Cardenal Pironio: padre, hermano y amigo de la juventud

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Cuatro certezas de un magisterio que sigue vivo.

Por Mariano Cortés1
redaccion@boletinsalesiano.com.ar

Mucho se dice y se recuerda de la relación entre el Cardenal Eduardo Francisco Pironio y los jóvenes

Desde los inicios de su ministerio sacerdotal trabajó como Asesor de los Jóvenes de Acción Católica, tanto en su Diócesis de Mercedes, como en los distintos ámbitos eclesiales en los que estuvo presente. Durante su tiempo como Rector del Seminario de Villa Devoto, maduran sus cualidades de acompañante espiritual. Como Obispo Auxiliar de La Plata, y más tarde como Obispo Titular de Mar del Plata, los jóvenes ocuparon un lugar importante en su agenda, dedicando mucho tiempo acompañamiento, mediante el contacto personal o epistolar, de los que lo buscaban por sus cualidades de “Padre, hermano y amigo”

Mientras que era Obispo Auxiliar de La Plata, fue Asesor Nacional de la Acción Católica, ámbito en el que se ocupó especialmente de la formación de los jóvenes. En su tiempo de Obispo de Mar del Plata, acompañó y motivó la participación de los jóvenes y su compromiso en la vida de la Iglesia. Cabe destacar dos iniciativas que aún se sostienen en el tiempo: la Marcha de la Esperanza y la Invasión de Pueblos.

De Argentina para toda la Iglesia

En el año 1975 es llamado por el Papa Pablo VI a servir a la Iglesia Universal, como Pro Prefecto de la Sagrada Congregación para los Religiosos e Institutos Seculares. En el año 1976, es elevado a la dignidad de Cardenal y Prefecto de la Congregación. En 1983, El Papa Juan Pablo II le encarga otra misión, el Pontificio Consejo de los Laicos; realizó esta misión, hasta que presentó su renuncia debido a haber cumplido los 75 años. 

Esta última etapa puede ser considerada la más fecunda en la relación del Cardenal con los jóvenes: las Jornadas Mundiales de la Juventud; los Foros Internacionales de Jóvenes; el Primer Congreso Latinoamericano de Jóvenes (Cochabamba, 1992); la Peregrinación de Jóvenes a Loreto (1995) fueron acompañadas personalmente por él.

En Argentina, hay tres momentos de encuentro entre Pironio y los jóvenes, que han quedado grabados en el ADN de la Pastoral de Juventud: El I Encuentro Nacional de Juventud (Córdoba 1985); La Jornada Mundial de la Juventud (Buenos Aires, 1987) y el II Encuentro Nacional de Responsables de Pastoral de Juventud (Chapadmalal, 1996).

Cuatro certezas del amigo y apóstol de los jóvenes

Centrándonos en la lectura de los discursos, catequesis, homilías y demás intervenciones del Cardenal dirigidas a los jóvenes, durante el tiempo de su servicio al Consejo de los Laicos, surge lo que podríamos llamar el “Magisterio de Pironio a los jóvenes”. Consideramos que dicho magisterio se está alimentado o sosteniendo por cuatro certezas proféticas que anidaron en el corazón de este gran apóstol y amigo de los jóvenes. Vamos a enunciarlas y a explicitarlas muy resumidamente:

El punto de partida de toda la enseñanza de Pironio a los jóvenes siempre es la experiencia personal de ser amados por Dios, llamados a amar a los hermanos: “Lo primero que se nos pide es que creamos de veras en el amor que Dios nos tiene. Creer no es sólo tener fe, sino entregarse al amor. Dejarse penetrar por él. Eso cambia la vida: nos da seguridad en la cercanía e intimidad de Dios, en la acción transformadora de su providencia, en la infalible actividad del Espíritu Santo en nosotros”2.

Cuando se experimentan amados personalmente por Dios, los jóvenes son capaces de responder con generosidad. “Los jóvenes no tienen miedo a la santidad ni les asustan sus exigencias (…) particularmente sienten hambre de la Palabra de Dios, deseo de compartir comunitariamente las bienaventuranzas evangélicas y alegría de servir a los más pobres y necesitados. Es una santidad fuertemente evangélica; por eso profundamente encarnada. Los jóvenes comprenden perfectamente que la santidad no es un privilegio personal, sino una exigencia de liberación, de solidaridad, de servicio3.

La capacidad de los jóvenes para construir la unidad y la comunión. Durante su homilía en la misa celebrada en la Basílica de Luján, durante el desarrollo de la Jornada de 1987 decía: “Vivan en la unidad del Espíritu, la comunión eclesial: distintos dones y servicios en la Iglesia, pero todos formando un solo cuerpo y animados por el mismo Espíritu. ¡Qué bueno reafirmar hoy en presencia de la Virgen, la inquebrantable unidad de esta Iglesia! El mundo necesita del testimonio de nuestra unidad; movimientos, asociaciones, grupos: una sola Iglesia del Señor”.4

Los jóvenes son llamados a abrirse al compromiso misionero en la misión de la Iglesia. Así la Iglesia se vuelve comunión para la misión, para el anuncio: “Impulsados por el Espíritu, entren generosos, alegres y fuertes en el mundo para ser allí fermento del Evangelio. Entren en el hogar, en la escuela, en el trabajo, en el deporte, en la vida civil. Deberán ser luz: déjense iluminar por Cristo que es “la luz verdadera”; deberán ser testigos: déjense quemar por el fuego del Espíritu; deberán ser profetas: déjense llenar de la Palabra de Dios y de la pasión transformadora del Espíritu. El mundo está cansado de las promesas de los hombres; sólo cree en la transparencia de los testigos y en el ardor de los profetas”5.

Es significativo, observar cómo estas cuatro certezas pastorales de Pironio, las podemos encontrar también presentes transversalmente en la Exhortación Apostólica “Christus Vivit” del Papa Francisco. Lo cual es muestra por una parte de la actualidad y vitalidad de las enseñanzas del Cardenal; pero, por otra parte, de la sintonía de un Magisterio que sigue vivo como obra del soplo de Espíritu de Aquel que vive y nos quiere vivos.


  1. Mariano Cortés es sacerdote de la diócesis de 9 de Julio, provincia de Buenos Aires. Miembro de la Pastoral de Juventud Nacional y del Instituto Pironio.
  2. Cardenal Eduardo Pironio. “UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA SOCIEDAD”, Apertura del I Forum Internacional de Jóvenes. Luján, 9 de Abril de 1987.
  3. Cardenal Eduardo Pironio. ANUNCIAR Y TESTIMONIAR A CRISTO HOY. Intervención en el II Forum Internacional de Jóvenes. Santiago de Compostela, 15 de Agosto de 1989.
  4.  Cardenal Eduardo Pironio. CON MARÍA, SERVIDORA, ORANTE, MADRE. II Jornada Mundial de la Juventud. Homilía en la Basílica de Luján, 9 de Abril del 1987.
  5.  Cardenal Eduardo Pironio. CON MARÍA, SERVIDORA, ORANTE, MADRE. II Jornada Mundial de la Juventud. Homilía en la Basílica de Luján, 9 de Abril del 1987.

BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – DICIEMBRE 2023

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