Cuatro desafíos de la Pastoral Escolar.
Con la colaboración de Oscar Perez
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Oscar Perez es Secretario general laico de la Confederación Interamericana de Educación Católica, servicio para el que fue elegido en 2020 y reelegido en 2023. En el mes de septiembre el autor brindó una breve conferencia a los Coordinadores de Pastoral escolar de Argentina Sur. La misma está disponible en el siguiente link.
A continuación se ofrece una síntesis sobre los cuatro desafíos que desde su perspectiva afronta actualmente la Pastoral Escolar en América Latina.
Ser una excelente escuela
El primer gran desafío que quiero compartirles es que si queremos una excelente escuela católica, primero tenemos que ser una excelente escuela. El Papa Francisco en uno de sus discursos en Argentina se preguntaba por qué tenemos colegios. Si es por tener dinero, la verdad es que los colegios cada vez aportan menos recursos. El único motivo por el que la Iglesia tiene colegios, es por su misión social. Y misión social que es formar excelentes personas.
Tenemos que darle importancia al sustantivo escuela. En algunos lugares, se piensa que la pastoral escolar solo son los sacramentos y las misas. No, la pastoral escolar es todo lo que hace la escuela. Los niños van a la escuela por el saber, van a la escuela por transformar su realidad. Entonces el primer gran desafío de la pastoral escolar es que tenemos que ser escuelas innovadoras, transformadoras; escuelas que dialoguen con las pedagogías contemporáneas, escuelas que tengan que ver con la realidad de los niños que están viviendo hoy.
Si somos una excelente escuela vamos a hacer una excelente escuela católica.
Y si somos una excelente escuela, vamos a hacer una excelente escuela católica. Y en este punto tiene que ver la evangelización explícita que por ejemplo se realiza a través de los sacramentos, y también la pastoral implícita que se ofrece con los contenidos, con el currículum. Por ejemplo cuando a un niño le enseñamos a analizar la realidad lo estamos evangelizando, cuando le enseñamos a cuidar toda forma de vida, estamos evangelizando.
Formar excelentes seres humanos
El segundo gran desafío es que nuestra tarea es formar excelentes seres humanos. Entonces pedagogía, innovación, Evangelio de nada sirven si no formamos excelentes seres humanos. ¿De qué sirve que conozcamos a Jesús si no actuamos como Él? Por eso nuestras escuelas deberían ser lugares auténticos de fraternidades, de diálogo, de humanidad.
Y en este sentido a veces en América Latina nos hemos dedicado mucho a formar seres religiosos pero poco espirituales. Entonces de nuestros colegios egresan muchos niños y jóvenes que hicieron la primera comunión pero no se llevan nada. Los colegios católicos sufrimos de “bulimia pastoral”, excesos de actividades religiosas y cuando los niños salen no se llevan nada.
Y para esto es fundamental escuchar a las nuevas generaciones, aunque eso cuesta, porque tenemos tantos paradigmas para acercarnos a la realidad que cuesta escuchar. Por eso son claves tres cosas: primero la música, escuchar lo que los jóvenes escuchan, eso refleja una época; el segundo punto es estar atento a las modas, las formas de vestirse, de vincularse, al lenguaje, entre otras cosas. Y el tercer punto tiene que ver con la búsqueda de héroes, toda generación busca héroes. Muchos de nosotros fuimos maestros porque tuvimos maestros buenos que nos marcaron la vida, ¿hoy quienes son los referentes de nuestros niños y jóvenes?
Formar y acompañar a los docentes
El tercer gran desafío que tenemos es formar y acompañar a nuestros docentes. Los docentes muchas veces vienen del ámbito universitario donde son conocedores del objeto de estudio propio de su materia, pero no tienen en cuenta la evangelización del currículo y para tener excelentes colegios tenemos que tener excelentes maestros. Si el maestro no está contento en la escuela poco va a transmitir esa emoción en el aula, entonces tenemos que trabajar con profesores que emocionalmente sean felices, que vibren por lo que hacen, que le encuentren sentido.
Si el maestro no está contento en la escuela poco va a transmitir esa emoción en el aula.
Y en este sentido lo importante es caminar con ellos, para que tengan una comunidad de fe, eso significa fortalecer lo comunitario, que haya trabajo, diálogo, que se reconozcan compañeros de camino. Cuando uno acompaña camina, escucha, propone no impone, confronta no ofende. El problema es que a veces todo lo exigimos, lo obligamos.
Desplegar la vida espiritual
El último gran desafío tiene que ver con la vida espiritual, que es esa búsqueda de sentido que todos tenemos. Hemos formado seres religiosos, pero no espirituales. Uno puede obligar al niño a rezar, pero no a que crea. Y la vida espiritual son esos sueños, anhelos, eso profundo que uno tiene adentro, esos principios, convicciones que uno no cambia, que lo marcan, que le hacen encontrar sentido. Si formamos a los niños y jóvenes para encontrar y descubrir su vida espiritual va a ser mucho más fácil hacer Pastoral Educativa, porque la Pastoral Educativa surge del encuentro.
Le preguntaron al Papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud en Polonia, “¿qué le digo a un joven que es ateo?” Y el Papá respondió, “no le diga nada. Usted tiene que demostrarle que somos cercanos, que nos cuidamos, que nos acompañamos, que nos reímos, demostrarle que los puestos son pasajeros”.
Los grandes conflictos que hay en la Escuela Católica de América son conflictos por gente que quiere tener protagonismo y gente que quiere luchar por un puesto y los puestos son pasajeros. La vida espiritual tiene que ver con la capacidad de dejar huella, de trascendencia en sus hijos.
BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – OCTUBRE 2024