Que lo bueno también sea noticia

Compartir

En el centro o en las afueras, de día o de noche: en Rosario, la Familia Salesiana ofrece una red de oportunidades para creer y soñar.

Por Santiago Valdemoros
redaccion@boletinsalesiano.com.ar

Pibes que reciben una formación que les facilita encontrar un trabajo. Mujeres de pueblos originarios que pueden cursar el secundario. Chicos y chicas que reciben en la escuela educación y contención que en sus casas no pueden brindarles. Personas en situación de consumo que hallan puertas abiertas, orientación y afecto. Jóvenes que dedican su tiempo libre a educar y acompañar a otros chicos y jóvenes. Educadores que hacen de su trabajo su pasión. Y podríamos seguir…

Poder estudiar, poder trabajar, sentirse querido… nada de eso debería ser noticia. ¿O sí? 

En un lugar que para algunos es noticia sólo cuando hay malas noticias, la Familia Salesiana en Rosario busca brindar respuestas concretas y diversas a la realidad de los jóvenes, en el lugar en el que se encuentren. Y así, lograr que la esperanza también sea noticia.

Domingo Savio. Capacitación laboral.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es capacitacion_laboral-1-1.jpg

Encontrarse con “buena gente”, poner el oído… son algunas de las cosas que se llevan quienes vienen a aprender, cuenta Karina, portera de la escuela laboral. Exalumna de los cursos, recibe con una sonrisa a cientos de jóvenes y adultos que quieren aprender un oficio.

Una de ellas es Irina. Tiene 24 años y, según ella, no sabía cocinar, “ni dulce ni salado”. Luego de hacer otros cursos, ahora está terminando el de Panadería. “Quería aprender algo más. Y ahora vamos a hacer un microemprendimiento con mi familia a partir de lo que aprendí”, resume, mientras llega el ruido de los secadores de pelo del curso de Peluquería, y al fondo las sierras transforman pallets en muebles en el curso de Carpintería.

San José. Secundario para adultos.

“El año pasado esta casa nos abrió las puertas. Es una gran posibilidad poder terminar el secundario, no sólo yo, sino también varios compañeros de la comunidad”, comparte Estela. Tiene 37 años y forma parte de una comunidad qom que se estableció en Rosario hace ya varias décadas. Para ella, este es un camino para poder completar su formación como maestra intercultural bilingüe, y así trabajar en una de las escuelas de su barrio.

Junto a Estela cursan muchas personas más. Y otras ya egresaron. Como Carla, que a los cuarenta años estudió y terminó el secundario a la par de su hija adolescente. O Byron, de treinta, nacido en Guatemala, artista y bailarín instalado en Rosario hace casi ocho años: “Encontré gente muy buena… los compañeros, los profesores. Y ahora estoy pensando en seguir estudiando”.

Funes. Oratorios en los barrios.

En un predio de la municipalidad, los sábados por la tarde, funciona uno de los oratorios para los chicos del barrio, a partir del empuje de un grupo de jóvenes. Gianna, de 18 años, es una de ellas. “Jugamos, compartimos unas buenas tardes, una catequesis, acercarles y contarles sobre Don Bosco, sobre María, compartimos la merienda también. Estos chicos son una masa, se merecen todo. Y nosotros somos poquitos, pero nos la bancamos”, dice. Y agrega: “Jesús está en los chicos. Lo veo muy reflejado en los chicos del barrio. En compartir un ratito a la tarde, ahí está Jesús”.

Un sueño a futuro es que, de a poco, esos mismos chicos puedan ser luego animadores.

Vicaría del Sagrado Corazón. Centros de Vida.

Es viernes por la tarde y está en pleno funcionamiento el taller de Carpintería. A través de un convenio con la municipalidad, algunos jóvenes del barrio reciben un estímulo económico a cambio de aprender un oficio y luego desarrollar un emprendimiento propio.

En eso anda Débora, 22 años, terminando una mesa que le encargaron a través de su Facebook, “Ecopallet”. “Cuando ya aprendimos el oficio, lo que hacemos es producir para vender. Aprendimos más y podemos tener nuestra plata a través de nuestro trabajo. Y para nosotros es una felicidad, una alegría, que cada vez que entregamos los productos nos dan las gracias. No trabajamos en vano, trabajamos para hacer algo que a la gente le gusta…”.

San José. Secundario técnico.

Andrés Croce conoce bien el San José: luego de egresar, nunca dejó de formar parte del plantel docente. Junto a Gabriel Aviani, hoy es uno de los directores del secundario, que ofrece un bachillerato en Economía y cinco modalidades técnicas: Electromecánica con orientación en Automotores y con orientación en Industria, Informática, Electrónica y Energías Renovables.

“Nuestra formación es muy valorada en Rosario, muchas de las industrias locales buscan a los egresados del colegio para incorporarlos en esas empresas. Tratamos de que se acorte la brecha que existe entre la escuela y el mundo del trabajo. Como en Informática: si yo te lo tengo que enseñar, ya es viejo. Continuamente tenemos que estar, docentes y alumnos, incorporando juntos el conocimiento”, comparte Andrés.

El amplio abanico de modalidades colabora en que los estudiantes puedan encontrar aquellos que les entusiasma aprender, y una dinámica bolsa de trabajo los ayuda a ingresar al mundo laboral.

Vicaría del Sagrado Corazón. Escuela Luisa Mora de Olguín.

En medio del bullicio del recreo está Claudia, ordenando la fila para el fulbito, luego pasando por las aulas para ver la merienda. La directora de la primaria tiene 55 años y hace 34 que trabaja en la escuela, donde compartió misión con el padre Edgardo Montaldo. 

“Así como se ve, por esta obra pasan alrededor de mil chicos por día. Se abre a las 6:30 am y se cierra a las 23:00. La escuela es un referente muy fuerte en el barrio. Es el lugar del encuentro, donde los papás vienen y te preguntan lo que no entienden. También intentan solucionar algún problema: una ambulancia, un árbol que se cayó… la realidad te obliga a aprender a trabajar con otros y a trabajar en red”, afirma Claudia.

Colegio María Auxiliadora. Escuela.

Chicos y jóvenes disfrutan el volver a estar juntos en el aula después de tantos meses. Viviana Fischer es exalumna y desde hace unos años asumió el servicio de representante legal de esta casa de las Hijas de María Auxiliadora, que ahora es gestionada por laicos: “Nos deja el desafío de seguir llevando adelante el carisma salesiano. ¡Todas las exalumnas quieren mandar a sus hijos acá!”

BOLETÍN SALESIANO – OCTUBRE 2021

Noticias Relacionadas

Esto suena a Don Bosco

San Justo. Cuando la música lo cambia todo y a todos.

Hacer realidad la esperanza de un futuro mejor

Por los jóvenes. El invierno es una de mas épocas más duras para la gente que vive en las zonas rurales.

Calor de hogar

Don Bosco en Río Gallegos. En una de las ciudades más australes de la Patagonia el carisma de Don Bosco está más vivo que nunca.

Una parte de Valdocco en Río Tercero

Río Tercero, Córdoba. El Centro Juvenil Salesiano "Ceferino Namuncurá", proporciona contención y educación a más de 150 niños, niñas, adolescentes y jóvenes.