El papa Francisco llegó a Sri Lanka, la «Perla del Océano Índico», para iniciar el séptimo viaje apostólico de su pontificado. En el aeropuerto de Colombo, la capital de la nación, el Obispo de Roma deseó que su estadía colabore para encontrar senderos de reconciliación, justicia y unidad, en un país que vivió diversos conflictos armados hasta 2009.
En su primer discurso en Sri Lanka, Francisco destacó la belleza natural y la calidez humana de su gente, y valoró la diversidad cultural y religiosa. También expresó sus mejores deseos al nuevo presidente, Maithripala Sirisena, quien ganó las elecciones el pasado 8 de enero luego de realizar una campaña que abogaba por la reconciliación ente las diversas etnias y religiones.
Tras señalar que su visita es ante todo pastoral, el Papa reveló su intención de alentar a los católicos de Sri Lanka y rezar con ellos. Destacó la canonización del beato José Vaz, el principal evangelizador de esta Isla al sudeste de la India, y la actualidad de su «ejemplo de caridad cristiana» y de «respeto a todas las personas, independientemente de su raza o religión».
Francisco subrayó que su visita a Sri Lanka «es también expresión del amor y de la preocupación de la Iglesia» hacia todo el pueblo y del «deseo de la comunidad católica de participar activamente en la vida de toda la sociedad».
Reconociendo la tragedia constante, en el mundo de hoy, ante las guerras entre comunidades, etnias o religiones, el Papa recordó el largo sufrimiento de Sri Lanka en la contienda civil y su necesidad de «curar las heridas y de consolidar la paz».
El obispo de Roma consideró que no es fácil superar el largo legado de injusticias, hostilidad y desconfianza que dejó el conflicto, pero agregó: «Esto sólo se puede conseguir venciendo el mal con el bien. El proceso de recuperación requiere también la búsqueda de la verdad y la promoción de la justicia y de la unidad».
Finalmente, el Pontífice destacó el papel esencial que las diversas tradiciones religiosas tendrán para hallar la reconciliación nacional. Junto con el resto de los actores sociales, los llamó a promover la dignidad humana, el respeto de los derechos humanos y la inclusión plena de todos los miembros de la sociedad.
Con el anhelo de que los dirigentes políticos, religiosos y culturales de Sri Lanka impulsen la reconciliación, contribuyendo al progreso material y espiritual de todo el pueblo, el Obispo de Roma deseó que las jornadas de su visita pontificia sean jornadas de amistad, de diálogo y de solidaridad.
Fuente: www.aica.org