Luego de dos años, el domingo 28 de agosto se realizó la tradicional peregrinación en Chimpay para pedir, agradecer y orar al beato Ceferino Namuncurá.
El domingo 28 de agosto se llevó adelante, luego de dos años sin poder concretarse a causa de las restricciones de la pandemia por el Covid-19, la tradicional peregrinación en Chimpay para pedir, agradecer y orar al beato Ceferino Namuncurá.
Unas cien mil personas colmaron el predio que se conoce como el Santuario donde se encuentra el templo y la ermita con la imagen del Ceferino Namuncurá, donde cada año ciento de miles de personas pasan para rezarle, para agradecer favores concedidos y para pedir gracias especiales.
El día –que amaneció muy frío y poco a poco el sol lo fue templando– comenzó con la oración y la rogativa Mapuche en el cerro de la Cruz del Quinto Centenario (sobre la Ruta Nacional 22).
Luego, a las 9, se inició la peregrinación. Después de dos horas de caminata, el impresionante grupo de personas comenzó a entrar al Parque Ceferiniano y a acomodarse frente al altar que se preparó al aire libre, frente al templo, donde se celebró la misa.
Esta 52° peregrinación anual, que llevó por lema “Ceferino, samaritano de la vida” contó con la participación de los obispos Esteban Laxague (Viedma), Fernando Croxatto (Neuquén) y Alejandro Benna (Alto Valle del Río Negro). Asimismo, estuvo presente el Padre Inspector de los salesianos de Argentina Sur, Darío Perera. Hubo sacerdotes de distintas ciudades de la Patagonia (muchos de ellos, salesianos), como así también otros que vinieron de distintas partes del país.
Más allá de esta impresionante participación en una peregrinación de fe, la más grande de la Patagonia, las celebraciones se iniciaron el viernes 26 de agosto, día del nacimiento de Ceferino Namuncurá, con misas con los peregrinos que comenzaban a llegar en bicicleta, a caballo, en moto y en auto, además de los contingentes que llegaron en micros de larga distancia desde distintas ciudades de la región, incluso desde Buenos Aires.
El sábado 27, en cada una de las misas, se hizo la bendición de los jinetes que iban llegando. Luego, hubo una serie de celebraciones con los jóvenes que llegaron al Santuario. Caída la noche, se realizó la oración junto al fuego, frente al templo. La jornada del sábado culminó con un canto a la tierra de parte de los jóvenes en el Polideportivo de Chimpay.
Fuente: Nicolás Mirabet
BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – AGOSTO 2022