Yo me rescaté

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Epifanía
(fragmento)

Yo me rescaté y tiré mi propio salvavidas
navegando en los oscuros mares negros de mi vida.
Olvidé un estigma, borré alguna resentida,
y entendí que lo que tengo es lo que mi vida abriga.

Tengo la certeza que la música es mi vida.
Tengo una sonrisa porque encontré la salida.
Tengo libertad para expresar lo que me pida
mi sincero corazón y no una cabeza podrida.

Tengo la dulzura de los besos de mis hijos,
la verdad de lo que vivo, lo que escribo y lo que elijo.
Tengo claridad para ver el punto fijo
de que el Dios al que le rezo no es de estatua y crucifijo.

Yo me rescaté, tener no es igual a ser,
lo que entra por los ojos no es todo lo que hay que ver.
Y tengo mucha gente a la que debo agradecer
por mostrarme sus fracasos ayudándome a crecer…

Artista: Esteban Fernández, el As (2012)

El rap Epifanía de Esteban Fernández —conocido popularmente como el As— nos despabila con sus palabras. ¿Qué nos rescata hoy? ¿Qué certezas nos sostienen? ¿Qué valoramos? ¿Qué agradecemos? ¿Con qué fuimos creciendo? ¿Cuál es el Dios que acompaña nuestros caminos? Y podríamos hablar muchísimo de cada uno de sus versos porque, tal como el título lo anticipa, se trata de verdades aprendidas entre tantas experiencias. Sin embargo, esta vez nos detendremos en la música, porque es desde ella que Esteban confiesa haber salido adelante, haber encontrado la salida. “Que hoy no soy el mismo”, nos canta, porque ha aprendido entre grabaciones, sacrificios para armar su equipo, ayudas y tiempos de escrituras, de ensayos, de amistades y distancias, “que nada logro sin esfuerzo por que no soy mago”. No somos magos, pero sí somos jóvenes. Y tenemos la capacidad de salir adelante pese a tanto.

El rap, para él como para tantos otros jóvenes, hoy en día es un rescate. Otros raperos escriben lo que varios creadores juveniles podrían también compartir: “La música es mi amante, mi amiga y mi más fiel mujer, la que me escucha por las noches cuando lloro y oro, es la única que me sabe comprender y me hace entender y saber que hay que salir” (Tuve el sueño de ser artista, Fili Wey).

“No podemos demostrar que lo que vivimos es real, pero la realidad para mí es lo que tus ojos ven, en lo que creés, lo que tu corazón siente” (Mi realidad, Porta). Y escuchando a los jóvenes del barrio, oyendo sus ritmos y sus letras sabemos que es desde el rap y desde tantas otras expresiones artísticas que, como Esteban, sueñan con “la chance de poder elegir”. Es desde el rap que se observa, se cree, se escribe y se cuenta la vida vivida, las vidas conocidas, las vidas compartidas de otros hermanos de camino. “La vida marginada del mundo”, vida de canchita, de caminos de cascotes, de perros, vecinos y mates (Barrios Bajos, el As). En medio de esa música que narra, describe y vive, se ve muchas veces esa capacidad de resiliencia juvenil: “he aprendido a levantarme en esa eterna caída” (Cosas de la vida, Porta). Porque “no me rendí a lo pies del destino” (Mi camino, Fili Wey) es que se marca el quiebre, la diferencia: “Nosotros somos los que marcan la diferencia” (Tuve el sueño de ser artista).

Otra experiencia de resiliencia

En el centro de régimen cerrado Manuel Belgrano de la Ciudad de Buenos Aires —donde cumplen condena jóvenes de 18 a 21 años—, la radio fue tomando poco a poco un lugar importante. Esta, como tantas otras experiencias que dan cuenta de la capacidad de resiliencia de los jóvenes, nos trae hoy las palabras de raperos como Fili Wey —Lucas Garribia— y el As que, desde las entrevistas realizadas por los chicos del centro, nos hablan. ¡Vale la pena escucharlas!

www.goear.com/listen/dd0aed1/entrevista-lucas-fili-wey
www.goear.com/listen/f57fb73/entrevista-2da-parte-esteban-as
www.goear.com/listen/ff6e13d/entrevista-3ra-parte-esteban-as

Por Soledad Cozzi • soledadcozzi@hotmail.com

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