Los protagonistas de todos los sueños

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Nuestros jóvenes y los de Don Bosco.

Julio Sánchez.

Por Luis Timossi, sdb  //

ltimossi@gmail.com

En el sueño de los 9 años, aparece un personaje esencial, insustituible, y quizá el principal protagonista de la historia: los jovencitos. Todos los demás, el hombre luminoso, la mujer del manto tachonado de estrellas, y el mismo Juanito, actúan en función de ellos.

Son siempre nombrados como niños –fanciulli– y no como jóvenes, porque el personaje Juanito Bosco no podía relacionarse en esos momentos de su vida sino con coetáneos. Y son una multitud: para Don Bosco esta palabra está también cargada de significado, nunca sus jóvenes son pocos, y menos aún una élite. En los sueños sucesivos que continúan y completan éste aparecerán los jóvenes, ya como sujetos activos. 

En el sueño los jóvenes son una multitud: para Don Bosco esta palabra está también cargada de significado, nunca sus jóvenes son pocos, y menos aún una élite.

Lo original es que el narrador no les da voz, no los hace dialogar, sino que sus expresiones están marcadas por actitudes y movimientos.

El patio, lugar esencial

Estos niños de los cuales “algunos reían, otros jugaban, y no pocos blasfemaban”, se encuentran en un “patio muy espacioso». Don Bosco dirá que ninguno sale de ese lugar. En el patio sucede todo, allí aparece y permanece el hombre venerable, se le confía la misión y el método para trabajar con esos niños.

Aparece la mujer de aspecto majestuoso, la Maestra que le enseñará cómo tratar con esos niños que son sus hijos y lo despedirá diciendo: “a su tiempo lo comprenderás todo…”

¡El carisma salesiano concentrado en un espacio que Don Bosco llama patio! En verdad, no es un lugar físico sino una metáfora de algo más trascendente: la misma vida de los jóvenes en su búsqueda de plenitud.  

Una comunidad juvenil en movimiento

Los niños, durante el sueño, están en continuo desplazamiento, más aún, en un proceso de mutación. Primero “dejando de lado las peleas, los gritos y las blasfemias, se reunieron todos alrededor de aquel que hablaba”, es decir rodean al hombre venerable. En otro momento, ya estando Juanito en diálogo con la mujer majestuosa: “todos aquellos niños habían huido y en su lugar vi una multitud de cabritos, de perros, de gatos, osos y de muchos animales”. Y el proceso de transformación no para aquí, sino que, al dirigir su mirada, se da cuenta que: “en vez de animales feroces, habían aparecido otros tantos mansos corderos…”.

Los jóvenes del sueño están en movimiento, en proceso de transformación constante.

Este es el fenómeno que Juanito observa y del que no entiende el significado. ¿De qué se trata este proceso de cambios y transformaciones? Sin embargo, es esto lo que la Virgen le está enseñando. No consiste en ir al encuentro de los jóvenes, aún los más pobres, para verlos en situaciones estáticas, en realidades o contextos fijos, ni siquiera en encuadres o definiciones psicológicas o sociológicas que encierran y delimitan. Los jóvenes del sueño están en movimiento, en proceso de transformación constante. Este es uno de los elementos más característicos y fundamentales de la perspectiva educativa carismática salesiana. 

Juanito tendrá que aprender a mirar así, a hacerse compañero de camino, a estimular mediante la educación y evangelización este mismo proceso de transformación.

Un final de ensueño

En el inicio, los niños reían, jugaban y no pocos blasfemaban, pero al final, después de un proceso de transformación, acompañado por un estilo particular de misión que recibe Juanito, los niños, “transformados en otros tantos mansos corderos, todos saltando corrían alrededor balando como para hacer fiesta a aquel hombre y a aquella Señora”. 

Es de notar el “todos”, o dicho de otra forma “otros tantos”, es decir, la totalidad. Para Don Bosco ningún niño es dejado de lado, ninguno se pierde en el camino. Está indicando, que el proceso es grupal, comunitario; el “cada uno” está dentro del itinerario común.

En ese proceso de realización, de plenitud, se llega a su máxima expresión: una fiesta. ¡El patio se transforma en una celebración festiva, una liturgia juvenil alrededor de Jesús y María! Nada más hermoso para quien de verdad ama a los jóvenes y desea lo mejor para ellos. 

En la descripción de este proceso que atraviesan los niños, personaje grupal del sueño, está concentrado todo el carisma salesiano. ¿Cómo este sueño de hace 200 años, desafía y hace vibrar hoy nuestros corazones de Familia Salesiana educadora?

BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – JUNIO 2024

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