Aunque nadie te escuche, yo sí

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La vida ante sí
Director: Edoardo Ponti
Italia, 2020
Disponible en Netflix (+13)

Por Mariana Montaña
marianammm@gmail.com

Madame Rosa y Momo se conocen en una feria de Bari, Italia. Ella está paseando por los puestos, él le roba todo lo que lleva. Ese choque intempestivo da inicio a una relación de aprendizaje y reparación. “Momo no es lo que tú piensas, yo lo conozco bien”, afirma el doctor Coen, quien solicita asilo para este preadolescente llegado de Senegal en medio de una tragedia personal. Lo que no sospechábamos hasta ahí, son las comparaciones que podríamos trazar con el carisma salesiano:

El refugio y el oratorio

El hogar de Madame Rosa es una pequeña comunidad de niños y adolescentes que necesitan una guía. Tal como hizo Don Bosco en los oratorios o la Marquesa de Barolo en el espacio creado para “aquellas pobres muchachas, a las que la seducción condujo al error y que arrepentidas, buscan la paz de un lugar retirado”.

La disciplina

Rosa se preocupa por Momo: sus contestaciones violentas, los disgustos, la angustia de ver cómo se pierde en el mundo de los narcotraficantes. Todos son signos para ella de un grito interior. Como Don Bosco, conoce que la organización y la estructura disciplinar forman parte del método educativo más conveniente.

Un oficio y un vendedor musulmán

Una tarde, la señora Rosa lleva al joven protagonista a un sitio, para él, extraño: un local de baratijas. Allí conversa con el propietario y lo convence de darle a Momo su primer empleo. Rosa comprende que Hamil será el mejor mentor. Es un empleador honorable que lo orienta y respeta. Don Bosco también sabía que esta era la mejor manera de formar ciudadanos honestos. 

Amorevolezza

El vínculo de cercanía que Madame Rosa logra con este niño no lo había generado antes con ningún otro. Ella les abre su casa, pero no su lugar interior, el que está lleno de secretos. Momo lo descubre solo y le permite así abrir el alma a una mujer rota, necesitada, fiel. 

La comunidad

Alrededor de Madame Rosa se forma una congregación de desamparados. Adultos y niños, religiosos y laicos, extranjeros y nativos. Como la gran familia salesiana que nos dejó Don Bosco, esta película nos recuerda el origen de ese mismo kerigma: la muerte de Don Bosco no fue el final de su sueño; marcó más bien el inicio de una nueva etapa…

La canción: Yo sí

La canción principal de esta película estuvo nominada a los premios Oscar: sus autoras son Laura Pausini y Diane Warren. En conexión con la historia de Momo, un niño refugiado de los miles que llegan a Italia, reconocemos a cada uno de los pibes del oratorio. Esos jóvenes de las calles de Turín, los mismos a los que Don Bosco les dijo “estoy aquí, ¿nadie te ve?, yo sí…”. ¿Cuántos como Momo hay en nuestros patios?

BOLETÍN SALESIANO – JULIO 2021

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