Lo que en ti veo
Si me callo voy de a poco
destruyéndome por dentro
agonizando despacio.
Y me creo que no te pienso
y al decirlo ya has llegado
ocupando tanto espacio.
Ay de mí si es que me piensas
benditas manos si tu cuerpo se le acercan.
Ay de ti si es que me besas
que me dedico a andar borrando tu tristeza.
Si vieras todo lo que yo en ti veo
comprenderías, vida mía, porque espero.
Si me agotaste el pensamiento
si ahora recorres mis adentros
si tú vieras, vida mía, lo que veo.
Quiero hablar con tus silencios
donde habitan los recuerdos
los que a nadie le compartes.
Y soltar los nudos viejos
y entre miradas y besos
hacer vida por delante.
(fragmento)
Artista: Kany García ft. Nahuel Pennisi.
Álbum: Mesa para dos (2020)
Por: Micaela Perez Ghio
micaperezghio@gmail.com
Por estos días es muy común escuchar la frase “año nuevo, vida nueva”, pero es bueno preguntarnos, ¿quién nos trae esa vida nueva o de quién es tarea construirla? Muchos tenemos la ilusión de que el nuevo año nos renueve, nos cambie. Sin lugar a dudas, el descanso, encontrarnos con seres queridos para celebrar y dar gracias por el tiempo vivido son acontecimientos concretos que nos ayudan a sentirnos como nuevos.
Dios redobla la apuesta y cada día, no sólo a fin de año, nos invita a vivir con alegría renovada y sincera. Me gusta pensar que nos canta al oído una frase similar a esta: “quiero hablar con tus silencios donde habitan los recuerdos los que a nadie le compartes”. Entonces este tiempo puede ser una linda invitación para hacer silencio, recordar y dar gracias por todo lo que hemos vivido. Y también de reconciliarnos con nosotros mismos por todas aquellas cosas que no nos salieron como queríamos. Estos últimos son los recuerdos más difíciles de abrazar. Pero ahí donde nos cuesta, donde nos duele, donde aún no hemos podido, es en los momentos que Dios ve todo nuestro esfuerzo.
Este tiempo puede ser una linda invitación para reconciliarnos con nosotros mismos por todas aquellas cosas que no nos salieron como queríamos.
“Si vieras todo lo que yo en ti veo comprenderías, vida mía, porqué espero”. Será cuestión entonces de intentar mirarnos como nos mira Dios, con misericordia, colmando de amor cada momento que nos toque vivir. Eso es lo único que nos pide, lo que nos va a hacer plenamente felices. Y qué lindo si pudiéramos hacer que quienes nos rodean se sintieran mirados de la misma manera: chicos y jóvenes abandonados, tantos atravesando alguna enfermedad, otros viviendo en soledad. Su vida vale, no están solos y nosotros podemos decir esto con toda nuestra vida: nuestra mirada que no juzga, nuestras manos que acompañan y sostienen, nuestros silencios abiertos a la escucha.
“Y soltar los nudos viejos y entre miradas y besos hacer vida por delante”. Ahora sí, cuando desatamos aquellos recuerdos que nos ataban al pasado sin dejarnos avanzar es tiempo de recomenzar, de reamar en cada oportunidad. Entonces será un año verdaderamente nuevo y nosotros habremos aprendido una de las cosas más importantes: a amarnos como somos, a amar a los demás como son. Así como nos ama Dios.
BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – ENERO 2023