Mejor que ayer
Me caí, y de tanto caer, me aprendí
Que en la vida es normal tropezar
Que no siempre se puede ganar
Oh, no
Y es así
Aprendemos por amar y sufrir
Pero me levanté y no le pienso bajar
Y conté un, dos, tres, para volver a empezar
Yo no me rendiré, no, no
Hoy soy mejor que ayer
Y aunque me caiga al suelo
Yo sé que habrá otro vuelo
Ya subí, también bajé
Ya perdí, también gané
Y esta vida es pa’sentir
No me quiero arrepentir
No le temo a ser feliz.
(fragmento)
Artista: Diego Torres
Álbum: Mejor que ayer (2023)
Por: Micaela Perez Ghio
micaperezghio@gmail.com
Frente a algunas situaciones desafiantes o nuevas, escuchamos a mucha gente decir “de esta salimos mejores”. Pero vale preguntarnos: ¿transitar una situación nos hace necesariamente “salir mejores” y ser nuestra mejor versión?
La canción “Mejor que ayer” de Diego Torres, nos invita a reflexionar sobre la vida y la resiliencia. Lo primero que nombra en su letra son los tropiezos y las caídas que transitamos, y que la “vida perfecta”, sin dificultades, no existe.
Estar vivos y en movimiento nos enfrenta cada día a situaciones en las que no siempre vamos a saber qué hacer, en las que quizás nos equivoquemos y tengamos que volver a intentarlo. El miedo a equivocarse suele ser paralizador y el tropezón duele. Quién vive se equivoca, pero llena su mochila de experiencias que, en un futuro, lo ayudarán a hacer frente a situaciones de otra manera.
Esta canción es una invitación a amigarnos un poco más con nuestros errores, que no nos hablan de que somos incapaces, sino de que en la vida todo es aprendizaje, y en la medida que nos permitimos aprender, podemos decir “de esta salí mejor”.
“Tres, dos, uno, empezamos de cero…”. Muchas veces, como si la vida fuera un gran juego con casilleros, algunos nos “mandan” al punto de partida y hay que volver a empezar. Pero a diferencia de un juego, cuando volvemos a empezar en la vida, no es de cero… eso que ya vivimos, nuestra historia, no se borra por un error. Nuestros pasos previos nos enseñan, y revisarlos, nos ayuda a transitar el camino de manera más consciente.
“Tres, dos, uno, me puse primero…”. Se trata de ponernos primeros para cuidarnos, para no castigarnos cuando algo no nos sale como queríamos. Primeros para abrazarnos, para buscar aquello que nos haga felices, para dar el paso para más vida.
BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – ABRIL 2024