Darle forma la Obra Salesiana

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 La figura de Américo Bonetti, escultor del barrio de La Boca.

Por: José Emilio Burucua e Iván Ariel Fresia

redaccion@boletinsalesiano.com.ar

El escultor Américo Bonetti nació en el barrio de La Boca el 8 de julio de 1865 –un barrio con predominio de inmigrantes italianos, donde todo estaba por hacerse todavía– y falleció en Bernal, Provincia de Buenos Aires, el 6 de octubre de 1931. 

Los Bonetti eran una familia de artistas entre los que Américo se destacó. Otro de sus hermanos, Valentín, se hizo salesiano y tuvo una labor fundamental en el comienzo de la acción salesiana en el país. Quizá por esa relación de Américo con su hermano salesiano, sus obras mayores aún se conservan en dos iglesias salesianas de Buenos Aires. En la Iglesia San Juan Evangelista se encuentra una talla del Santo. En la parroquia San Pedro, un Cristo agonizante de tamaño natural caracterizado por el realismo de las torsiones de su anatomía.

El padre de Américo, Agustín, oriundo de Suiza, había establecido ya en los años setenta un taller de escultura en la ribera. Agustín Bonetti fue inscripto en el Censo Nacional de 1869 como “escultor”1. La misma calificación profesional aparece en el registro de Francisco Parodi en ese Censo2. Ambos detalles no son menores a la hora de precisar la calificación social y cultural de los dos personajes, padre y maestro de nuestro Américo.

La sociedad boquense

De aquel taller saldrían imágenes destinadas a cubrir las necesidades del culto católico de la zona, o bien objetos útiles para la incipiente vida económica de la sociedad boquense, formada por pescadores, marinos, boteros de pequeño calado. 

Entre tales objetos, los mascarones de proa podían competir con los tallados por Francisco Parodi y un nutrido grupo de aficionados anónimos3. Américo y su hermano Linio aprendieron muy pronto el oficio paterno; es probable que después de 1880, ambos pasarán a dirigir el taller y recibir encargos importantes para la iglesia salesiana del lugar: la parroquia de San Juan Evangelista que estuvo en construcción desde 1872 y fue terminada en 18864. Trabajó duro el taller de los Bonetti y produjo la estatua monumental del santo patrono (1886), el púlpito (1887) y posiblemente los candeleros del altar mayor5

Dos de las obras más importantes de Américo Bonetti se encuentran en las parroquias salesianas San Pedro y San Juan Evangelista.

En 1970, aún recordaban los ancianos del barrio las narraciones que les hicieron sus padres acerca del traslado de la estatua de San Juan Evangelista desde el taller hasta el altar mayor del templo. Contaban que fue necesario romper las puertas de la casa de los escultores para sacar la gran imagen del Santo, que, en medio de la gritería, el júbilo de los chicos, la devoción de los mayores, fue trasladada hasta el pedestal donde aún hoy se yergue. También de esta época datan algunas obras de otro cariz, prácticas y a la par jerarquizadoras para quien las poseyese. Tales los casos del mascarón de proa del Greca Latina o del ángel que se colocó “en el mirador de una casa como guía del navegante”.

Un siglo de artistas

Américo Bonetti era ya un escultor formado a comienzos de la última década del siglo XIX. Integraba junto con Eduardo Sívori, Ángel della Valle, Eduardo Schiaffino y otros pintores, el grupo pionero del arte moderno en la ciudad de Buenos Aires. Como ellos, Américo era miembro del Ateneo, institución porteña que los congregaba. 

Antes de 1890, la escultura ocupaba un lugar relevante en la actividad estética de la Vuelta de Rocha precisamente gracias a la presencia de dos escultores: Francisco Parodi (1830-1892) y Francisco Cafferata (1861-1890). El primero, como maestro de la talla de madera y autor de atractivos mascarones de proa. Realizó asimismo un busto del general Mitre, conservado actualmente en la casa museo del militar y presidente. Cafferata, como trabajador excelente del metal quien, ya antes de 1890, había recibido dos encargos oficiales. Bonetti, formado en primera instancia en el taller de ebanistería de su padre, fue continuador de Francisco Parodi en la ejecución de mascarones de proa y, tras la muerte de Cafferata, se convirtió en el escultor consagrado de La Boca antes del 1900. 

Entre las décadas de los ochenta y noventa desarrolló su primera producción escultórica y su actividad artística de gran alcance. En ese período, Américo creó algunas de sus obras más significativas: el Ángel de la trompeta, por ejemplo y los cofres para banderas de los principales navíos de la Marina argentina

El ángel de la trompeta, una de las obras más destacadas de Bonetti.

Un contexto que demanda

Era una época de gran auge de la economía argentina y la creación de las grandes instituciones del Estado moderno, la llegada de la migración de ultramar, el comienzo de la movilidad por ascenso social, el establecimiento del voto obligatorio y la participación ciudadana en la política local, entre muchos otros aspectos. Desde el punto de vista religioso, fueron los tiempos del auge y la expansión de la Congregación salesiana en el centro histórico del país y en los nuevos territorios del sur patagónico. La carrera de Bonetti se inició con los trabajos solicitados por los salesianos en La Boca

La carrera de Bonetti se inició con los trabajos solicitados por los salesianos en La Boca.

La escultura ha sido un arte muy dependiente de la comitencia. Es decir, de los encargos oficiales de la Iglesia, de los príncipes y, a partir de la Revolución Francesa, de los estados nacionales. Todavía entre 1880 y 1930 la iglesia católica y otros credos cristianos en Argentina fueron grandes comitentes de esculturas. De hecho, la carrera de Bonetti se inició con los trabajos solicitados por los Salesianos en La Boca. En 1886 el párroco de San Juan Evangelista encargó a Américo Bonetti nada menos que una escultura en madera de gran tamaño que representaba al Santo Patrono de ese templo. Todavía hoy, la obra de Bonetti es la imagen que preside el altar mayor. Américo fue muy activo en el campo artístico de la ciudad de Buenos Aires, en sus salones y concursos, en sus proyecciones internacionales.


1 Argentina, Censo Nacional, 1869, https://www.familysearch.org/ark. Agustín Boneti, imagen 471, línea 4. Edad: 43 años, Estado civil: casado, Nacionalidad: suiza, Profesión: escultor.

2 Argentina, Censo Nacional, 1869, https://www.familysearch.org/ark. Francisco Parodi, imagen 202, línea 12. Edad: 40 años, Estado civil: casado, Nacionalidad: italiano, Profesión: escultor.

3 BUCICH, Antonio J. “Precursores del arte en la aldea boquense”, en La Prensa, Buenos Aires, 1.12.1963, Sec. Tercera, p. 2. La colección más completa de viejos mascarones de proa puede verse en la sala “Américo Bonetti” del Museo de Bellas Artes de La Boca.

4 El nuevo templo fue bendecido el 17 de julio de 1886.

5  Academia Nacional de Bellas Artes, Patrimonio Artístico Nacional. Inventario de bienes muebles. Ciudad de Buenos Aires, II. Primera parte, Buenos Aires: The Getty Foundation, 2006, p. 268.

BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – JUNIO 2025

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