Entrevista a David Tagger, exalumno salesiano, músico, compositor y cantautor.
Por: Ezequiel Herrero y Valentina Costantino
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Existen múltiples formas de hacer arte: pintura, literatura, arquitectura, danza, escultura, cine, y por supuesto, música. Esta última es tal vez una de las formas de expresión más populares en nuestra cultura, y de alguna manera u otra, nos acompaña cada día en el camino hacia la escuela o trabajo, en la sala de espera de un consultorio médico, en el supermercado mientras hacemos las compras e incluso en las calles habitadas por músicos que brindan performances destacables. Pero a David Tagger, la música lo acompaña toda la vida.
David es músico, compositor y productor, y es exalumno del colegio San Juan Evangelista en el barrio porteño de La Boca, donde conectó con esa pasión que llevaba siempre con él: “me dieron la llave de una salita para tocar el piano del colegio cuando quisiera, porque yo no tenía uno propio. Me quedaba por horas y horas después de clases”.
Hoy, David se dedica completamente a la música y trabaja para seguir haciendo crecer su sueño: “es necesario para mi alma. Yo vengo de un conventillo en donde a veces no teníamos ni para comer y no llegábamos a fin de mes. Siento que no tengo nada que perder y tengo todo por ganar”.
“Ni saben lo importante que fue para mí”
En el año 2023 David lanzó su primer álbum “Historias”. En la lista de doce canciones, se encuentra “En el Fondo de Mar”, una colaboración especial con el artista León Gieco: “Para mí es aprender del número uno, porque he visto cosas que no vi con ningún otro artista en lo que genera alrededor”.
Hay personas en nuestra vida que nos acompañan y nos ayudan a seguir en nuestro camino, a pesar de las dificultades. Para David las guías son quienes te abren una puerta y te hacen sentir que no estás solo, y León, es uno de ellos. “Nuestra relación superó las barreras de la música. Es un sueño total porque yo lo he ido a ver miles de veces como espectador y me imaginaba conversando con él, siempre lo proyectaba, pero de ahí a que se diera era otra cosa…”.
Además, David menciona a su familia y a sus amigos como grandes acompañantes. Y recuerda a un productor musical canadiense con quien en una ocasión pudo hacer música y hasta hoy, recuerda esa experiencia con mucha emoción. “La música me hizo conectarme con personas de todas partes del mundo, músicos israelíes, alemanes, brasileros… Me parece que es una lengua universal que hace que cualquier tipo de música se pueda disfrutar”.
Y por supuesto que en aquella lista, no queda fuera el San Juan Evangelista, el colegio que acompañó sus primeros pasos “creo que ni saben lo importante que fue para mí”.
Jugársela por un sueño
Los sueños no se cumplen de un día para otro. Y en la espera, suelen aparecer desafíos que generan miedos y que conllevan a tomar decisiones, por ejemplo, elegir un “hobby” y hacer del mismo tu trabajo. David eligió ser músico, trabajar y jugársela cien por ciento en esa industria. “La importancia de jugársela por lo que uno cree es que después es muy gratificante. Yo siempre me imaginaba momentos o veía entrevistas y pensaba «que loco que debe ser estar ahí. Y ahora estoy ahí”.
“Pienso que los sueños pueden ser grandes, pero también hay que tener sueños pequeños y metas que hagan que no te sientas frustrado. Y cuando se cumplen, es importante valorarlo”.
Y claro, si bien nadie puede saber el futuro, sí se puede mantener la esperanza de tener una vida de grandes experiencias y de genuina felicidad. “A los setenta años me gustaría, así como yo aprendí, poder enseñarle a los demás, y tratar de ir marcando ese camino que sea siempre desde un lugar de respeto, desde la experiencia”.
“Cuando empezás a construir tus sueños, empezás a ver ese proceso, y te das cuenta de que te la estás jugando. Si después no se da, no importa, al menos lo intentaste. No intentarlo me parece que es peor”.
Conocé más de Santino en el video del Aguinaldo 2024.
BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – JUNIO 2024