Miradas del pasado

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El nuevo libro Memorias de la Candelaria, un recorrido de fotografías y testimonios por la historia de la misión salesiana de Tierra del Fuego y sus protagonistas.

Autor desconocido. Frente de la Capilla de la Misión Salesiana Nuestra Señora de La Candelaria. Alrededor de 1900. Reproducción del original en el Museo Salesiano Monseñor Fagnano. La Candelaria, Río Grande.

Por Pamela Alarcón y Alejandro León, sdb

En este mismo día, 20 de abril de 1879, parten tres misioneros salesianos con el Ministro de la guerra de Buenos Aires, para llegar hasta los indios pampas y salvar al mayor número posible de niños del exterminio, al que parecen haber sido condenados por el gobierno argentino.”

Sac. Giovanni Bosco

Así comienza este libro, con esa frase de Don Bosco que sería al mismo tiempo una denuncia y una premonición, basadas claro en las experiencias pasadas de la instalación del imperialismo en todo el mundo. Don Bosco sabía lo que podría llegar a pasar y que efectivamente pasó: la “civilización” se instaló considerando a los pobladores originarios sujetos pasibles de ser sometidos y exterminados en nombre del progreso, del comercio y la superioridad.

La misión de contar…

La Misión Salesiana Nuestra Señora de la Candelaria fue ideada en 1889, fundada en 1893 y establecida definitivamente en 1897, a orillas del mar y a unos diez kilómetros al norte de la ciudad fueguina de Río Grande. Y es una muestra de lo que sabía ya Don Bosco nueve años antes de morir.

La Candelaria recuerda, habla y guarda entre sus cercos tantas historias de vida, de sufrimientos y de muerte, que se decidió darles la palabra. Este libro hace eso: mostrar las fotos y los registros de algunas, de tantas de esas cosas que pasaron.

Cuaderno 1 de la Crónica de la Misión Salesiana Nuestra Señora de la Candelaria. 12 de diciembre de 1896. Museo Salesiano Monseñor Fagnano. Misión La Candelaria, Río Grande, Tierra del Fuego.

Allí estuvieron los nativos selk’nam vistos por Occidente por primera vez. Allí estuvieron los estancieros matando guanacos y recolectando las orejas de los hombres y los pechos de las mujeres para hacer sus estancias y sus negocios. Y allí eligieron estar los salesianos, en ese mismísimo contexto, en esa sociedad tan enferma, enviados por Don Bosco, con la intención de salvar lo que creían que se podía salvar: las almas para una vida mejor, los cuerpos de las enfermedades que sin saberlo, ellos mismos portaban, y las fotografías y las palabras, los léxicos y las leyendas de los selk’nam.

… a través de sus protagonistas

El libro tiene tres partes: una introducción que narra una historia de la Candelaria, las dificultades de su instalación —que fueron tres, las dos primeras frustradas por una inundación, un incendio, y la definitiva, donde hoy se encuentra—. Se narran los trabajos en el campo, las idas y vueltas del barco —y los naufragios de los dos barcos que compraron los salesianos: el vaporcito Torino y la goleta María Auxiliadora—. También se rescata la vida cotidiana con las jovencísimas Hijas de María Auxiliadora, su vida con las niñas selk’nam, sus pesares y templanzas. 

Luego, en la segunda parte, se narran las historias de vida de los salesianos que estuvieron allí: Fagnano, Beauvoir, Zenone, Griffa, De Agostini y algunos otros. También se presenta al etnólogo y sacerdote católico de la Congregación Misioneros del Verbo Divino, Martín Gusinde, y a los Bridges: Thomas y Lucas, padre e hijo, misioneros anglicanos. 

El tercer capítulo es la parte “documental” propiamente dicha, con una selección de fotografías y fragmentos de textos de De Agostini, Gusinde, Beauvoir, Gallardo y otros testigos de esa época que revelan cómo era la vida, la comida, los cuerpos y la espiritualidad de los selk’nam, porque, como dijo la antropóloga francesa Anne Chapman, quien también estudió a los fueguinos: “… desde Gusinde, siempre habrá un selk’nam que nos esté mirando”.

Foto de contratapa: Autor desconocido. Fondo de la Capilla de la Misión Salesiana Nuestra Señora de La Candelaria. Ca. 1940. Reproducción del original en el Museo Salesiano Monseñor Fagnano. La Candelaria, Río Grande.

Ser parte de la historia

Todo este trabajo fue posible gracias a los archivos y museos salesianos que durante más de cien años guardaron ese material. El Archivo Histórico Salesiano de Argentina Sur con sus dos sedes: Bahía Blanca y Buenos Aires, y el Museo Salesiano Monseñor José Fagnano, que funciona en la misma Candelaria.

Este libro nos hace sentir la inmensidad del océano que veían desde la Misión todos los días, nos hace sentir las esperas —del barco, del buen clima, de las cartas—, se sienten los tiempos largos, el viento filtrando las maderas de las paredes y las preguntas sin respuestas. 

Los autores, laica ella, sacerdote él, ambos historiadores, sirviéndose principalmente de testimonios fotográficos, de las crónicas de la misión y de testimonios de primera mano, han buscado que el lector pueda vislumbrar la mentalidad que movía a cada uno de los actores de esta historia para evitar anacronismos en los juicios y poder percibir las motivaciones fundantes de esta empresa misionera.

Es una historia de elecciones, de esfuerzos, de frustraciones, de intentos, que de todos modos, son los que nos definen y revelan quiénes somos.

Si solés valorar los relatos de intentos, las personas imperfectas y las historias complejas que nunca están del todo terminadas de contar, que cambian según el cristal con el que se la mire, y cuyos finales aún se siguen escribiendo, podés conseguir el libro impreso a través de la tienda online Ediciones Don Bosco Argentina.

BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – JUNIO 2022

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