Circo Social del Sur es una ONG argentina que se dedica al arte del circo como estrategia de transformación y desarrollo personal y comunitario, enfocados especialmente en los jóvenes de sectores vulnerables de la sociedad argentina. El Cirque du Soleil a través de su programa de circo social, Cirque du Monde, colaborará con dicha organización en el programa «Formador de formadores» destinado a capacitar a los instructores de circo que trabajan con jóvenes en situaciones vulnerables
El proyecto apunta a mejorar la empleabilidad y la capacidad de emprendimiento para los jóvenes y también a colaborar en el desarrollo integral de los jóvenes de barrios populares.
Mariana Luna Rúfolo, directora de Circo Social del Sur, explica esta propuesta en particular y el nexo que existe entre juventud, arte circense y empleo
– ¿Cómo es el trabajo de la ONG?
Nos dedicamos al desarrollo del arte circense y tenemos dos aéreas: una social y la del circo profesional. Dentro del área social, hay 3 programas: uno es el programa de Talleres Comunitarios de Artes Circenses, donde participan 350 jóvenes cada año. Ahí se trabajan talleres abiertos y libres, nuestra sede principal CheLa está situada en el corazón del Distrito Tecnológico de Parque Patricios, también trabajamos en villa 24 de Barracas, donde construimos y fundamos la Escuela de Circo Escalando Alturas, y en la villa 15. Además de las técnicas de circo hacemos música, teatro, danza, maquillaje artístico, fotografía. El segundo programa es el de Formación Avanzada de Circo, que es para los jóvenes que quieren ser profesionales como artistas o como pedagogos. Ellos entrenan durante 3 años, 4 veces por semana y tienen una currícula donde además de especificidades de las artes circenses tienen parte teórica y emprendimiento. El tercero de los programas es Formación de Formadores de Circo Social. El circo en definitiva termina siendo una excusa para el desarrollo personal y comunitario, al mismo tiempo que los jóvenes se forman, se transforman en activos productores de cambios. Los principales valores que se trabajan son trabajo en equipo, liderazgo, respeto, autoestima, sentido del humor.
– ¿Cómo se involucra Cirque du Soleil en este trabajo?
Desde el 2006 somos sus socios en Argentina, pero este año lanzamos este proyecto para mejorar la empleabilidad y la capacidad de emprendimiento de los jóvenes. Trabajamos en conjunto Circo del Mundo Chile y La Tarumba de Perú para impactar en 1500 chicos de la región. El programa está destinado a todos aquellos jóvenes que están con ideas de realizar un emprendimiento cultural. La idea es trabajar y enseñar a los jóvenes la importancia que tiene en la vida la creatividad, la confianza, la tolerancia a la frustración, la comunicación interpersonal, el sentido del humor, todas cualidades que van a apoyar la vida laboral de los chicos. En este sentido lo que aporta el circo es innovación al desarrollo de las habilidades blandas. Para el arte circense el trabajo en equipo no es un discurso, sino que es una condición para la práctica. Para armar una pirámide humana no hay otra forma que trabajar en equipo. Trabajamos con la creatividad. Ver la vida boca abajo evidentemente te da otra mirada del mundo y otras posibilidades de construcción de la realidad y de lo que vos le podés aportar.
– ¿Por qué cree que desde el circo o el teatro se puede ayudar a los jóvenes en situación de vulnerabilidad?
El circo llega a los jóvenes en general más allá de su situación social. El crecimiento del arte circense en los últimos años es innegable. No hay eventos culturales, sociales o empresariales en que el Circo no esté presente de algún modo. Es un lenguaje que está cerca del juego, del espacio compartido con otros y para los jóvenes es gratificante y de algún modo esa gratificación que da el trabajo no desestima el esfuerzo. Hay que esforzarse para conseguir las cosas pero eso no quita que haya un disfrute. A los jóvenes les encanta. Es un lenguaje popular, su práctica requiere mucha concentración y al mismo tiempo está cerca del disfrute y lo mágico.