Película: El oso (2022)
Dirigida por: Christopher Storer
Disponible en Star+
Por Paz Angheben
pachuangh@gmail.com
Lo que pasa en la cocina, se queda en la cocina. Al menos esa es la premisa de la serie “The Bear” que analiza, desde varios puntos distintos, las grandes batallas de lo cotidiano. Pero en medio del conflicto que representa el frenético ritmo del oficio gastronómico, también hay un tema doloroso: el suicidio.
El argumento de la serie dedica buena parte en explorar el dolor, los miedos y la angustia de los que duelan la muerte por suicidio de un ser querido.
Carmen “Carmy” Berzatto es un joven chef, de familia italiana, acostumbrado a trabajar en la alta cocina. Luego del suicidio de su hermano Michael, dueño de un pequeño restaurante familiar en Chicago, Carmy debe hacerse cargo del negocio. Sin embargo, el rescate del restaurante se transformará en un desafío más personal de lo que imagina: entre la trepidante actividad de las
ollas, las sartenes y la preparación de sándwiches viajará a la memoria de su querido hermano en un intento de recuperar el tiempo perdido y encontrarle un sentido a la tragedia. Así, el conflicto interno se exterioriza a través de su rol en la cocina.
“Nadie te habla de estas cosas”, dice el protagonista en un intento casi desesperado por encontrarle un sentido a la muerte y a la angustia que viven los que se quedan.
Carmy enfrenta el dolor del suicidio de su hermano sin tener demasiadas herramientas, pero ¿quién las tiene? Nada nos prepara para enfrentar el dolor ante una pérdida inexplicable. La serie no está enfocada en diseccionar el duelo de manera formal, por el contrario nos demuestra que, a la hora de llorar a un ser querido, no están escritas las normas.
El cotidiano se convertirá así en el lugar dónde el protagonista atravesará un torbellino de emociones: la culpa, la tristeza, el remordimiento, la angustia, añoranza y, en ciertos momentos, encontrará una pequeña luz al final del camino.
La serie nos invita a pensar cómo en medio del caos podemos lograr sentirnos a nosotros mismos y, si lo logramos, éste se convierte en el primer paso para sanar. “Cada segundo cuenta” cobra un nuevo sentido, no se refiere
a que cada instante deba ser perfecto, sino a que cada momento sea una oportunidad de estar y, sobre todo, sentirse vivo. Es una muestra de que siempre se puede encontrar belleza, incluso en los momentos más caóticos y dolorosos.
BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – MAYO 2024