Educar y acompañar a una población estigmatizada por la lepra
América fue desde los comienzos del oratorio un territorio privilegiado para la misión salesiana. Pero no se trata de un lugar importante solo por su historia, sino que a lo largo de estos casi 150 años, han sido diversas las iniciativas y propuestas que llevaron a cabo con el objetivo de acompañar y evangelizar a las poblaciones más vulnerables.
Entre esta multiplicidad de propuestas se destaca el trabajo que realizar en la ciudad Agua de Dios, en Colombia, originalmente, creada como zona de aislamiento el país para los enfermos de lepra.
Misiones Salesianas y la Televisión Española acaban de publicar el tercero de una serie de videos que muestra el trabajo de los salesianos en este lugar. El mismo lleva por título “Los hijos del dolor” y se puede ver en el siguiente link de youtube: https://www.youtube.com/watch?v=I36I-qIyDRE
El trabajo de los misioneros en Agua de Dios
Los misioneros salesianos llegaron allí en 1891 con el propósito de servir y acompañar a los enfermos como hacían las Hermanas de la Presentación. Años después, el beato salesiano Luis Variara fundó las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y María, perteneciente a la Familia Salesiana, y que en su carisma también tienen el servicio a los enfermos de lepra.
Desde 1961 Agua de Dios dejó de ser la ciudad del dolor convertida en lazareto para pasar a ser una ciudad de alegría y esperanza. Con una población de once mil personas, más de 650 conviven en la actualidad con la enfermedad. Hay dos leprosorios para enfermos a los que acompañan los Salesianos y las Hijas de los Sagrados Corazones, pero los misioneros salesianos también desarrollan su carisma educativo en siete escuelas rurales y en un instituto de Bachillerato.
La presencia de la Familia Salesiana se mantiene fiel a la población de Agua de Dios acompañando, educando y sanando los corazones de los hijos del dolor que supuso el error histórico de crear una localidad para estigmatizar a la población afectada por la lepra hasta convertirlos en los hijos de la esperanza.
Fuente: InfoANS – Agencia de Noticias Salesianas