Así habla la Biblia

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Géneros literarios en la Sagrada Escritura. Primera entrega: la creación y el paraiso

Es importante comprender que los cristianos nacimos del tronco judío. Jesús era judío. Actualmente existe mucho diálogo entre ambas instituciones. La palabra testamento (= alianza) tiene importancia ya que solemos decir “Antigua Alianza” y “Nueva Alianza”. Algunos autores prefieren decir “Primera Alianza” y “Segunda Alianza”, porque la palabra “antigua” se puede interpretar como un deshacerse de ella, cuando no es así. La Primera Alianza o Primer Testamento ilumina la Segunda Alianza o Segundo Testamento. La vida cristiana, con mucha razón, sigue hundiendo sus raíces en el Primer Testamento.

En las lecturas católicas, Don Bosco trataba de evangelizar  al pueblo sencillo de una manera sencilla. El tema de los géneros literarios no es nada fácil. Este es un esfuerzo que quiere imitar a nuestro Padre.   

Para entender mejor el tema que nos ocupa, hay que tener en cuenta que generalmente se desconoce cómo se escribieron los libros de la Biblia. La Biblia no es un libro de historia, es un libro escrito desde la fe. Contiene aquello que Dios quiere trasmitirnos para que seamos fieles a su voluntad: ¡tener vida!

Asimismo hay personas que creen que Dios dictó los textos de la Sagrada Escritura y el autor sagrado solamente puso la tinta sin cambiar una letra de lo que Dios le hablaba. Pero no fue así como se escribió la Biblia. Por supuesto que Dios asistió al autor para que el poema saliera tal como Dios lo deseaba y para que enseñar a los hombres de todos los tiempos. Pero esto no implica que el autor escribió para la gente de su tiempo  y que les habló por medio de figuras y modismos propios de la cultura de ellos.

A estas figuras y modos de escribir los llamamos géneros literarios.

Debemos entrar un poco en esa cultura y en esos modos de expresarse si queremos entender lo que Dios quiere revelarnos. Por lo tanto no debemos tomar todo el pie de la letra. Ya lo decía San Pablo: “… la Nueva Alianza no reside en la letra, sino en el Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida (2 Cor 3, 6).

El Concilio Vaticano II [1], inspiración del Gran Papa Beato Juan XXIII dice: “Para averiguar la mente de los
santos escritores hay que tener en cuenta, entre otras cosas, los géneros literarios”.   

Por lo tanto, para captar mejor el mensaje, hay que situar en primer lugar el hecho histórico; luego el modo en el cual se expresó el autor antiguo (su ropaje literario o sea el género literario); y por último, el mensaje que se quiso trasmitir. Lo más importante es el mensaje.

Se relatan acontecimientos históricos desde la fe en Dios. Lo que llega a nosotros no es la relación de los hechos históricos sino la fe que tenía el pueblo en la intervención de Dios.

Un ejemplo: el éxodo del pueblo hebreo de la opresión de los egipcios. Hubo una liberación liderada por Moisés. El pueblo experimentó que en esa liberación Dios los condujo a la victoria.

Según lo que se acaba de decir tenemos:

  • un hecho histórico: un grupo de esclavos hebreos logran escapar por un lugar fronterizo donde el mar está bajo, llamado el Mar de las Cañas, ayudados por el viento que casualmente sopla en esos momentos y por esta casualidad logran eludir las férreas guardias. Ellos sienten que Dios estaba presente.
  • el género literario: más tarde ese hecho es vivido como el nacimiento de la nación hebrea, fundacional, y entonces el autor sagrado lo narra con un género literario épico: Dios lucha con su pueblo… ¿Cómo hacer, entonces, para que Dios entre en la escena? De día Yavé-Dios manda una nube que cubre el sol para facilitar la huida del pueblo; de noche una llama ilumina el camino; cuando los enemigos están por atraparlos, Moisés milagrosamente, abre las aguas.
  • el mensaje: la manera como el autor expresa su mensaje: Dios no abandonó a su pueblo. Fue su liberador. Estuvo presente en la fundación de la nación.

Los textos: la Creación y el Paraíso

Los 5 primeros libros de la Biblia forman del Pentateuco, la Torá, es decir la Ley para nuestros hermanos judíos.

El primer libro es el Génesis (“origen”, “los comienzos”). ¿Quién escribió el Génesis? Son varias las tradiciones:

  • 900 años antes de Cristo (a.C.). La tradición yavista: un escritor desconocido, en el tiempo de rey Salomón, compuso una primera historia del pueblo de Dios. Disponía de recuerdos y leyendas orales que corrían de boca en boca.
  • 800 años aC. La tradición eloísta: otro autor redacta otros recuerdos.
  • 600 años aC, La tradición deuteronomista (segunda ley) pertenece casi exclusivamente al quinto libro.
  • 500 años aC. La tradición sacerdotal: después del destierro, los sacerdotes componen el poema de la creación. Como se ve, los antiguos no escribían libros de cabo a rabo como los escritores modernos. Eran mucho más libres. Además unos 400 años a.C. en tiempo de Esdras y Nehemías se reorganizaron todos los textos.

Es importante destacar que la división en capítulos y versos o versículos vino mucho después.

Los once primeros capítulos del Génesis tienen el propósito de enseñarnos el sentido de la historia y del mundo en que vivimos. El universo ¿para qué? ¿qué es el ser humano? ¿el mal? ¿por qué la muerte?. No se trata de historia en el sentido moderno, pues no es la descripción de hechos históricos. Más bien son comparaciones e historias que encierran una verdad religiosa siempre actual.

Después, a partir del capítulo 12, comienzan los recuerdos de los Patriarcas, los antepasados de Israel.

La Creación

Génesis: capítulo 1, versículo 1 al 31 al capítulo 2, 4º. Relato Sacerdotal.  500 años aC

(para entender estas explicaciones es necesario leer los pasajes).

El pueblo hebreo se hallaba en el destierro y estaba a un paso de aceptar la religión babilónica. Lo que exigía y necesitaba no era una lección de prehistoria, sino unos principios que le ayudaran a entender los siglos de historia vivida para no hundirse en la crítica situación que estaban atravesando. Se respiraba un aire de derrota, de fracaso… desde el punto de vista religioso, había un ambiente de desconfianza hacia su Dios y hasta una cierta sospecha de que Él, y solamente Él, era el responsable, no sólo de los males pasados, sino también de los del presente. Los sacerdotes fueron los relatores para mantener la fe y esperanza del pueblo. Se insiste en una mirada desde la fe.

La ciencia moderna calcula que los primeros seres vivientes aparecieron hace mil o dos mil millones de años. Desde allí, por evolución, fueron apareciendo todos los demás seres debido a la fuerza interna hasta que, hace unos tres millones de años, apareció una raza ya bien parecida al ser humano actual.

Ya existían relatos en otras religiones de pueblos vecinos pero los sacerdotes purificaron esos relatos. Para ellos la Creación era obra de un único Creador, porque para los pueblos vecinos, los creadores eran varios dioses. Y lo hicieron como si el mundo fuera un templo y cada día una lámpara.

En este tema habría mucho para explicar, pero nos vamos a detener en aquello que consideramos más importante.

  • Durante mucho tiempo se pensó que este fue el capítulo que primero se escribió. Sin embargo fue el último del Pentateuco.
  • Carece absolutamente de todo intento científico. Explicar cómo se inició el universo le compete a la ciencia.
  • El relato es grandioso y maravilloso. Dios todo lo hizo bien.
  • El último día aparece el hombre. “Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza… Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó”. No se refiere al varón solo o a la mujer sola. La imagen de Dios no es el individuo preso de su soledad, sino el encuentro de dos personas unidas por lazos de comunión y, a raíz de esto, portadoras de vida. Este es el ser humano que vive en comunión con los otros humanos, sus hermanos.
  • Adán y Eva no son históricos. ¡Son la humanidad!
  • Dios descansa el séptimo día. Sabemos que Dios no se cansa nunca pero los sacerdotes en el exilio, en medio de una cultura no hebrea, con este “descanso” de Dios establecen el descanso sabático que será un signo de la identidad de la nación.

El Paraíso

Génesis: capítulo 2, versículo 4b al 25. Relato Yavista. 900 años a.C.

Recordemos que este relato es mucho más antiguo que el anterior. Habría que comparar ambos relatos y distinguir cuáles son las grandes diferencias. Es menos abstracto y más vital. Dios no da órdenes para que aparezcan los seres, sino que Él mismo va haciendo con sus manos, modelando con arcilla. Se las ingenia para conseguir que su principal criatura, el varón, se sienta bien: lo duerme y “forma” de su costilla otra criatura que el varón reconoce como la única con capacidad de ser su compañera: la mujer. Algunas consideraciones en relación a esta temática:

  • El material original parece venir de la cultura acadia muy antigua, de los sumerios, cinco mil años antes de Jesús. Los israelitas lo adaptaron a su pensamiento para explicarse el origen del varón y de la mujer.
  • Es interesante observar que tanto el humano como los animales fueron hechos del polvo de la tierra. A ambos Dios le da el aliento de la vida como se ve en otros textos de la Escritura. Pero el humano se distingue porque Dios lo hizo a su imagen y semejanza. Lleva dentro el Espíritu de Dios.
  • El ser humano es mortal por naturaleza y debe retornar al suelo de donde fue sacado. Pero Dios gratuitamente lo introdujo en el “jardín del Edén”, símbolo de la amistad divina y le concede el acceso al árbol de la vida, símbolo de la inmortalidad.
  • El árbol del conocimiento del bien y del mal representa la facultad de decidir por si mismo, lo que es bueno de lo que es malo, independientemente de Dios. Al desobedecer el mandato divino revindica para si una autonomía que no corresponde a su condición de criatura y usurpa un privilegio exclusivo de Dios; será tema del capítulo tercero.
  • La mujer es formada del hombre y por lo tanto tiene su misma dignidad. La inferioridad de la mujer era un hecho aceptado en la antigüedad. El relato bíblico, en cambio, muestra que este hecho no responde a la intención original del Creador. Todas las imágenes indican que el varón y la mujer participan de un mismo destino y de una misma condición.

Bibliografía

  • Notas de la últimas ediciones de las distintas Biblias.
  • MEZZACASA, FLORENCIO (1982) La Biblia habla así. Asunción: Ed. “Don Bosco”.

[1] El Concilio Vaticano II (1962-65), dice en la Constitución sobre la Divina Revelación, punto 12: “Ahora bien, como quiera que en la Sagrada Escritura habló Dios por medio de hombres a manera humana, el intérprete  de la Sagrada Escritura, si quiere ver con claridad qué quiso Dios mismo comunicarnos, debe inquirir atentamente qué quisieron realmente significar y que plugo a Dios manifestar por la palabra de ellos. Para averiguar la mente de los   santos escritores hay que tener en cuenta , entre otras cosas, los géneros literarios.

Por Alberto Faraoni, Septiembre de 2007

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