«No dejar nuestra huella, sino la de Dios»

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 Animadores de la presencia salesiana en la ciudad de Salta compartieron unos mates para hablar sobre el “ser misionero”. Sus reflexiones dieron origen a la nota que aquí se presenta.

Un día de asueto en la ciudad de Salta por la Fiesta del Señor y de la Virgen del Milagro convocamos a un grupo de muchachos y animadores de diversos grupos de las casas salesianas del “Cefe” y del “Sale”. Casi todos están en la universidad. Así fue que Camila, Fernanda, “Goyo”, Guadalupe, Ivana, José, Milagros y Santiago se prendieron a una ronda de mates y tortillas.

Les propusimos hablar del “ser misioneros” ya que todos ellos participaron de diversas experiencias de este tipo: oratorios, misiones de verano, visitas a merenderos, novenas de Navidad y Pascua, las experiencias como animadores todos los sábados y la vida cotidiana en su familia y en sus lugares de trabajo y estudio.

“Si yo vengo hasta aquí con vos, imagínate lo que Dios espera de vos, aunque no lo puedas ver”

¿Qué es ser misioneros?

En sus respuestas surge rápidamente la referencia a Dios. Llevar a Jesús y a María a otros. De a poco todos van compartiendo diferentes aspectos de misionar porque como indica uno de ellos, “cada experiencia tiene su punto particular”. “Queremos compartir con otros la alegría de ser cristianos”, “con el tiempo comprendí que Dios obra en lo secreto”, “les di una semana de alegría y de Dios”. En todo lo que comparten está claro que el mensaje no es uno, como con frescura manifestó una de ellas: “No se trata de dejar nuestra huella, sino la de Dios”.

¿Qué cosas se dejan de lado para ir de misión?

Tener que renunciar a tiempos de descanso, de familia, de diversión y de estudio es una experiencia común en todos ellos. Como sintetiza uno de ellos, “damos el tiempo de nuestros sábados”. Pero entre las respuestas enseguida aparecen también las motivaciones que los mueven a estas renuncias: “Es una experiencia de amor cuando las personas se prenden en lo que les ofrecemos”, “que los chicos descubran el lado espiritual de lo que nos anima a ir allí”, “es importante dar amor a los que no conozco”, “creo que el amor es una elección”, “no quiero vivir la fe sólo desde la euforia, sino tratar de encontrarme con Dios y llevar su mensaje”.

¿Cómo preparan y cómo llevan adelante una misión?

“Es necesaria la planificación, pero lo importante es la sencillez de querer ir a compartir”. Es común en todos ellos valorar la preparación previa de lo que van a realizar, pero también es claro que priorizan lo que la realidad y la vida misma les va marcando. Y experimentar que Dios se manifiesta más allá de lo que uno tiene previsto. Algunas expresiones: “Para salir para el otro, no hace falta ser perfecto”, “lo importante es ir y llevar a Dios”, “no vamos con un discurso hecho, dejamos que Dios actúe en nosotros”, “si estás a la espera de la manifestación de Dios, lo ves casi por sorpresa”, “a veces Dios me encuentra a mí”.

“No quiero vivir la fe sólo desde la euforia, sino tratar de encontrarme con Dios y llevar su mensaje”

¿Cómo se vive el carisma salesiano en las experiencias misioneras?

Todos los que están en la ronda del mate están muy marcados por la espiritualidad salesiana, y se les nota. Varias veces nombraron a Don Bosco, pero es mucho más notorio ver que tienen su estilo como un sello. Una de las chicas cuenta una experiencia muy significativa cuando un muchacho que está privado de libertad le preguntó: “¿usted cree que puedo cambiar, que puedo tener una oportunidad en la vida?”, y la respuesta de ella, entre otras cosas, incluyó esta frase: “… si yo vengo hasta aquí con vos, imagínate lo que Dios espera de vos, aunque no lo puedas ver”. Hermoso testimonio de fe, cercanía, de opción juvenil, todo tan salesiano como muchas de las otras experiencias que compartieron.

¿Es necesario ir lejos para ser misionero?

Era una pregunta que no podíamos dejar de hacerles, y de un modo u otro todos coincidieron. Principalmente, que es mucho más complicado llevar la Palabra de Dios en los ambientes en los que siempre se mueven, al menos de manera explícita y directa: “Cuando vas a las misiones vas con un rol, es más difícil ser quien sos en los espacios cotidianos”, “te ponen freno si vas con el anuncio directo”.

Y también cuentan cómo van encontrando caminos para vivir su fe en estos ambientes: “Todos tienen necesidad de parar la pelota, ir al encuentro, comprometerse”, “hay otros modos diferentes de llevar el anuncio del Evangelio, más cercano y natural”, “tenemos que buscar lo que nos une, el servicio, lo que podemos brindar”, “no es bueno ser fanático, hay que aprender a dialogar”.

Una de las chicas compartió algo muy interesante: “Tenemos que aggiornarnos, buscar nuevos modos no explícitos, pero sin olvidarnos de lo que queremos transmitir. Si no, nos transformamos en una ‘ONG’; y nosotros tenemos otro tinte, que es lo que nos da lo principal: creer en el amor de Dios”.

Terminaron felices del momento compartido y con más ganas de otra ronda de mates y de temas para charlar.

 

Por Gregorio Ruiz Munizaga redaccion@boletinsalesiano.com.ar

BOLETÍN SALESIANO – OCTUBRE 2019

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