El Centro de Formación Cooperativo Laboral “Mamá Margarita” de Río Negro.

Por Gimena Cerda
gimenabelencerda@gmail.com / centromma@yahoo.com.ar
El Centro de Formación Cooperativo Laboral “Mamá Margarita” ubicado en el corazón de la provincia de Río Negro, es una institución de gestión social que abrió sus puertas a la comunidad en el año 2000. Desde entonces, se ha consolidado como un espacio de formación, acompañamiento y contención para niñas, niños y jóvenes, especialmente aquellos en situación de vulnerabilidad social.
Tarde a tarde la escuela se llena de voces, risas, tareas, ruidos, gritos de goles y sonidos de distintas máquinas o herramientas en funcionamiento, así transcurren los días, las semanas y las distintas estaciones del año.
Con el aporte de todos
Pensado sobre las bases del sistema preventivo de Don Bosco e inspirado en los valores de la solidaridad y la cooperación, este proyecto comenzó de manera humilde, con recursos limitados, pero con un fuerte compromiso social. El nombre “Mamá Margarita” se eligió en reconocimiento a la madre de Don Bosco, pieza clave en la misión de su hijo, tanto como educadora como fiel servidora, símbolo de ternura, fortaleza y servicio desinteresado hacia los demás.
Con el paso de los años, el Centro fue creciendo y afianzándose como un lugar de referencia, donde cada estudiante encuentra un espacio para descubrir, desarrollar y poner en práctica sus propias competencias, potencialidades y talentos.
Actualmente, el Centro recibe estudiantes de distintas escuelas estatales y públicas de gestión privada de la ciudad y sus alrededores, y cuenta con una matrícula aproximada de 270 alumnos y alumnas entre 9 y 13 años. Funciona en contra turno de la escuela primaria, se dictan clases todos los días durante cuatro horas. Pese a no ser obligatoria la asistencia, los estudiantes concurren día a día, de lunes a viernes a la institución.
Recorriendo el lugar pueden encontrarse con las aulas-taller, cada una de ellas simula ser una réplica de los talleres de Valdocco, donde todo comenzó allá por el 1846. Divididos en grupos mixtos, los estudiantes eligen alguno de los talleres dentro de las posibilidades que se les presentan, pueden elegir entre Panadería, Cocina, Carpintería, Gráfica o Computación. En cada uno de ellos el recorrido de los estudiantes es de dos años, durante ese tiempo aprenden el oficio bajo el lema “aprender-haciendo” favoreciendo la incorporación de hábitos de trabajo y el desarrollo de destrezas necesarias para desenvolverse adecuadamente en el oficio y la sociedad, además la enseñanza se orienta a atender a cada alumno con su realidad y necesidad particular.
Los estudiantes aprenden el oficio bajo el lema “aprender-haciendo” favoreciendo la incorporación de hábitos de trabajo y el desarrollo de destrezas necesarias para desenvolverse adecuadamente en el oficio y la sociedad
Por otro lado, cada tarde se sostiene un espacio de Apoyo Pedagógico Escolar, orientado a fortalecer el aprendizaje de quienes presentan mayores dificultades académicas. Aquí los estudiantes tienen la posibilidad de concretar sus tareas escolares y ejercitar sobre determinados contenidos, ya que disponen de docentes que atienden sus consultas de manera periódica.
También se brinda a los estudiantes diariamente la merienda reforzada, que posibilita un momento compartido entre toda la matrícula del Centro, donde se dan a conocer las novedades y se fomenta la convivencia cristiana a través de las Buenas Tardes, es un tiempo de encuentro, de escucha y de reflexión.
Para toda la familia
El Centro se caracteriza por ser una institución de puertas abiertas a la comunidad. Por eso, a través de distintas actividades se propone mostrar el trabajo interno que se realiza día a día. Por ejemplo, “los talleres para padres” –donde los estudiantes le enseñan a sus familias y en conjunto elaboran un producto– son una oportunidad importante para que las familias conozcan y valoren el quehacer diario. Por otro lado, “los talleres itinerantes” también sirven para visibilizar la propuesta ya que en conjunto con otras escuelas se proponen visitas y actividades. Además, se realiza la muestra anual bajo el título Expo Feria, oportunidad para demostrarle a toda la comunidad el gran trabajo que se lleva adelante en la institución, en esta oportunidad todos los estudiantes exponen y demuestran los saberes adquiridos a lo largo del año.
Se ofrece una amplia variedad de propuestas educativas, culturales y recreativas, y también espacios de acompañamiento pedagógico, actividades deportivas que promueven la integración, la cooperación y el cuidado de la salud y distintos proyectos comunitarios vinculados a fechas significativas, celebraciones y campañas solidarias.
El Centro es el resultado del esfuerzo compartido, un lugar donde la solidaridad se convierte en acción y donde cada persona encuentra un espacio de pertenencia
El Centro es el resultado del esfuerzo compartido, un lugar donde la solidaridad se convierte en acción y donde cada persona encuentra un espacio de pertenencia, es un espacio vivo que sigue creciendo gracias al compromiso de docentes, estudiantes, familias y voluntarios; pero es ante todo una gran familia, una familia que los espera y los recibe todas las tardes con los brazos abiertos para aprender y crecer juntos.
El futuro nos invita a continuar fortaleciendo la misión que dio origen a esta institución: recibir, escuchar y acompañar trayectorias y construir oportunidades para todos, por eso con orgullo y con mucha fe, seguimos construyendo una historia que demuestra que cuando hay organización y amor al prójimo, siempre se puede soñar con un mundo mejor.
BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – OCTUBRE 2025