En las puertas del Capítulo General 29, entrevista al padre Alphonse Owoudou, su regulador.

El 16 de febrero inicia el Capítulo General 29 de la Congregación Salesiana, en Turín. Esta asamblea reúne a los representantes de todas las comunidades salesianas del mundo con el fin de reflexionar comunitariamente sobre el Evangelio y sobre el carisma de Don Bosco, y establecer o modificar leyes conformes al espíritu de las Constituciones.
A días de su inicio, el padre Alphonse Owoudou, Consejero para la Región África-Madagascar y Regulador del Capítulo, compartió en detalles a ANS –Agencia de Noticias Salesiana– el trabajo que precede y subyace a este acontecimiento.
A continuación compartimos un fragmento de la entrevista.
¿Cómo se siente ante la proximidad de este momento tan importante para la Congregación?
Diría que me siento como un entrenador y un árbitro en vísperas de la final de un partido: hay entusiasmo, un poco de sana inquietud, pero sobre todo mucha gratitud por el camino recorrido hasta ahora.
Ha sido un camino sinodal de escucha, discernimiento y comunión. Ahora estamos dispuestos a vivir este momento con el corazón abierto, confiando en que el Espíritu nos guiará en nuestras opciones por el bien de la Congregación y especialmente de los jóvenes. Y si Don Bosco estuviera aquí, probablemente nos diría que no nos preocupáramos demasiado… ¡y que siguiéramos trabajando con alegría!
¿Está satisfecho con el resultado?
Es extraordinario pensar cómo empezó todo con la Carta de Convocatoria del Rector Mayor el 24 de septiembre de 2023. A partir de ese momento, las 92 Inspectorías de la Congregación se pusieron manos a la obra para profundizar en el tema capitular: «Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes».
Aquí en Roma, con los hermanos elegidos para las Comisiones, nos sumergimos en profundizar, resumir y dar forma a todo este material. Ha sido una verdadera aventura, hecha de estudio, discernimiento y diálogo fraterno. Pero la preparación de un Capítulo General no es sólo contenido, también era necesario poner en marcha toda la maquinaria organizativa, tuvimos que coordinar las distintas áreas de la logística.
Bajo la paternal mirada del padre Stefano Martoglio, Vicario del Rector Mayor, tratamos de armonizar todas estas energías, reuniéndonos varias veces tanto en Roma como en Turín para hacer balance de la situación.
¿Cuántos miembros participarán en este Capítulo y qué funciones representan?
En el Capítulo General 29 participarán 269 personas, cada una con un papel claramente definido en el buen funcionamiento de la asamblea. En el centro están los 227 capitulares, que tendrán derecho a voto y representan a toda la Congregación. Entre ellos hay 14 consejeros generales, el procurador general y un rector mayor emérito, que aportarán su experiencia y visión para el futuro de la Congregación. El grupo más numeroso está formado por los inspectores y delegados de las 92 inspectorías, subdivididos por regiones: 32 de África-Madagascar, 22 de Sudamérica, 27 de Asia Oriental-Oceanía, 33 de Asia Meridional, 36 de Europa Central-Norte, 27 de Interamérica, 29 del Mediterráneo, así como 2 representantes de Universidad Pontificia Salesiana y 3 hermanos de la Casa Generalicia de Roma.
Pero un capítulo no se sostiene sólo con sus miembros con derecho a voto. Entre bastidores hay un impresionante trabajo de apoyo que hace posible cada momento de la asamblea.
Para garantizar el buen funcionamiento, tres expertos informáticos se ocuparán de todo el sistema digital del Capítulo, desde los dispositivos electrónicos hasta la gestión de las votaciones.
¿Cuáles cree que serán los momentos más destacados de este Capítulo?
Entre los momentos más significativos destacará sin duda el retiro inicial, un tiempo de recogimiento y oración que nos ayudará a poner al Espíritu Santo en el centro, dejándonos guiar por Él en nuestro camino capitular.
Inmediatamente después, entraremos en el corazón del Capítulo con un estudio en profundidad del estado de la Congregación. Sector por Sector, analizaremos los retos y oportunidades de nuestro tiempo, tratando de llegar a una visión realista, pero siempre iluminada por la fe. Este momento es crucial porque nos permitirá identificar las prioridades para el sexenio 2025-2031, a la luz de la misión salesiana y del carisma de Don Bosco.
Uno de los pilares del Capítulo será entonces la profundización del tema del Capítulo, «Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes». No será sólo una expresión para meditar, sino una perspectiva concreta para renovar nuestra identidad y nuestro compromiso entre los jóvenes, especialmente los más vulnerables.
Finalmente, llegaremos a un momento muy esperado y de gran responsabilidad: el discernimiento y la elección del Rector Mayor y su Consejo.
Pero no podemos olvidar otro momento que muchos esperan con emoción y también con cierta inquietud: la experiencia jubilar en Roma. Celebrar la Eucaristía en el Vaticano, encontrarse con el Santo Padre y concluir el Capítulo con la misa en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús será un signo de comunión con la Iglesia y una oportunidad de renovación espiritual para todos nosotros.
El tema del Capitulo es «Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes». ¿Cómo refleja este tema la realidad actual de la Congregación y de los jóvenes de hoy?
Desde el día en que el padre Ángel, entonces Rector Mayor, nos dio este tema, hay una palabra que sigue resonando con fuerza en mi corazón: apasionado. No es una palabra cualquiera, es un fuego, una energía interior que nos empuja a vivir con intensidad nuestra vocación.
Me gusta decir que entre las muchas sugerencias enviadas por los Inspectores para el Capítulo, hubo una que me llamó especialmente la atención. Uno de ellos escribió: Ya hemos producido tantos documentos, archivos llenos de hermosos capítulos, textos llenos de elocuencia y profundidad. Pero lo que necesitamos ahora es un Capítulo que no se limite a escribir más páginas, sino que nos ayude a evaluar hasta qué punto vivimos realmente lo que hemos escrito. Que nos recuerde algo que nos abra al Espíritu: pasión, fuego, impulso, motivación… eso es todo lo que necesitamos ahora.
Y éste es precisamente el punto: sin pasión, sin un corazón inflamado de amor, corremos el riesgo de perder el sentido de nuestra misión. Don Bosco solía repetir a sus muchachos: «Por vosotros estudio, por vosotros trabajo, por vosotros vivo, por vosotros estoy dispuesto incluso a dar la vida». No era sólo una bella frase: era el secreto de su locura de amor, de su entrega total a los jóvenes.
No es casualidad, por tanto, que el Rector Mayor haya elegido tres palabras clave para el CG29: pasión, vida profética y verificación valiente. Apasionarse por Jesucristo significa volver a la fuente de nuestra vocación, redescubrir la alegría de seguirle, dejarnos incendiar por su amor. La vida profética nos llama a ser signos creíbles de esperanza para los jóvenes, testigos auténticos de un Dios que camina con ellos.
El Instrumentum Laboris, que será sometido a votación y se convertirá en el documento de trabajo, trae consigo grandes y audaces expectativas. ¿Puede compartir algunas de ellas?
Cada Capítulo tiene el suyo y, como siempre, se trata de un documento bien construido, rico en reflexiones y fruto de un amplio trabajo de síntesis. Pero permítanme decir enseguida una cosa: el verdadero protagonista del Capítulo no es un texto, por muy bien hecho que esté. El protagonista es el Espíritu Santo y la capacidad de la Congregación de dejarse guiar por Él.
El instrumento de trabajo se ha elaborado recogiendo las voces de todas las Inspectorías, tratando de dar forma a aquellas preguntas e intuiciones que surgen del corazón de la Congregación. Tiene una estructura clara y se centra en tres grandes núcleos: la animación de la vida consagrada salesiana, la misión compartida con la Familia Salesiana y los laicos, y la revisión de las estructuras de gobierno de la Congregación. Son temas importantes, porque afectan a nuestra identidad, a nuestro modo de estar entre los jóvenes y a nuestra manera de organizar la misión. Ahora bien, algunos se preguntarán: ¿Y qué? ¿Tenemos ya todas las respuestas? En absoluto. Al contrario, el mayor peligro sería tratar este documento como una especie de «manual de soluciones», casi como un ídolo que sustituyera al verdadero discernimiento. El Instrumentum Laboris no es el destino, es sólo una brújula: útil, pero no suficiente.
¿Existen novedades o enfoques introducidos en este capítulo para mejorar la participación y ayudar a alcanzar los objetivos del Capítulo?
Si algo ha hecho siempre la Congregación, desde el primer Capítulo convocado por Don Bosco -justo cuando los primeros Salesianos desembarcaron en América- es escuchar a todos. El método ha sido siempre el mismo: la escucha comienza con cada hermano, pasa por las comunidades y las Inspectorías, y llega finalmente al discernimiento del Capítulo General. Sólo así podemos captar la riqueza y la complejidad de nuestro carisma y de nuestra misión.
Desde el punto de vista organizativo, una innovación importante ha sido el portal digital creado con el apoyo de nuestros expertos informáticos. Esta herramienta ha permitido a cada regulador, de las 92 Inspectorías, introducir de forma autónoma los trabajos, preguntas y datos de los miembros del capítulo en su propia circunscripción. Además, ahora contamos con varios canales de comunicación y grupos de intercambio que facilitan el diálogo, haciendo que el proceso sea más participativo e inclusivo.
Hemos oído que en este capítulo se tratarán algunos temas únicos e importantes que nunca antes se han abordado. ¿Puede hablarnos más de ellos?
Algunos salesianos creen que temas como la protección de menores y personas vulnerables, la ecología integral, los retos y oportunidades del mundo digital y la inteligencia artificial, o incluso la apropiación del Rescripto del Santo Padre sobre la necesidad o no del sacerdocio para los superiores, son aspectos nuevos o requieren una postura más clara y valiente. Sin embargo, bien mirado, muchos de estos temas ya han sido explorados por la Congregación desde hace décadas, aunque no siempre hayamos tenido la oportunidad de leerlos o asimilarlos plenamente. Pero, al fin y al cabo, la verdadera novedad no está siempre en lo que contemplamos, sino en cómo lo contemplamos. La belleza, como la novedad, está en el ojo del que mira. Y ése es precisamente el sentido de un Capítulo General: no limitarnos a repetir lo que ya sabemos, sino dejarnos sorprender por una mirada nueva, capaz de ver más allá.
Este Capítulo General dura casi 55 días. ¿Es similar a los Capítulos anteriores? ¿Cree que tiene la duración adecuada?
La duración de un Capítulo General nunca es una elección al azar, sino que la determinan quienes lo convocan, teniendo en cuenta la complejidad del trabajo a realizar. Soy consciente de que para algunos hermanos ocho semanas pueden parecer mucho tiempo, pero los que lleguen a Turín se darán cuenta de que no es en absoluto un tiempo excesivo para la tarea que tenemos por delante.
Por otra parte, las nuevas estrategias digitales permiten ya trabajar a distancia en muchos documentos, y quizás mañana esto pueda afectar a la estructura del Capítulo. Pero más allá de la duración, lo que realmente cuenta es la experiencia que se vive: días intensos de encuentros, de amistad, de escucharse unos a otros. Hermanos de culturas diferentes trabajan juntos, aprenden a comprenderse mejor y caminan juntos.
Por último, ¿qué mensaje le gustaría compartir con los Salesianos de todo el mundo que esperan con impaciencia los resultados de este Capítulo General?
En primer lugar, gracias. Gracias a cada uno de vosotros por vuestra contribución a este Capítulo, porque no nos pertenece sólo a los que estamos aquí reunidos, sino a toda la Congregación.
Hemos pedido al Señor que este Capítulo sea un kairós, un momento favorable, en el que se renueve poderosamente la pasión por Cristo y por los jóvenes. Por eso, más que leer los documentos finales, será fundamental elegir algunos aspectos significativos y vivirlos en plenitud en el proyecto personal de vida, el proyecto comunitario y el Proyecto Educativo Pastoral Salesiano. Si todos hiciéramos esto, ya habríamos dado sentido a nuestro trabajo.
Personalmente, me conmueve la llamada del Rector Mayor, en la carta de convocatoria, a cuidar la vocación propia y la de los demás (núcleo 1 del CG29). ¿No es éste el corazón de nuestro carisma? Ser hermanos que cuidan unos de otros, guías para los jóvenes, testigos creíbles de un amor que educa y acompaña. Quizá sea ésta la clave de una vida fraterna y de una pastoral más samaritana, más profética, más encarnada en la vida de las personas. Así que mi deseo es que tengamos el coraje de soñar, de construir comunidades educativas y pastorales que den fruto, de ser una presencia viva y generadora de vida para los jóvenes. Y, como siempre, lo confiamos todo a María Auxiliadora, Madre, Maestra y Guía, seguros de que seguirá mostrándonos el camino.
BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – FEBRERO 2025