Ciencia y religión se encuentran en la escuela

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¿Es posible el diálogo?

Por Valentina Costantino y Ezequiel Herrero
redaccion@boletinsalesiano.com.ar

Expresiones como “La ciencia explica todo” o “basta solo con creer” sumergen a muchos hombres y mujeres pensantes en una situación que sospechan artificial. ¿Por qué poner en confrontación a la ciencia y a la religión?
¿Por qué renunciar a alguno de los miembros de ese
binomio?
Un diálogo posible. Ciencia y religión se encuentran en la escuela, es el nuevo libro publicado por Ediciones Don Bosco Argentina y aborda la relación entre ambas. El mismo propone elementos de reflexión para docentes, padres y animadores que buscan volver a las prácticas pedagógicas con una mirada dialógica y contextualizada entre las ciencias y el pensamiento religioso, buscando ser un camino de superación de visiones reduccionistas. Su autora, la licenciada Lorena Oviedo conversó con el Boletín Salesiano.

¿Por qué escribir un libro sobre el diálogo entre ciencia y religión?

Principalmente por una motivación personal y otra intelectual. Mis búsquedas me llevaron a formarme en distintas áreas en ciencias religiosas, en ciencias de la educación y en epistemología. En esos trayectos conocí muchas personas que tenían búsquedas similares, pero encontrando respuestas distintas. Quizás sea un intento de responder desde mi experiencia que la única manera posible de abordar los temas de ciencia y religión es el diálogo.

En el libro se plantea que no siempre la relación entre ciencia y religión fue una relación conflictiva…

En algunos lugares o ámbitos se sigue presentando así y, por lo tanto, se sigue manteniendo e intensificando la conflictividad. Pero en muchos otros espacios se conoce el trabajo de distintas instituciones para llevar adelante un diálogo fecundo. Yo diría que históricamente esta relación siempre estuvo y está presente porque cada uno de nosotros, sin distinción de profesión de fe o momento histórico, se pregunta por el más allá y por el más acá. Así que la relación entre ciencia y religión ha conocido distintas maneras de vincularse en los distintos momentos de la historia, aun los personales.

¿Podemos pensar que hay algo que se “pierde” cuando
la ciencia y la religión no se encuentran?

La ciencia por cuestión metodológica puede realizar muchas afirmaciones sobre la realidad, pero nada puede decir sobre el sentido, la finalidad y el origen de la misma. La teología es la palabra final que da un sentido
a lo que busca explicar, pero la palabra penúltima la da la ciencia y con ella ya no se puede afirmar lo mismo porque surge un racionamiento lógico que la vivifica en el contexto actual de nuestro tiempos. Sin teología no hay sentido, sin ciencia no hay cosmovisión.

“Sin teología no hay sentido, sin ciencia no hay cosmovisión”, plantea Lorena Oviedo.

¿Qué nos perdemos como individuos y como sociedad al desconocer o invisibilizar la religión en los ámbitos educativos?

La mirada laica que se nos plantea no es inocente ni indiferente a la religión. La invisibilización genera que lo religioso de las personas pertenezca al ámbito de lo privado. En los espacios de formación decimos que es necesario y urgente tener en cuenta a todas las dimensiones de la persona bio, psico, socio, cultural por qué vamos a invisibilizar la espiritual. La realidad se comprende desde lo personal y cuando estamos en espacios de educación no dejamos la religiosidad en casa.

¿Cómo fomentar el diálogo entre ciencia y religión cuando muchos de los y las docentes se formaron en un paradigma donde uno niega a otro?

Por el interés personal y por la responsabilidad profesional.
Ambas se encuentran en la formación continua, algo a lo que los docentes estamos habituados y familiarizados. El paradigma es muy fuerte y persistente persistente, pero quizás en las propuestas áulicas de pequeños ensayos de diálogo puedan ayudar a la experiencia de encuentros. El estudiante y el docente también se sienten interpelados por este binomio, y conocer que sí existen caminos de diálogo y encuentros seguramente generarán un espacio fértil para que surjan distintas propuestas.

¿Qué lugar ocupan las materias como formación religiosa
o catequesis? ¿Se pueden aprovechar esos espacios
para fomentar este diálogo?

Es una responsabilidad de todos los actores de la escuela cuestionar y buscar respuestas, y no estoy pensando solo en las escuelas de gestión privadas o confesionales. Todos deben incluir a todos los estudiantes con sus diversas realidades y creencias. Un estudiante debe poder ser formado según las creencias de su familia y esto no excluye lo religioso como tampoco lo científico. Y en esto llevan un papel muy importante los docentes porque son quienes deben dar respuestas inclusivas a sus alumnos.
Los contenidos de religión o catequesis son muchos y variados, y no necesariamente entran en conflicto con la ciencia. Los contenidos de la ciencia son bastantes y no discurren con los contenidos religiosos. En ambos casos deben darse con idoneidad. Donde los contenidos se tocan o se vinculan, es allí en donde la respuesta debe ser de diálogo.

Podés encontrar el libro ingresando en Ediciones Don Bosco Argentina: https://www.edicionesdonbosco.com.ar/productos/un-dialogo-posible/

BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – MARZO 2023

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