“Padre” de Dragon Ball y de millones de infancias.
Por Cristian Squitieri //
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El 1 de marzo de 2024 a los 68 años de edad falleció Akira Toriyama, un ciudadano japonés de bajo perfil, al que no le gustaba exponerse públicamente y que vivía alejado de la ciudad junto a su esposa y sus dos hijos. Sin embargo este humilde publicista es reconocido en todo el mundo por ser el creador, entre otros títulos de Dragon Ball, una de las series animadas más conocidas y que marcó la infancia de millones de niños, hoy ya jóvenes y adultos.
Claro que esa no fue la única creación de Toriyama, quien tiene más de 35 mangas publicados, 4 libros de ilustraciones y participación en el diseño de personajes de varios videojuegos. Toda esta vasta obra le valió el reconocimiento internacional, incluso hay quienes ya lo mencionan como Toriyama Sensei, que en la cultura japonesa significa “Maestro Toriyama”, es una forma de expresar el respeto y cariño hacia su figura y su legado.
Un comienzo que no fue fácil
La vida de Akira Toriyama no siempre estuvo caracterizada por el éxito; por el contrario en un comienzo debió esforzarse mucho y soportar varios traspiés hasta convertirse en un reconocido mangaka –es el término japonés utilizado para referirse a las personas que dibujan “manga”, es decir, historietas japonesas: es el equivalente a “caricaturista” o “dibujante de comics”– a nivel mundial.
Toriyama estudió diseño gráfico en la Escuela Superior Industrial de Aichi, y posteriormente fue contratado por una empresa de publicidad en Nogoyá, donde trabajó por tres años. Enfocado en transmitir las historias y valores que iba ideando en su cabeza, renunció y decidió dedicarse al manga. Esto implicó para él asumir un gran riesgo económico ya que dejaba un empleo estable, para intentar ser un “artista”, algo no muy bien visto por su entorno.
Toriyama participó en varios concursos para una revista de manga muy conocida en Japón llamada Weekly Shonen Jump, sin embargo nunca logró alzarse con el premio mayor. Eso no le impidió proseguir sus sueños.
Con la decisión ya tomada participó en concursos para una revista de manga muy conocida en Japón llamada Weekly Shonen Jump, de la editorial Shueisha. y contrariamente a lo que muchos pueden pensar,Toriyama nunca logró alzarse con el premio mayor. Sin embargo llamó la atención de Kazuhiko Torishima, quien trabajaba para editorial Shueisha, y decidió reclutarlo para darle rienda suelta a su imaginación, convirtiéndose en su primer editor, y permitiéndole crear su primer gran éxito “Dr. Slump”.
Tras esta primer serialización –un manga que se vuelve de emisión semanal dentro de la revista–, Toriyama Sensei alcanzó el reconocimiento en todo Japón, pero no sería hasta 1984, que crearía al personaje que lo catapultó al reconocimiento internacional, el tan querido “Goku” de “Dragon Ball”.
Su obra maestra
Dr. Slump fue la obra que lo hizo reconocido en todo Japón. Tras dicho éxito, y con el auge creciente del género shonen –historias destinadas al público masculino adolescente, generalmente con temáticas de aventura, acción y combates–, Toriyama comenzó a crear una nueva historia, tomando como referencia un “one shot” –manga de un solo capítulo– que había creado en el pasado para uno de los tantos concursos, este era “Dragon Boy”. Es así que el 20 de noviembre de 1984, saldría a la luz el primer capítulo de “Dragon Ball”, en la edición número 51 de la revista Weekly Shonen Jump, y continuaría en emisión durante 519 capítulos más, finalizando el 5 de junio de 1995.
La adaptación animada, es decir el anime, de Dragon Ball, fue lo que lo llevó a ser reconocido en todo el mundo, generando cientos de miles de fanáticos en cada país que la cinta enlatada lograba aterrizar. En Argentina se popularizó gracias a la transmisión que en el año 1997 realizó el canal infantil Magic Kids, principal responsable de masificar el consumo de anime en nuestro país y gran parte de latinoamérica. A partir de esta obra es que se lo considera a Toriyama el padre del shonen contemporáneo. Ya que fue su forma de narrar la evolución del personaje principal, en compañía de tantos personajes secundarios clave para su desarrollo, lo que se tomó como inspiración o formato por parte de todos los autores de shonen venideros.
Mucho más que un dibujito animado
Para algunos Dragon Ball será un libro recuerdo de la infancia o uno de los “dibujitos animados” que miraban a la hora de merendar, Sin embargo el legado de Toriyama va más allá y ofrece significativas enseñanzas: en primer lugar se puede aprender de Goku a nunca rendirse, sin importar lo difícil que parezca la situación y también a tener siempre la finalidad de autosuperarse. El objetivo de Goku nunca fue “ser más fuerte que alguien más”, sino “ser más fuerte que su yo de ayer”.
En este sentido en Dragon Ball imperan los valores de la humildad, el esfuerzo, el respeto y compasión por los demás. Goku es de los primeros personajes en la historia del shonen, que más allá de derrotar a sus enemigos, en muchas ocasiones logra ver la bondad latente que hay en ellos, y logra hacer que se unan a él en su camino y puedan reivindicarse.
El objetivo de Goku nunca fue “ser más fuerte que alguien más”, sino “ser más fuerte que su yo de ayer”
Por otra parte el mismo Goku a pesar de ser sumamente fuerte y de haber sido tratado de reclutar por organizaciones y personajes de todo tipo, él nunca dejó de estar siempre del lado de los más débiles.
No obstante cabe aclarar que Goku nunca se proclamó a sí mismo como un justiciero social, ya que, su objetivo era el de ser mejor cada día, pero nunca dejó pasar la oportunidad de ayudar a quienes lo necesitaban. Para Toriyama el camino de autosuperación está ligado a la acción de ayudar y conocer al otro.
BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – ABRIL 2024