La despedida del padre Ángel como Rector Mayor de los salesianos.
Por Ezequiel Herrero y Valentina Costantino
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En su primera nota editorial en el Boletín Salesiano como Rector Mayor, el padre Ángel Fernández Artime escribía: “Los llevo en el corazón. Deseo con todas mis fueras poder encontrarme con ustedes, caminar a su lado, compartir anhelos, dificultades y esperanzas”. Los últimos cuatro años había prestado servicio como inspector de Argentina Sur, y entre sus responsabilidades estaba participar, junto a otros salesianos, del Capítulo General XXVII. Allí, el 25 de marzo del 2014, sus hermanos lo eligieron como décimo sucesor de Don Bosco, el primer español en asumir esa tarea.
El año pasado, cuando estaba cerca de alcanzar una década como máximo responsable de la congregación, el papa Francisco lo nombró Cardenal de la Iglesia Católica, y más allá de la alegría que eso provocó en toda la Familia Salesiana también le puso fecha de finalización a su servicio como Rector Mayor, el 16 de agosto del 2024.
“Mi tiempo y mis energías les pertenecen”
A lo largo de estos más de diez años, Ángel Fernández Artime se las ha ingeniado para continuar en contacto con los jóvenes de todo el mundo sin dejar de asumir las responsabilidades propias de su tarea como Rector
Mayor. Para ello basta recordar, por ejemplo, su participación en las celebraciones por el bicentenario del nacimiento de Don Bosco. Miles de chicos y chicas de todo el mundo se encontraron por aquellos días en el
Colle Don Bosco para festejar el cumpleaños de su Padre, Maestro y Amigo. Como no podía ser de otra manera, don Ángel estuvo allí, caminando con ellos bajo una lluvia torrencial, presidiendo las celebraciones, escuchando sus historias, ofreciendo palabras de aliento, sacándose fotos con todos y por supuesto festejando.
Unas semanas después, tuvieron lugar las celebraciones en Argentina, donde casi 10 mil adolescentes y jóvenes de todas partes del país se congregaron en el Encuentro del Bicentenario. También allí el padre Ángel estuvo entre ellos, recorriendo los patios de las casas salesianas, manifestándose en las calles de Buenos Aires y celebrando una misa inolvidable en el Luna Park.
“Quiero que sepan que me tienen incondicionalmente a su disposición, y que todo mi tiempo y mis energías les pertenecen”.
Pero los encuentros significativos no necesariamente son numerosos. De eso dan cuenta los artículos editoriales que don Ángel escribió en el Boletín Salesiano, en los que siempre buscó compartir algún diálogo, anécdota o vivencia con los y las jóvenes en los diferentes países que iba recorriendo. “Quiero que sepan que me tienen incondicionalmente a su disposición, y que todo mi tiempo y mis energías les pertenecen. Cuenten conmigo, como yo cuento con ustedes”, aseguró. Y así lo demostró.
“Les pedimos que estén a nuestro lado”
Además de su dedicación a los jóvenes, una característica identitaria de la Obra de Don Bosco es el trabajo y la misión compartida entre consagrados y laicos. Si bien es una realidad con distintos matices distintos matices en las diferentes presencias salesianas del mundo, don Ángel priorizó este aspecto desde un primer momento. Basta volver a su primer editorial, en el que, dirigiéndose de manera directa a los laicos expresó: “Los necesitamos, y les pedimos que estén a nuestro lado en el camino renovador que hemos emprendido”.
Desde allí se comprende su disponibilidad casi permanente para hacerse tiempo en medio de una agenda siempre ajustada, para recibir a quienes se acercaban a él y con ilusión le pedían: “Padre, ¿tiene cinco minutos?”. Y entonces, restando tiempo al descanso o ajustando los horarios ya pautados, había oportunidad de escuchar una nueva historia, de interiorizarse en un nuevo proyecto, de escuchar a algún hermano consagrado o de visitar a alguna familia.
Quienes conocen de cerca a don Ángel, aseguran que en esos pequeños gestos, en esas decisiones –algunas simples y otras muy delicadas–, es donde mejor se expresa su magisterio, que no está hecho de grandes palabras, sino de acciones concretas, sencillas, cercanas, fáciles de entender y de imitar.
Transmitir a Jesús al estilo de Don Bosco
La Patagonia que el padre Ángel conoció conoció mientras estuvo en la Argentina, y a la que regresó con motivo de la canonización de Artémides Zatti, es uno de los primeros destinos misioneros salesianos. Pero está lejos de ser el único. Actualmente la Obra de Don Bosco se encuentra presente en más de cien países.
Mientras fue Rector Mayor, don Ángel visitó como un hermano más, cada uno de ellos. Como un hermano más compartió y escuchó a salesianos, Hijas de María Auxiliadora, animadores, educadores y miembros de la Familia Salesiana en general.
Países desangrados en guerra interminable; naciones en las que la presencia salesiana es minoritaria en medio de una mayoría musulmana, casas salesianas instaladas en campos de refugiados, países donde los salesianos están hace más de un siglo, otros donde llegaron hace apenas unos años, la lista podría continuar, pero cada visita tuvo sus momentos significativos. La calidez y el afecto hacia el sucesor de Don Bosco no faltaron en ninguna de ellas.
Cercano, simpático, siempre a la mano, y con sus prioridades claras, transmitiendo el mensaje de Jesús al estilo de Don Bosco, así conoció la Familia Salesiana a Ángel como Rector Mayor. Así tenemos la certeza de que seguirá sirviendo a la Iglesia como Cardenal.
“Me despido de ustedes con un cariñoso abrazo, pidiendo a Dios su bendición para cada uno de ustedes y sus familias. Encomiendo a María Auxiliadora y a su intercesión el servicio que se me ha confiado. Con afecto, Don Ángel Fernández Artime”.
Con la colaboración de Horacio López, sdb.
Llegar a todo el mundo
Durante sus años como Rector Mayor, don Ángel visitó la mayoría de los países donde los salesianos están presentes. Su cercanía y su espíritu misionero son dos de los aportes más destacados de estos años.
- Don Ángel permaneció como Rector Mayor por 3797 días.
- En ese período de tiempo recorrió 106 países.
- En promedio realizó un viaje cada 35 días.
- El primer destino fue Portugal.
- El último viaje como Rector Mayor lo hizo a Eslovenia.
- En Argentina son particularmente recordadas tres visitas: los festejos por el bicentenario del nacimiento de Don Bosco (2015), el VII Congreso Internacional de María Auxiliadora en Buenos Aires (2019) y la IX Peregrinación a Viedma en honor a Artémides Zatti (2023).
BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – AGOSTO 2024