Una familia argentina decidió dejarlo todo por un sueño: en pocos días se subirán a una combi 1980 y recorrerán cerca de 18 mil kilómetros hasta llegar a Filadelfia, donde el papa Francisco estará en septiembre para presidir el Encuentro Mundial de las Familias.
Alfredo “Catire” Walker, su mujer Noël Zemborain y sus hijos Cala, Dimas, Mía y Carmin quieren celebrar la vida, “salir al encuentro de las demás familias” y difundir el mensaje de la cita mundial del Santo Padre con las familias de todo el mundo.
Para cumplir su sueño de tener un prolongado viaje familiar Catire y Nöel debieron dejar la casa que alquilaban y renunciar a sus trabajos. Él es gastronómico, mientras que ella es comunicadora social. Sus tres hijos más grandes, de entre 5 y 12 años, continuarán la escuela a distancia.
¿Por qué este viaje, y por qué al Encuentro Mundial de las Familias?
– Nosotros teníamos la idea de hacer un viaje largo, pero lo pensábamos hacer cuando los chicos fueran grandes. Un día de agosto, tomando mate en una plaza, hablamos de este sueño y se nos vino la idea de hacerlo ahora, con los chicos, transformándolo en un viaje familiar. Le dimos vueltas -incluso averiguamos cuánto valía una casa rodante, y casi de casualidad, nos encontramos con el Encuentro Mundial de las Familias. Ahí nos cerró todo. Sabemos y buscamos que el viaje tenga un marcado sentido misionero.
¿Qué buscan con este viaje para toda la familia?
– Queremos celebrar la familia, darnos un año, un regalo para tener tiempo para nosotros, para la familia, que es nuestra prioridad. Esto va acompañado de lo que implica también dejar todo. Nosotros tenemos una vida muy similar a muchas otras familias, con trabajo, con la escuela para los chicos, con tratar de llegar a fin de mes… Simplemente tomamos decisiones que te dan un poco de miedo, como dejar la casa, renunciar al trabajo, pero nos animamos.
¿Cuándo definieron el viaje?
– Comprar la combi fue un punto de inflexión. Eso fue por octubre, pero a nuestros hijos les dijimos en Navidad. Cuando lo empezamos a anunciar, a comunicar, comenzó a tomar dimensión y bajar a la realidad.
¿Y qué repercusión genera eso en la gente?
– La gente se sorprende, pero también nos anima. La verdad que tuvimos muchísimo apoyo. Nos pasa también que hay gente que se ha animado a hacer cosas a partir de nuestra experiencia. Esto nos está pasando ahora, sin haber recorrrido un kilómetro.
La salida
La familia Walker viajará durante siete meses por el continente americano. Saldrán la próxima semana desde San Fernando, pero antes prevén pasar por la basílica de Luján, donde el padre Gustavo Antico, secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Laicos y Familia (Celaf), celebrará este domingo 8 de marzo, a las 11, una misa de envío.
Habiendo ofrecido el viaje a María, partirán sin prisa hacia San Luis. Pasarán luego por Mendoza y allí emprenderán camino a Chile. A su paso visitarán Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela.
Con los ahorros logrados, cruzarán el canal de Panamá y continuarán por todo Centroamérica. Irán por México de sur a norte y entrarán a los Estados Unidos por el estado de Texas. Aunque acondicionaron una mini-van para la travesía, confían en poder parar en casas de familia y en parroquias.
¿Tienen previsto dónde parar?
– La primera semana vamos a hacer trayectos más cortos, para aclimatarnos. Vamos a parar en casas de amigos o de amigos de amigos. También tenemos hospedaje en Santiago de Chile, pero a partir de allí y para arriba todavía tenemos muchas incertidumbres. Nuestra idea es publicar un cierto itinerario y confiar en que surgirán algunas posibilidades, sea en casas de familia o en parroquias.
En misión
El lema del Encuentro Mundial de las Familias es “El amor es nuestra misión: la familia plenamente viva”. Este es el mensaje que la familia Walker-Zemborain quiere compartir.
¿Qué esperan que les deje este viaje a nivel familiar y espiritual?
– Estamos seguros de que este viaje será transformador. Sabemos que vamos a volver distintos. Vamos a vivir una transformación muy positiva. Ya vemos cambios: estamos muy impresionados con la cantidad de personas que nos ayudan y que nos animan. Creo que esto nos va a unir mucho como familia. Uno vive en familia, pero a veces te falta tiempo para dedicar a los otros miembros.
¿Qué pueden dejarle ustedes a la gente que conozcan en el camino?
– Vamos con mucha humildad. Somos una familia común, con la que muchos se pueden identificar, no hacemos este tipo de cosas siempre. Queremos dar el mensaje de que se puede creer en los sueños, convencer de que vale la pena el esfuerzo y jugarse por algo más audaz. Ojalá que sea un empujón para otros, para que logren lo que se plantean. Además, nos gustaría mucho dar a conocer el encuentro y dar a conocer que somos una familia alegre y que disfrutamos de estar juntos.
¿Sueñan con estar junto al Papa?
– ¡Sí, mucho! Nos llena de esperanza poder verlo. Y también mucho a nuestros hijos. «¡Vamos a ver al Papa!», le dicen a sus amigos.
Una mano
La familia Walker-Zemborain vendió todo lo que tenían para hacer este viaje, que es posible también gracias a la ayuda que muchas personas están ofreciendo. Además confían en la generosidad de las familias de todo el continente para que les abran las puertas. En la página web www.americaenfamilia.com, los aventureros publicarán un cronograma de su itinerario, de modo que puedan prever su llegada y recibir alojamiento.
También necesitan colaboración con los gastos de financiamiento, para ello pusieron a disposición una caja de ahorro del Banco Galicia Nº 4056426-5 999-7, con CBU 00709990 – 30004056426570 y CUIL: 20-29105699-8. Su titular es Alfredo Walker.
Para quienes deseen acompañar su viaje lo pueden hacer a través de la página de Facebook: América en familia.
Fuente: www.aica.org