estas acciones fueron coordinadas con el INTA.
Hubo muchas formas de acompañar. Un sector del patio de la obra salesiana La Piedad se transformó en un centro de elaboración y fraccionamiento de lavandina, elaborado junto con Acción Católica Argentina. Se distribuyeron unos 1000 litros mensuales. En los salones parroquiales se montó un centro de aislamiento, que felizmente no fue utilizado, transformado luego en un centro vacunatorio muy concurrido.
Muchas fueron las acciones de articulación con otras organizaciones de la ciudad. Estas acciones fueron el fruto del trabajo coordinado en “mesas de crisis”, de las cuales los salesianos fueron parte activa. Una constante de este tiempo fue el apoyo a las más de 100 cocinas comunitarias que vecinas y vecinos abrieron y sostuvieron heroicamente en los barrios, hasta el día de hoy.
En abril se cumplieron dos años de todas estas iniciativas. Si bien muchas familias siguen esperando una mano solidaria, sostener este ritmo de servicio no es sencillo. Por ello, a partir de ahora algunas comunidades seguirán acompañando a algunos vecinos más necesitados, siempre y cuando se siga recibiendo apoyo.
Como se recordará, ni bien decretada la pandemia, el papa Francisco salió a una desolada Plaza San Pedro, y dirigiéndose a la comunidad mundial, señaló: “Nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. (…) Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente”, planteó Francisco. Y más adelante señaló: “Nadie se salva solo”.
En Bahía Blanca, como en el resto de las comunidades salesianas del país y del mundo, se intentó aplicar esa consigna, convencidos que, frente a todos los males, la única salida es en comunidad.
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Fuente: Diego Fonseca
BOLETÍN SALESIANO ARGENTINA – MAYO 2022