Sin miedo
Sin miedo, lo malo se nos va volviendo bueno.
Las calles se confunden con el cielo.
Y nos hacemos aves, sobrevolando el suelo.
Así, sin miedo.Si quieres las estrellas, vuelco al cielo,
no hay sueños imposibles ni tan lejos.
Si somos como niños, sin miedo a la locura,
sin miedo a sonreír.Sin miedo sientes que la suerte está contigo,
jugando con los duendes, abrigándote el camino.
Haciendo a cada paso lo mejor de lo vivido.
Mejor, vivir sin miedo.Sin miedo, las olas se acarician con el fuego.
Y si alzamos bien las yemas de los dedos,
podemos de puntillas tocar el universo.
Así, sin miedo.Las manos se nos llenan de deseos,
que no son imposibles ni están lejos.
Si somos como niños, sin miedo a la ternura,
sin miedo a ser feliz.Sin miedo sientes que la suerte está contigo.
Jugando con los duendes, abrigándote el camino.
Haciendo a cada paso lo mejor de lo vivido.
Mejor, vivir sin miedoSi quieres las estrellas, vuelco al cielo.
Sin miedo a la locura, sin miedo a ser feliz.Artista: Rosana y Sie7e
Álbum: 8 lunas (2013)
¡Vivir sin miedo! ¡Suena todo un desafío para nosotros hoy día! Vivimos tiempos muy marcados por el miedo, la inestabilidad y la inseguridad. Leemos el diario o vemos la tele, y las noticias parecerían invitarnos a todo lo contrario: ¡por las dudas, vivir con miedo! Pero no sólo “tememos” a lo que nos pueda pasar en la calle. Constantemente la vida nos pone ante situaciones tan difíciles. Tememos equivocarnos, fracasar, que nos lastimen, que no nos acepten, a no tener dominio pleno de nuestras vidas. Parecería que el miedo forma parte de lo que es el ser humano.
Pero, en realidad, el miedo no es enteramente malo. Nos ayuda a estar atentos ante aquello que puede suponer un dolor, o que pone en peligro nuestro bienestar. Es algo perfectamente normal en nuestras vidas: el problema aparece cuando es tan grande que no nos deja vivir con libertad.
Esta canción invita a tomar conciencia de aquellas cosas que a veces nos dominan y nos impiden ser nosotros mismos; a tomar una postura vital ante el miedo, ya que si no lo sabemos balancear, nos puede alejar de las cosas más bellas de la vida. En este sentido, las fronteras de nuestros miedos son un trampolín importante para nuestro crecimiento. Preguntarme por qué le temo a algo me enfrenta a mis límites y preocupaciones, me orienta a enfrentarlos y superarlos, me hace fuerte y valiente.
Lejos de vivir temerariamente como si no hubiera peligros, esta canción también nos quiere invitar a contagiar otra forma de ver la vida para no caer en una mirada fatalista. Nadie niega que existan peligros y dificultades en nuestros tiempos, nadie dice que no haya momentos difíciles, pero estos no tienen por qué tener la última palabra: siempre podemos elegir cambiar —al menos— la mirada de la realidad. Jesús lo dejó muy claro cuando nos encargó que seamos la luz y la sal del mundo. Cada uno tiene el poder y la responsabilidad de transmitir un mensaje de optimismo y esperanza ante las adversidades. ¡También a esto se refería Don Bosco cuando nos pedía que hagamos que la santidad consista en estar siempre alegres!
¡Pensemos en todas las personas que nos ayudan a vivir sin miedo y demos gracias por ellas!
La invitación es clara… ¡Mejor vivir sin miedo! ¿No les parece?
Para reflexionar:
- ¿Qué situaciones de la vida me despiertan miedo? Esas situaciones límite que verdaderamente me impiden obrar como en verdad soy. Hago una lista para ponerles nombre.
- La canción busca evocar estas situaciones que nos ayudan a ser felices. Hagamos una lista de aquellas personas, situaciones, sentimientos que nos ayudan a superar los miedos de la vida.
Por Federico Poldi • federico.poldi@gmail.com