Los días felices
Tienen que venir días más felices
Quiero ver reír a esos ojos tristes
Siempre que llovió, después paró y volvió el sol
Pero cómo se estiró, de qué modo se estiró
Esta noche que no se iba más
(Estribillo)
Sin pasar por la razón
Hoy me guía el corazón
A seguir al viento
Que cambió de dirección
Habrá que mirar más gente a los ojos
Mejor evitar las redes del odio
El cielo está nítido y azul, tan limpio que
Da filo a los árboles, a los tejados también
Y lo miro y quiero respirar
(Estribillo)
El cielo está nítido y azul, tan limpio que
Saca filo a lo que ves, techos, tanques, árboles
Y lo miro y tomo envión
(Estribillo)
Artista: Ella es tan cargosa
Álbum: Los días felices (2020)
Por Otto Kalenberg, sdb
okalenberg@donbosco.org.ar
Después de llevar más de doscientos días de una nueva forma de vida, imagino que muchos de nosotros hicimos algo nuevo, o algo distinto descubrimos. Seguro que varios, en el sentir colectivo, extrañamos todo aquello que normalmente hacíamos y que tenía el “plus” de que “nos hacía bien”. Hoy muchos no dejaron de lado ese sentimiento pero sumaron un nuevo “plus” de cuidados para poder seguir brindando un lindo servicio en cada uno de sus lugares.
Te propongo esta canción que tiene como título Los días felices, fruto de la producción de una banda que pone palabras al sentimiento común y que seguro nos ayudarán para poder recordar “aquellos días”. Te comparto algunas frases.
“Tienen que venir días más felices”. ¡Claro que sí! Y el dicho popular lo confirma: “No hay mal que dure cien años —o cien días—”. Es un momento difícil y atípico el que nos toca vivir, pero está en cada uno de nosotros hacer del día, un día único. Los grandes medios de comunicación tienen la facilidad de paralizarnos en vez de animarnos, por lo que buscar algo auténtico en el día nos hará más felices y nos preparará para el reencuentro. Siempre que llovió, después paró y volvió el sol.
“Sin pasar por la razón, hoy me guía el corazón”. Es hermoso ver la cantidad de gestos solidarios que han surgido en estos últimos tiempos. El servicio hacia aquél que necesita “un poco más” no fue algo egoísta. Hay tantos que guiados por el corazón hicieron de la nueva rutina un espacio de voluntariado, donde la primera preocupación es el “otro” que necesita ayuda. El corazón se convirtió en un “GPS solidario”, aunque la razón nos pone en alerta para cuidarnos y no bajar los brazos.
“Habrá que mirar más gente a los ojos, mejor evitar las redes del odio”. La urgencia puso “de moda” una prenda solo vista en los hospitales: el tapaboca. Solo se te ven los ojos cuando lo usás. Ante esto me pregunto: ¿cuántas veces miré los ojos del que está a mi lado? ¿le presté atención? Hoy hay que “saber mirar los ojos” para entender cómo se siente el otro y descifrar lo mucho que dice este pequeño órgano. Ojalá que en el futuro este nuevo aprendizaje de contemplar las miradas nos evite entrar en el entramado del odio, que solo nos hace endurecer el corazón y mirar hacia abajo.
Y ya a las puertas del cierre de este año te propongo estas preguntas para ir haciendo síntesis de todo lo que vivimos:
• Durante el año: ¿Qué hizo latir más fuerte tu corazón?
• ¿Qué buena noticia tenés para compartir con los demás y poner color a los días?
• ¿Qué miradas esperanzadoras podemos tener para el próximo año?
• Te propongo que hagas un zoom, meet o videollamada con tus amigos y compartas estas buenas noticias para cerrar el año. Si se animan compartan resonancias en las redes con el hashtag #CerrarConEsperanzas y etiquetá al Boletín Salesiano: @boletinsalesianoarg
BOLETIN SALESIANO – DICIEMBRE 2020