“La paz sea con ustedes”

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León XIV, con estilo propio.

Por: Ezequiel Herrero

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Hace poco menos de un mes, ante la atenta mirada de millones de personas en todo el mundo, salió al balcón de la Basílica de San Pedro, Robert Francis Prevost, a partir de ese momento el papa León XIV. Se lo veía emocionado, casi al punto de las lágrimas y al mismo tiempo eligió mostrarse sólido en sus palabras, con un texto escrito que fue siguiendo durante todo el saludo. La comparación con su antecesor en principio resulta casi inevitable, pero si se hace el esfuerzo es posible “ver más allá”.

Dejarlo ser

Se trata del primer papa norteamericano en la historia de la Iglesia, pero que pasó casi veinte años al servicio del Pueblo de Dios en Perú. Y de hecho en el único momento que dejó el italiano durante ese 8 de mayo, no fue para hablar su lengua nativa, sino el castellano y para referirse directamente al pueblo peruano a quien saludó con un especial afecto. Más allá de la coincidencia en el idioma, este gesto da cuenta de alguien con un cariño especial por esta tierra americana, donde el pueblo vive una fe sencilla y profunda. 

Sin duda que sus 69 años de edad hacen pensar que se tratará de un “papado largo” –cuando Francisco fue elegido para esta tarea tenía 77 años–, donde tendrá la oportunidad de visitar y acercarse a muchos países; algo que no resulta extraño, pensando que ya lo hizo como superior de los Agustinos. 

Y tal vez aquí haya otra conexión con su antecesor, o para ser justos con sus antecesores. Ya desde el tiempo de Juan Pablo II resulta cuanto menos extraño pensar en un Papa encerrado en su escritorio. La insistencia de Francisco por salir a las periferias es no solo una expresión de deseo, sino también una referencia, que seguramente León XIV retomará y profundizará. Y un dato a considerar entre los motivos de su elección como Obispo de Roma. 

León XIV será un continuador, tal vez con otro estilo, pero con las mismas ideas de fondo, que en definitiva son las del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia.

Quienes estaban acostumbrados a seguir los mensajes, viajes y encíclicas de Francisco seguramente extrañarán algunas de sus formas cercanas, espontáneas, “muy de nuestra tierra”, pero quedarse solo con eso es sencillamente reducir su papado. Es necesario tener confianza en los procesos iniciados, que van mucho más allá de las formas y que son transformaciones profundas, de las que todavía queda mucho camino por recorrer. Y en ese sentido seguramente León XIV será un continuador, tal vez con otro estilo, pero con las mismas ideas de fondo, que en definitiva son las del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia. 

La paz, una y otra vez

En este sentido desde el 8 de mayo, León XIV eligió mencionar a su antecesor, el papa Francisco. Y ese mismo día hizo un claro y contundente llamado a la paz

En un contexto marcado por la violencia en sus diferentes formas –verbales, físicas, políticas, económicas, culturales, por nombrar solo algunas– resultan cuanto menos destacables y llamativas las primeras palabras que eligió León XIV para presentarse:  “La paz sea con vosotros. Dios ama a todos”, expresó desde el balcón de la Basílica y eso sería toda una declaración de principios de lo que vendría después. “Yo quisiera que este saludo de paz entrara en sus corazones, llegara a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz esté con ustedes!”, expresó ese 8 de mayo. 

Y a lo largo de estas incipientes cuatro semanas el Obispo de Roma volvió una y otra vez sobre esta idea. El 11 de mayo tras el rezo del Regina Coeli expresó: “yo también me dirijo a los grandes del mundo, repitiendo el llamamiento siempre actual: ¡Nunca más la guerra!”. O el 1 de junio cuando en el marco de la misa por el Jubileo de las Familias invitó a rezar especialmente por aquellas que sufren a causa de la guerra en Oriente Medio, en Ucrania y en otras partes del mundo y concluyó pidiendo “que la Madre de Dios nos ayude a caminar juntos por el sendero de la paz». O el 17 de mayo cuando volvió sobre su primer mensaje y recordó que debemos ayudarnos unos a otros, “para construir puentes, con el diálogo, con los encuentros, uniéndonos a todos para ser un solo pueblo siempre en paz”. 

En estas poco más de cuatro semanas, ya son varias las ocasiones donde León XIV ha llamado a construir la paz entre las personas y las naciones. También a ocuparse de los pobres, los privilegiados de Dios en la tierra. Sin ir más lejos en su mensaje por el aniversario de la fundación Centesimus Annus Pro Pontifice recordó la importancia de ir al “encuentro y la escucha de los pobres, tesoro de la Iglesia y de la humanidad, portadores de puntos de vista descartados, pero indispensables para ver el mundo con los ojos de Dios”. Otros dos puntos de coincidencia con el querido Francisco.

Los cristianos tenemos la certeza de que Dios no abandona nunca a su Pueblo.

El contexto actual seguramente no es sencillo, asumir tamaña responsabilidad tampoco. Los desafíos son muchos y variados, de hecho  nunca los tiempos actuales fueron tiempos sencillos. Por eso es importante recordar dos cuestiones: por un lado que todos nos podemos equivocar y que la obra de Dios en la tierra va mucho más allá de los errores humanos. Y por otro lado que los cristianos tenemos la certeza de que Dios no abandona nunca a su Pueblo.

Con estas dos premisas nos unimos como Familia Salesiana de Argentina a rezar por el papado de Leon XIV

BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – JUNIO 2025

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