Los pibes, al centro

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Lugares para la expresión, el debate y la diversidad de voces, construir juntos y comprometerse con la comunidad. Los centros de estudiantes, una valiosa práctica democrática… y muy salesiana.

Por Ezequiel Herrero y Santiago Valdemoros
redaccion@boletinsalesiano.com.ar

El próximo 14 de noviembre se llevará a cabo una nueva jornada electoral. Y como ocurre desde 2012, los jóvenes entre 16 y 18 años tendrán la posibilidad de votar. Se trata de algo más de 850.000 personas que podrán acercarse a las urnas.

Si bien muchos participarán por primera vez en una elección nacional, para algunos la práctica no resultará novedosa. Es que los Centros de Estudiantes Secundarios congregan a miles de estudiantes de todo el país que tienen interés por comprometerse con la realidad de su comunidad a través de la práctica democrática. Las escuelas secundarias de la Familia Salesiana no son la excepción: en varias de ellas, chicos y chicas se reúnen, debaten y trabajan para mejorar las instituciones que los educan y que en muchos casos sienten como su segunda casa.

Con voz propia

Gerónimo Ganem es uno de ellos. Estudiante del colegio Belgrano de San Miguel de Tucumán y presidente del Centro de Estudiantes, señala: “La escuela es mi segunda casa, fueron años increíbles. Me parece que una buena forma de devolver todo lo recibido es comprometerse y aportar para hacer un lugar mejor”.

“Como jóvenes tenemos que participar activa y conscientemente de algunos temas. Comprometernos, encontrar qué cosas nos apasionan y por qué queremos luchar”. Mora, 18 años.

Desde el barrio de Palermo, en la Ciudad de Buenos Aires, Mora Shaieb, estudiante del colegio León XIII, aporta su mirada: “El Centro es un espacio de convivencia, debate y política no partidaria, armado y llevado a cabo por estudiantes para estudiantes. Resolvemos con diálogo conflictos internos y también externos a la institución que nos movilizan y nos interpelan como estudiantes”. Allí, la experiencia comenzó como un Consejo de Convivencia hace diez años, para formalizarse como Centro hace cinco.

Jóvenes participan del Modelo de Naciones Unidas organizado por el Centro de Estudiantes del colegio San Pedro (Pedro Luro, Buenos Aires)

Protagonistas acompañados

Jóvenes trabajando por otros jóvenes: una característica distintiva de las propuestas de Don Bosco, y que se vuelve una realidad también a través de los Centros de Estudiantes. “En 2020 nos tocó pandemia y no pudimos aplicar todas las ideas. Pero teníamos muchas ganas de hacerlo para el resto de los alumnos, porque nosotros ya terminábamos. Queríamos que los que vengan tuvieran un mejor ambiente, más actividades… una mejor escuela”, dice Martín Kupervaser, del colegio Pío XI de la ciudad de Corrientes.

Marcela Pérez es encargada de la Convivencia en el secundario del León XIII, y una de las educadoras que acompaña la propuesta: “Es crear otro espacio de los chicos, para los chicos, donde presentan proyectos concretos que mejoren la convivencia escolar y que al mismo tiempo pueda ser espacio de consulta del equipo directivo con los estudiantes”.

En esa casa salesiana, el Centro se maneja con un estatuto que tiene como base los valores de la escuela, el acuerdo de convivencia y una propuesta de trabajo por proyectos. “Al principio tuvieron la posibilidad de encuentros con centros de escuelas públicas. De ahí ellos tomaron aquello que les parecía importante y empezaron a construir su propio estatuto”, agrega Marcela.

«Si bien uno está ‘de paso’ por la escuela, no da lo mismo movilizarse, proyectar y participar, que no hacer nada de eso». Julia, 18 años. Pedro Luro (Buenos Aires)

Son muchos los docentes que acompañan y proponen esta forma de compromiso que se suma a otras que también existen en las obras salesianas, como los grupos juveniles, solidarios o misioneros. Uno de ellos es Luis Gómez, vicedirector y pastoralista del Instituto María Auxiliadora de Río Grande, Tierra del Fuego. Comenzó a acompañar la propuesta en 2012 y actualmente trabaja junto a los estudiantes en la confección de las listas para la próxima elección.

Fabián Otero, del equipo de Escuelas de Argentina Sur, explica que la presencia de adultos que acompañen es una característica distintiva de los Centros salesianos: “El lugar de los adultos es central, no desde el protagonismo, sino como acompañantes de los chicos y las chicas. No los tenemos que dejar solos”.

Confección de una “Baldosa de la Memoria” en homenaje a un estudiante desaparecido durante la última dictadura militar, uno de los proyectos llevados adelante por el Centro del León XIII (Palermo, CABA) en 2018.

Aprender haciendo

Las experiencias de los Centros de Estudiantes son profundamente educativas, tanto para los chicos y chicas que participan como para los educadores que los acompañan. Allí se trabaja a partir de situaciones concretas y eso excede y complementa la formación curricular:  “Confeccionan propuestas, coordinan reuniones, hablan en público, sondean problemas, negocian esos problemas, dialogan constructivamente con sus pares y con las autoridades. Aprenden haciendo, aprenden a participar participando», señala Fabián.

«Antes era una persona muy tímida y cerrada que le costaba expresarse en público. Gracias al centro y a la ayuda de mis compañeros poco a poco me fui soltando y logré cambiar eso que antes que costaba». Lautaro. Instituto María Auxiliadora de Puerto San Julián (Santa Cruz)

Gustavo Lorenzo, rector del colegio Pío XI, explica que es importante no “reducir” los Centros de Estudiantes a la presentación de listas y a la realización de elecciones. Por el contrario, “la práctica más interesante es la de pensar y habitar una estructura, destinar tiempo y esfuerzo a gestionar, a escuchar a sus pares. Pensar el Centro de Estudiantes como lugar de gestión, pero también como lugar de escucha”.

Un ejemplo de ello es el Centro de Estudiantes del Instituto María Auxiliadora de Puerto San Julián, Santa Cruz. Según Lautaro Torres, uno de sus miembros, allí pudieron gestionar proyectos para la propia institución y también para la comunidad en general: por ejemplo, una jornada de limpieza de basura en el ingreso a la ciudad, una «matiné» para los chicos de la primaria, o la organización del festejo del día del estudiante.

Empieza en la escuela, pero no termina

Si bien las realidades de los Centros de Estudiantes pueden ser muy diferentes de acuerdo al lugar donde se encuentran y al marco institucional en el que se desarrollan, en todos los casos son una oportunidad privilegiada para que los y las estudiantes adquieran habilidades que pondrán en juego incluso una vez finalizada la escuela secundaria. Resolver imprevistos, generar empatía, llevar a cabo proyectos concretos, escuchar opiniones diferentes, animarse a hablar en público y expresar las ideas con claridad son algunas de las habilidades que chicos y chicas destacan haber aprendido gracias a su participación en los Centros. Mora, del León XIII, remarca que una de las enseñanzas más importantes es la capacidad de ser intermediaria entre opiniones muy diferentes: “Tratamos de hacer esto lo más ameno posible. Nos apasiona la diversidad de voces y opiniones, y tratamos en cada reunión de disfrutar y sacarle jugo al debate”.

Con las características propias de cada lugar y dentro de cada marco institucional, en Argentina funcionan unos 30 Centros de Estudiantes en distintos secundarios salesianos de todo el país.

Sin duda se trata de aprendizajes y compromisos que trascienden las estructuras escolares y que la sociedad continuamente le demanda a los jóvenes. Tal vez los Centros de Estudiantes sean la posibilidad de dar los primeros pasos en un ámbito seguro, cuidado y acompañado, para desde allí potenciar sus habilidades y poder compartirlas con los demás. Juan Alcorta, vicepresidente del Centro del colegio Belgrano de Tucumán, se expresa en este sentido: “Practicar aquí hará que en otras situaciones nos comprometamos activamente como ciudadanos políticos”.

Julia Videira, del Centro de Estudiantes del colegio San Pedro de Pedro Luro, Buenos Aires completa: «Comprometerse con una causa te brinda la oportunidad de poder representar a un grupo de personas e incluso de representarte a vos mismo, te posibilita generar el ‘cambio’ en el lugar en el que te encontrás, para que sea mejor para los que están y para los que vendrán».

Últimas elecciones del Centro de Estudiantes del Instituto María Auxiliadora de Río Grande (Tierra del Fuego)

Son miles los chicos y jóvenes que a lo largo de Argentina buscan y encuentran diferentes formas de participar y de comprometerse para transformar la realidad. La propuesta de los Centros de Estudiantes no deja de ser uno más de todos esos caminos. A los adultos les corresponde acompañar esos procesos con amabilidad y confianza: de eso se trata la misión educadora.


Escuelas secundarias de la Familia Salesiana de Argentina con centros de estudiantes

Colegio María Auxiliadora de San Nicolás de los Arroyos (Buenos Aires)
Colegio María Auxiliadora de Resistencia (Chaco)
Colegio María Auxiliadora de Rosario
Colegio para jóvenes y adultos María Auxiliadora de San Juan
Fundación María Auxiliadora de San Juan
Colegio María Auxiliadora de San Luis
Colegio María Auxiliadora de Tucumán 

Instituto María Auxiliadora de Avellaneda (Buenos Aires)
Instituto María Auxiliadora de Bernal (Buenos Aires)
Instituto María Auxiliadora de Mar del Plata (Buenos Aires)
Instituto María Auxiliadora de Puerto San Julián (Santa Cruz)
Instituto María Auxiliadora de Río Grande (Tierra del Fuego)

Colegio Don Bosco de Bahía Blanca (Buenos Aires)
Instituto Técnico La Piedad de Bahía Blanca (Buenos Aires)
Colegio San José de Carmen de Patagones (Buenos Aires)
Colegio San Pedro de Pedro Luro (Buenos Aires)
Escuela Agrotécnica Salesiana Don Bosco de Uribelarrea (Buenos Aires)
Instituto Pío IX de Almagro (CABA)
Instituto León XIII de Palermo (CABA)

Instituto Técnico Villada (Córdoba)
Instituto Pío IX (Corrientes)
Instituto San Antonio de Padua (Córdoba)
Colegio Don Bosco (Vicaría Sagrado Corazón- Rosario)
Colegio Belgrano (Tucumán)

BOLETÍN SALESIANO – NOVIEMBRE 2021

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