En Córdoba, una escuela enseña cuarteto para que los chicos salgan de la calle

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Unas treinta mil personas por fin de semana asisten a bailes de cuartetos en la provincia de Córdoba. El ritmo ya superó las fronteras del distrito y los músicos y bandas tocan por todo el país. Y ahora, el fenómeno, además, estrena una escuela.

Carli Jiménez, el hijo del referente de este estilo musical la Carlos «La Mona» Jiménez, fundó un colegio gratuito para que los chicos puedan aprender no sólo a tocar instrumentos y bailar, sino todos los secretos de la industria.

La experiencia comenzó hace tres años en Villa Serrana, una zona vulnerable donde los músicos de la banda de Carli empezaron a enseñar una vez por semana en el centro vecinal. La idea surgió cuando fue a tocar a la plaza del barrio y empezó a pensar qué podía hacer para que los chicos pasaran menos tiempo en la calle. Entre los ocho y los 16 años aprendían los instrumentos fundamentales del cuarteto (acordeón, piano, bajo y percusión).

«Era todo muy informal. Llevábamos los instrumentos y recibíamos a los chicos -cuenta Roberto Vélez, locutor de la banda y coordinador de la escuela-. La experiencia fue muy buena y nos dio valor para seguir perfeccionando la idea.» Comenta que muchos padres «dejaban a los hijos como si fuera una guardería y se iban a la esquina a tomar cerveza».

A pulmón, resolvieron alquilar una casona antigua en el centro de Córdoba (cambiaron las refacciones por el alquiler) y hace unas semanas arrancó oficialmente la Escuelita de Cuarteto. Tiene cien alumnos y otra centena en lista de espera. Funciona con clases gratuitas de lunes a sábados. Además, los instrumentos musicales están a disposición en el lugar para los chicos.

El plan educativo incluye la enseñanza de piano, bajo, acordeón, percusión y violín. «Ésa es la base del cuarteto; después se fue fusionando con los ritmos centroamericanos y agregando, por ejemplo, tambora y timbales.»

Horacio French dicta un taller de arte con la intención de que el ritmo, así como el hip hop o el rap, pueda tener una gráfica que lo identifique. La idea es que todos los trabajos se plasmen en una revista que editarán los alumnos dos veces por año.

El sábado es el día del baile. Rocío González, una bailarina clásica, se ofreció a enseñar. Así, de 10 a 13, van familias completas a aprender.

Carli, de 32 años, lleva toda la vida con el cuarteto. Todavía se acuerda cuando, de chico, su papá lo mandó a una escuela de música y no lo aceptaron porque era hijo de «La Mona». Señala que en Villa Serrana tenían alumnos que no iban al colegio. «No sabían leer ni escribir y aprendían por oído. Hoy varios van al cole y pasan menos tiempo en la esquina.» Para una chica que hizo todo el esfuerzo el premio fue subirse al escenario con «La Mona». «Tocó frente a seis mil personas. Algo que le cambió la vida», cuenta.

La «Escuelita» es la primera de Córdoba. Hasta ahora, en esta provincia, no había dónde se pudiera aprender el ritmo. «Se fue haciendo a prueba y error hasta encontrar su lugar. Fue discriminado en la dictadura y por la policía, pero buscó su lugar y hoy se legitima con un espacio gratuito donde nadie es sapo de otro pozo», dice Carli.

Hay programadas actividades con músicos y con referentes de la industria, como productores y dueños de los bailes. La idea es diseñar una salida laboral que no necesariamente pasa por hacer música.

Carli y su banda están acostumbrados a ir a barrios vulnerables a enseñar y los motiva que en el nuevo espacio los alumnos de distintos sectores se mezclen y compartan.

«Los cordobeses son conservadores y todavía hay que romper barreras, pero se avanzó mucho y seguiremos por ese camino», agrega.

 

Fuente: www.lanacion.com.ar

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