Para la psicóloga Graciela Senosiain, la pandemia nos puede ayudar a perder cierta “omnipotencia”, revalorizar los vínculos y tener un abandono “lúcido” en Dios.
El jueves 19 de marzo, el Presidente Alberto Fernández decretó el aislamiento preventivo y obligatorio de toda la población para hacer frente a la pandemia de coronavirus. Con la confianza puesta en la efectividad sanitaria de esta medida y una gran preocupación por sus consecuencias económicas, surge la pregunta por el impacto en nuestra interioridad y nuestros vínculos.
Graciela Senosiain es licenciada en psicología por la Universidad Pontificia Salesiana de Roma e integra como doctoranda la cohorte de “Lo Disruptivo” para el Doctorado en Psicología de la Universidad del Salvador. “Esta época puede volverse una gran oportunidad, el tema es cómo nos acompañamos a transitarlo —afirma Graciela—. Es momento de incentivar las capacidades humanas, profundizar la interioridad, la espiritualidad y entender de emociones adicionales. Se trata de buscar respuestas nuevas y responsables a este contexto nuevo, para no quedar atrapado en informaciones que desaniman y son poco serias”.
¿Estamos frente a una “situación límite”?
Yo la llamaría “situación disruptiva”. Situación límite sería otra cosa. Esto es un momento de disrupción, algo que aparece de golpe. Es otro enfoque. No tiene nada que ver con estrés, con psicosis social o con depresión. Es un hecho que irrumpe y se encuentra con nuestro psiquismo, y en ese encuentro cada uno realizará un procesamiento diferente.
El concepto de “situación disruptiva” es una teoría superadora de la idea de trauma. Porque si no, diríamos: “Después del coronavirus quedamos todos traumados”. No. El coronavirus nos va a afectar o lo vamos a tramitar todos de una manera especial en la medida de nuestra inmunidad psíquica. Son reacciones de personas normales enfrentando situaciones no esperables, anormales.
Pero la pandemia sí nos muestra que las acciones humanas tienen un límite: ¿eso a qué nos enfrenta?
El coronavirus es un impacto disruptivo. Hay un factor externo que genera una alteración psíquica, frente a lo cual ni siquiera tenemos inmunidad física. Entonces nos enfrenta a lo que claramente no se puede aceptar, la incertidumbre total. Nos deja sin proyección de nada, porque nadie sabe cuándo va a retomar sus actividades, ni cuándo va a finalizar esto. Nos deja en una especie de intemperie, donde la incertidumbre es lo que nos rige. Y también coarta todo lo que tiene que ver con la inmunidad psíquica, porque la amenaza es absolutamente incierta. Como no sabemos lo que va a ocurrir, estamos totalmente despojados frente a esta situación. Nos cuesta mucho aceptar lo incierto y esto nos deja sin proyección.
Parecería que lo que nos termina “salvando” es la responsabilidad, la confianza, las acciones comunitarias, ¿es válido pensarlo así?
Los especialistas a nivel internacional dicen que lo que nos queda por hacer es desarrollar y potenciar la creatividad, la solidaridad y el apoyo mutuo. Este es el único camino.
Creo que esto también tiene un mensaje muy fuerte desde lo espiritual, de renunciar a la omnipotencia en la que estamos sumergidos muchos de nosotros.
Se plantea la necesidad de redes para superar la situación, pero seguir de manera precisa las pautas de autoridades gubernamentales, educativas y económicas de cada región. Hay medidas muy concretas. Incluso se nos dice que si otros países hubieran actuado de este modo y en este tiempo, muchas de las cosas no hubieran ocurrido.
Solamente en forma mancomunada vamos a poder transitar esto tan incierto, aceptando lo desconocido. Más que nunca el cuidarnos, el empezar a ser de otro modo. Eso es lo único que nos va a poner en salvación, aunque la palabra suene fuerte.
Hay medidas o decisiones que uno no se anima a tomar solo, porque se pregunta si está haciendo bien o mal, pero si lo hacemos mancomunadamente nos va dando tranquilidad para transitar algo tan incierto.
La licenciada Senoisiain, durante una formación en el Teologado Salesiano de Chile
Muchas veces, frente a las “desgracias”, queremos buscar culpables. Pero en este caso, parece que no los hay. ¿Qué actitud debemos tomar?
Una actitud podría ser la prevención, pero en este caso resulta difícil, porque no sabemos ante qué estamos. La prevención vendrá cuando descubramos la vacuna y mucha gente se pueda vacunar o sepa con más claridad cómo manejarse. Entonces la actitud que se pide es precautoria: aplicar distintas medidas ante lo que no se sabe cómo puede ocurrir. Por eso entrar en cuarentena obligatoria es una manera de actuar, de no esperar ante lo que no se sabe qué va ocurrir.
También es interesante no tener una mirada desesperada: eso tiene que ver con aumentar la inmunidad psíquica. Reconocer que hay un factor de daño, pero reconocer cómo cada uno de nosotros de acuerdo a su estilo va reaccionando. Y tomar individual y socialmente medidas para poder cuidarse y cuidar. Se trata de ayudarnos y ayudar a aumentar la inmunidad psíquica y espiritual.
¿Aislarnos nos hace estar más juntos?
Nosotros sabemos interactuar, bien o mal, pero sabemos interactuar. Lo que no sabemos es “no interactuar”. Este es el gran aprendizaje, aprender a estar solos. O estar todo el día como familia juntos. Se trata de resignificar el valor de encuentro. ¿Por qué cuando me puedo abrazar, no lo hago? ¿Por qué cuando puedo compartir un almuerzo en paz, no lo hacemos? Se trata de volver a valorar esas cosas que ahora por el virus no estamos pudiendo hacer. La “resignificación” es una palabra clave para hablar del valor que tiene esta situación mirándola desde lo positivo.
¿Dónde queda Dios en todo esto?
En estas situaciones creo que Dios se nos impone y, de alguna manera, nos interpela para un “abandono” lúcido en Él. Se trata de encarnar la frase: “En la vida hago todo como si todo dependiera de mí, pero en el fondo sé que todo depende de Dios”. Entonces nos hace sentir su presencia, en tanto ninguno de nosotros somos Dios en nuestra vida. Nos interpela al reconocimiento de Él y nos exige, en lo espiritual, abandonarnos maduramente sin dejar de hacer todo lo que tenemos que hacer.
Referencia bibliográfica:
El impacto disruptivo del coronavirus y la inmunidad psíquica. Prof. emérito Dr. Moty Benyakar MD PhD.
Por Juan José Chiappetti // redaccion@boletinsalesiano.com.ar
BOLETÍN SALESIANO. 27/03/2020