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Filocalia: el arte de transmitir la fe.

Por Ezequiel Herrero y Valentina Costantino
redaccion@boletinsalesiano.com.ar

Francisco Flores, “Pancho”, es profe de filosofía y un apasionado por la música. Juan Camargo trabaja como escenógrafo en el Teatro Argentino de La Plata. Uno forma parte de Filocalia desde sus comienzos, el otro se sumó varios años después. Ellos son dos de los más de cincuenta integrantes con los que cuenta el grupo: “Nosotros entendemos a Filocalia como una comunidad. Somos amigos, familia, nos conocemos desde muy chiquitos. Filocalia es compartir la fe en comunidad y también evangelizar a través del arte –expresa Juan–. No somos solamente un grupo de personas, hay gente de muchos movimientos, cada uno tiene caminos diferentes en la fe. Pero hay un idioma común que es el arte y en base a eso cada uno pone un poco de lo suyo”.

Entre sus presentaciones más destacadas tuvieron la posibilidad de presentarse en la Jornada Mundial de la Juventud del 2013, cuando compartieron el escenario con el papa Francisco. Dos de sus integrantes -Francisco y Juan– dialogaron con el Boletín Salesiano.

¿De qué se trata Filocalia? ¿Cómo surge?

Francisco: Filocalia comienza en el año 1994 en la ciudad de La Plata haciendo una obra musical sobre Navidad. En un principio lo hicimos porque teníamos ganas, era algo novedoso; si bien ya existía la Misa Criolla, no era algo tan común en el contexto de la Iglesia hacer una obra musical sobre textos bíblicos. Incluso nos han criticado en algunos ámbitos.

Ese fue el origen, nunca pensamos seguir haciéndolo treinta años pero la experiencia nos gustó y decidimos repetirla. Después nos llamaron para hacerlo en otros lugares y eso nos permitió crecer como banda y como grupo artístico con nombre propio. Pero nosotros no nos sentamos un día y dijimos “vamos a hacer una banda y vamos a tocar por el país”, se fue dando. Cuando nos quisimos acordar estábamos tocando y armando cosas nuevas.

¿Por qué elegir el arte como medio para la evangelización?

Francisco: No hubo un momento de decisión, un momento de decir vamos a utilizar el arte para evangelizar. Se fue dando naturalmente la cosa; a mí me influyó mucho Gustavo Cejas, un amigo que falleció el año pasado. Él había trabajado como actor en Jesucristo Superstar, y un día vino con la idea de hacer una obra musical de Navidad pero sin pista. Él nos empujaba a hacer cosas y a mi me gustaba componer y escribir, pero no mostraba nada, entonces él me dijo: “hacé”.

Y eso es muy importante cuando uno encuentra a alguien que te da confianza para componer, para hacer arte, es muy importante ese clima que apoya la creatividad. Yo agradezco mucho haber podido vivir de joven ese clima en alguna parroquia, que ayudó a que crezcamos.

“Filocalia es familia, es compartir la fe en comunidad y también evangelizar a través del arte”.

Y hoy me parece que el arte es muy necesario en los colegios y parroquias para profundizar en los vínculos. Hay un montón de conocimientos a los que uno puede acceder por Google o por la Inteligencia Artificial o pagándole a un profesor particular, pero con lo afectivo no se puede hacer lo mismo. Hace falta más arte en las parroquias, en los colegios; que los pibes tengan ese espacio de conectar con su efectividad, con su sensibilidad, para eso el arte y la fe son una puerta de entrada.

¿Qué puertas les abrió Filocalia?

Francisco: El más significativo fue la Jornada Mundial de la juventud en Río de Janeiro del año 2013. En la catedral de Río se organizó un encuentro con los jóvenes argentinos, era el primer evento internacional
al que iba Francisco, y fue justo el discurso que dice “hagan lío”, “no hay que licuar la fe”. Nosotros estábamos a diez metros y son cosas inolvidables. Y tampoco hicimos un mérito para estar ahí simplemente necesitaban una banda que toque…

En 30 años de Filocalia seguro atravesaron diferentes contextos sociales, políticos, económicos, ¿cómo dialoga la propuesta artística con esos cambios?

Francisco: Yo me doy cuenta de que hay cuestiones sociales y políticas que antes se podían hablar más libremente y ahora no, porque hay como una especie de grieta que nos atraviesa y que puede lastimar. Aún así siempre hemos tenido un enfoque social. Yo creo que la fe es pensar en el otro. La situación que estamos empezando a vivir ahora nos interpela y nos desafía. No me siento bien solo rezando dentro de una Iglesia cuando hay gente que la está pasando mal o que está siendo discriminada o está sufriendo violencia. No es que no vale rezar pero si el arte no va a mirar ese sufrimiento, no sé qué estamos haciendo. El arte es sensibilidad.

Juan: La realidad siempre te interpela. Yo creo que hoy el tema de ser comunidad es muy fuerte, en épocas de redes sociales, donde hay una grieta evidente. Hay gente que ante una situación social opina de maneras
diferentes, pero no dejamos de ser familia, no dejamos de hablar. Por ejemplo Mama Antula, como tantos otros son sujetos que están históricamente en el lugar y no eran personas que se quedaban calladas.

Francisco: Y son personas que estaban paradas desde la fe, desde el amor al prójimo, desde el compromiso. Entonces muchas veces eso es lo que a uno le da el respaldo para decir bueno me juego en esta, porque sé que estoy yendo por acá, que no estoy comprando el buzón de ningún candidato nuevo, ni de ningún nuevo ídolo en redes, sino que estoy por el camino de gente que sigue a Jesús, esa es la certeza.

Si querés conocer más sobre Filocalia podés seguirlo en sus redes sociales:

Instagram: @filocalia_arg
Facebook: facebook.com/filocalia
Youtube: youtube.com/@filocalia

BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – JULIO 2024

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