Te encontré plasmado,
culpable
Deteriorado,
nunca tan amable
Yo voy del infierno al sol
Que vuelvo por ti, sino no lo intento
Buscáme, no diga’ adió’
Que solo por ti, yo le rezo
Yo voy del infierno al sol
Que solo por ti, yo vuelvo
Buscáme, cuando haya amor
Que solo por tí, a Dios le rezo
Llorando en las iglesia’
Rogándole a Dios
que tenga paciencia
que no se olvide de vos
¿Quién mató tu inocencia hoy?
Dime, dónde está el asesino del cuento
Yo voy buscando el final
La historia de hoy, yo te la cuento
(Continúa)
Artista: Nicki Nicole
Álbum: Recuerdos (2019)
Por Florencia Riveros
“Te encontré plasmado, culpable, deteriorado”: así comienza esta canción de Nicki Nicole, una joven y destacada artista argentina de 21 años. ¿Y si por un instante pensamos en el encuentro de Don Bosco con Don Calosso? Allí este último le dice: “Nadie es huérfano en esta tierra”, nadie debería andar por la vida sin un otro que lo ayude, nadie debería sentirse huérfano de amor, de sueños, de alegrías y oportunidades.
En la cultura del descarte, donde el otro parece indiferente a lo que me pasa —y muchas veces nosotros somos indiferentes a lo que le pasa a él— Nicki Nicole canta: “Buscáme”. ¿No debería ser esa nuestra respuesta? Y si no podés buscarme, nosotros deberíamos emprender esa búsqueda del “culpable, deteriorado”.
Hijos e hijas de Don Bosco, estamos convencidos que ese encuentro con el otro, la cercanía, la escucha y obrar desde el amor, realmente salvan. Pero es cierto también que a veces se vuelve más fácil decirlo que vivirlo. Por eso todos necesitamos hacer nuestro propio proceso.
“Del infierno al sol, que solo por ti , yo vuelvo”. Ese otro, con el que deseamos encontrarnos, al que queremos ayudar, muchas veces nos termina ayudando a nosotros, nos moviliza, nos hace mejores personas, en el amor que le damos también nos amamos nosotros.
La invitación en este caso no es para “rogarle a Dios por paciencia y dejar de llorar en la Iglesia”, como expresa la canción, sino simplemente pedirle que nos enseñe una mejor manera de amar, de abrazar nuestra vida y las vidas. Siempre teniendo presente que Él nos amó primero.
Para reflexionar:
– Cuando pienso en el “otro”, ¿qué rostros se me vienen a la mente?
– ¿Qué realidades son para vos “difíciles de amar”? ¿Qué podés hacer para cambiarlo?
BOLETIN SALESIANO – SEPTIEMBRE 2021