Hacer realidad la esperanza de un futuro mejor

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Chos Malal, Neuquén. El invierno es una de mas épocas más duras para la gente que vive en las zonas rurales.

Por: Por Matías Piccoli de Por los Jóvenes – Don Bosco

mpiccoli@donbosco.org.ar

Si el padre Raúl, en La Pampa, tuviera que elegir una frase que escucha a diario, sería: “Acá no hay futuro”. La expresión “la salida es Ezeiza”, se reformula en la Patagonia con jóvenes que migran de sus lugares de origen a urbes como Bahía Blanca, Córdoba o Buenos Aires con la esperanza de estudiar y encontrar trabajo.

Las comunidades de salesianos en provincias como La Pampa, Santa Cruz, Neuquén y Chubut trabajan para cambiar esa realidad. Allí la tasa de desocupación afecta tres veces más a quienes tienen entre 18 y 24 años y se hace más palpable todavía en las zonas rurales de la Patagonia.

En esa región existen muchos parajes “olvidados”. Las familias viven aisladas, con la sola compañía de sus animales. Allí donde nada sobra, excepto el amor a la tierra y una resiliencia a prueba de todo, hay quienes están las 24 horas los siete días de la semana disponibles para ayudar, acompañar y contribuir a hacer realidad la esperanza de un futuro mejor. Son los misioneros salesianos.

La red misionera y escolar de la congregación salesiana comenzó a configurarse en la Patagonia antes que el Estado Nacional. Esto incluyó la construcción de un sistema educativo compuesto de escuelas primarias y secundarias, de artes y oficios, agrarias e internados. Además de un valioso aporte científico, cultural y literario.

Pero su impacto también se explica en presente, a través del acompañamiento pastoral, educativo y social de familias que viven en condiciones vulnerables. Se trata de “estar y compartir la vida”, como lo resumen el padre David, español, y el padre Antonio, italiano; dos salesianos llegados del viejo continente a la Patagonia, tal como lo hicieran los primeros misioneros en 1875.

El padre David García junto a un poblador en la meseta central norte del Chubut.

Junto a religiosas misioneras Hijas de María Auxiliadora e Hijas del Divino Salvador visitan a las familias en parajes alejados de los centros urbanos; ayudan a conseguir bienes básicos; trasladan a enfermos y a personas “atascadas” en el camino; colaboran con la construcción de galpones, huertas de cultivo, acompañan los reclamos contra la contaminación ambiental y otras iniciativas que permitan a los locales llevar una vida más digna y cuidar la casa común.

A esto se suma el acompañamiento de propuestas educativas, espacios recreativos y pastorales para jóvenes. Los salesianos tienen las suelas gastadas de caminar llegando a parajes donde otras instituciones y organismos públicos no llegan, con el fin de que los jóvenes puedan decir: “¡Acá sí hay futuro!”.


Muchas personas a través de Por los Jóvenes – Don Bosco, realizan un aporte solidario mensual para sostener estas acciones en la Patagonia, entre muchas otras. Para conocer más se puede ingresar a www.porlosjovenes.org o escribir al WhatsApp: +54 9 11 2492-8963.

BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – NOVIEMBRE 2023

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