Para brindar en su honor

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El salesiano Francisco Oreglia, precursor del “boom” del vino argentino

Entre los años 1880 y 1910 se produjo un acelerado cambio tecnológico en las bodegas mendocinas, que pasaron de ser de producción artesanal a ser agroindustria vitivinícola. Ello produjo un marcado descenso de los pequeños productores, acostumbrados a métodos artesanales, y promovió un aumento de grandes fabricantes con nuevas maquinarias y herramientas que incorporaban la electricidad, los combustibles y los equipos automáticos.
Los estudios primarios y prácticos resultaron insuficientes. En ese contexto, el trabajo de los salesianos en la escuela agrotécnica de Rodeo del Medio, Mendoza, fue revolucionario. Atentos a los cambios productivos y tecnológicos, adaptaron la estructura curricular y la infraestructura para responder a las demandas de una sociedad en transformación. A inicios del siglo pasado, los salesianos Paolo Robotti y Ernesto Frigerio, iniciaron una tradición enológica a través de sus trabajos en la primitiva bodega, la creación del primer laboratorio enológico en la escuela de 1905 y la enseñanza de la química y la enología en las aulas. En esa tradición se insertará posteriormente el salesiano Francisco Oreglia, a fines de la década del treinta, un verdadero precursor del “boom” del vino argentino.

Oreglia en la tradición de Rodeo del Medio

En torno a las primeras décadas del siglo XX, la escuela salesiana de Rodeo del Medio, además de sistematizar los estudios prácticos de vitivinicultura y enología, también puso a punto el funcionamiento de la bodega actualizando y comprando diferentes maquinarias. Así, los salesianos se situaban en el selecto grupo de los empresarios innovadores en la producción vitivinícola de acuerdo a los últimos avances de la industria metalúrgica.
Contando con tal desarrollo tecnológico, la escuela pasó paulatinamente de los estudios de capacitación práctica, dados en la educación primaria, a los estudios técnicos de nivel medio. Hacia finales de la década del treinta el sistema educativo comenzó a acompañar los procesos productivos brindando los instrumentos tecnológicos necesarios para la inserción en el trabajo especializado. El país estaba iniciando un acelerado proceso de industrialización por sustitución de importaciones. La industria demandaría a la escuela formación especializada.
En este marco político, social y productivo, llegaba a Mendoza en 1938 el salesiano Francisco Oreglia, proveniente de Córdoba, Argentina. Recién ordenado sacerdote, traía el mandato de ponerse a estudiar los cursos de enología para recibir el diploma correspondiente y reorganizar los estudios de los alumnos. A la vez que se desempeñaba como alumno, desarrollaba tareas docentes contribuyendo a organizar y sistematizar los estudios de enología. En el trabajo de organización fueron fundamentales dos precursores: Aquiles Maveroff y Mario Bidone. Ambos fueron profesores en la Escuela de Agricultura y Enología Don Bosco y contribuyeron a sistematizar los estudios de enología en el ámbito escolar de Rodeo del Medio.

El trabajo de los salesianos en Rodeo del Medio fue revolucionario.

De la enseñanza al campo científico de la enología 

En este periodo comenzó a percibirse gran interés de la sociedad por el conocimiento enológico, dada la importancia adquirida por la industria vitivinícola. La organización de la enseñanza teórica y práctica, la definición del currículum, la acumulación del conocimiento a partir de la incipiente investigación, la creación de cátedras, la circulación de profesores y profesionales entre las instituciones existentes en Mendoza, movilizó un sinnúmero de recursos. Unos años después se leía en una de las obras del citado Maveroff que el libro “representa sencillamente el desarrollo del curso de Enología que venimos dictando desde hace más de quince años en la Escuela de Agricultura y Enología Don Bosco”.
Oreglia recibió la influencia directa de estos precursores de la tecnología enológica argentina cuando era alumno en Rodeo del Medio, lo cual queda atestiguado en el prólogo de la primera edición de su más importante libro. La enología paulatinamente fue tomando distancia de la vinicultura para constituirse en un saber autónomo.

“El Oreglia”, mecanización y tecnología

Los cambios en la industria, los avances tecnológicos y la configuración del campo científico de la enología se concretaron en Rodeo del Medio en tres instituciones de gran importancia: la torre vinaria Sernagiotto, la creación de la Facultad de Enología y la publicación del libro Enología teórico-practica.
El empuje creativo y la capacidad de adaptación llevaron a los salesianos a planear nuevos objetivos institucionales. Por iniciativa de Oreglia, el 31 de octubre de 1965 se crea la Facultad Tecnológica de Enología e Industrias frutihortícolas. Al acto inaugural asisten el presidente de la Nación, Arturo Illia, y otros mandatarios. De ella egresan profesionales con el título de “Licenciados en Enología e Industrias Frutihortícolas”.
La torre vinaria fue construida entre 1964 y 1968 con fondos constituidos por un consorcio de empresarios vitivinícolas y del Instituto Nacional de Vitivinicultura, e inaugurada el 4 de mayo de 1968. Significó un enorme avance en la industria vitivinícola. Consistió en una bodega vertical de treinta y cinco metros con capacidad para cinco millones de litros, con comandos eléctricos de temperatura para las piletas que aprovechaban la fuerza de la gravedad para la circulación de los líquidos.
Para contribuir a la expansión de los estudios y la investigación en enología, Oreglia publicó el libro Enología teórico-práctica, más conocido en el ámbito como “el Oreglia”, entre otros libros y artículos científicos con fines didácticos. Además, otros docentes escribieron numerosos textos para la enseñanza y uso de los alumnos.
La Facultad de Enología, la publicación del “Oreglia” y la torre vinaria constituyeron la culminación de largos años de evolución de la industria vitivinícola, la tecnología enológica y la enseñanza especializada de la enología en el camino hacia la constitución del campo científico. La torre vinaria fue un momento de inflexión en la investigación enológica, puesta al servicio de la formación de alumnos especializados y a favor del desarrollo regional y nacional de la industria vitivinícola. La facultad tecnológica, a su vez, fue un hito en la construcción del campo científico de la enología en función de la investigación aplicada y la formación de profesionales.

Oreglia aparece junto a cientos de egresados como responsables del boom de la vitivinicultura.

Responsables del “boom” del vino

Las instituciones de los salesianos de Rodeo del Medio, con la particular presencia de Oreglia en el segunda parte del siglo XX, contribuyeron al desarrollo científico y de la tecnología enológica, a la innovación en el diseño de la bodega moderna y al boom de la industria vitivinícola en las últimas décadas del presente siglo.
La escuela de los salesianos —conjuntamente con la Escuela Nacional—contribuyó a la modernización de la vitivinicultura mendocina y al consecuente desarrollo económico y social. A la vez, desarrolló la educación agrícola especializada y sirvió de base para la construcción del campo científico de la enología.
El aporte de los salesianos de Don Bosco y sus instituciones a la enología data desde la experiencia iniciada en 1901 en Rodeo del Medio. En la tradición de los salesianos de Rodeo del Medio, Oreglia aparece como el máximo exponente, reconocido mundialmente. Junto a él, podemos ubicar a cientos de egresados, responsables del boom de la vitivinicultura y el posicionamiento de los vinos argentinos en el contexto mundial, particularmente de la cepa insignia: el malbec.

Por Ariel Fresia, sdb • afresia@donbosco.org.ar
Boletín Salesiano, septiembre 2017

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