Un día a la vez
Toca tirar abajo todos los libros de la estantería
y toca el desorden que implica el proceso de verlos de nuevo en fila.
Toca bajar la guardia, dejar que entren y dejar que salgan
toca desarmar a los héroes y al verlos desnudos volverlos a armar
Y nunca es tarde para preguntar
y nunca es tarde para volver a empezar
Y puede ser fácil y a veces no.
pero es de un día a la vez.
puedo contarte hasta donde voy.
pero entro solo después.
y no es que no te quiera acá.
pero me toca crecer.
y no es que yo me fuera a olvidar.
yo ya te llevo en la piel.
Tocan tiempos de guerra, tiempos para revolcarse en la mierda.
porque es la mierda lo que hace fértil a la tierra donde crece la flor.
y sé que estás asustado… yo también.
Calma.
Que nunca es tarde para desarmar.
que nunca es tarde si algo tiene que cambiar.
(fragmento)
Artista: Alan Sutton y las criaturitas de la ansiedad
Álbum: Algo tiene que cambiar (2023)
Por Ana Laura Maringer
En ocasiones, los conflictos que se nos presentan en la vida nos hacen sentir destrozados, como si nunca fuéramos a ser los mismos. En esos momentos nos atraviesa una sensación de caos, de desesperanza y de fatalidades.
La canción “Un día a la vez” de Alan Sutton y las criaturitas de la ansiedad nos ofrece un itinerario para reconstruirnos a partir de esos pedacitos que vamos perdiendo y recolectando. El autor nos habla de la necesidad de dejarse caer para levantarse con más fuerza, de darnos cuenta que «nunca es tarde, para desarmar (…) si algo tiene que cambiar».
Desarmar y reconstruir, «tirar abajo todos los libros de la estantería», ese desorden –a veces buscado y muchas veces sorpresivo– es necesario ante todo percibirlo para posteriormente ser capaces de construir algo nuevo en base a un crecimiento, a otra mirada, otra perspectiva. Se trata de «bajar la guardia», mirarnos, sincerarnos y preguntarnos: ¿me muestro tal cual soy? ¿Qué hay acá abajo? ¿Qué tengo que hacer para sacarme el disfraz y vestirme de mí?
La importancia del tiempo y la paciencia. «Puede ser fácil y a veces no, pero es de un día a la vez». Claro, lleva tiempo y las dificultades son muchas. Lo importante es tener calma y no tener miedo de tocar fondo. «Los tiempos de guerra» nos pueden hacer sentir débiles, pero ese fondo, ese abono, es necesario para crecer con más fuerza, más color, más brillo. Nos va a transformar en «la flor que crece en la tierra fértil» llenos de energía, vitalidad y sabiduría.
Asusta, da miedo, pero lo importante es no paralizarnos y animarnos a transitar la oscuridad que hace que cualquier luz, por pequeña que sea, la valoremos de otra manera.
«Puedo contarte hasta dónde voy, pero entro solo después». El tiempo para el pensamiento, la reflexión y para mirarnos a nosotros mismos es muy importante, pero siempre debemos ser conscientes de que dentro nuestro llevamos personas, nombres que nos han acompañado, y que son el sostén que nos mantiene vivos y que nos cuidan sin necesidad de tenerlos siempre al lado. Sabemos que están ahí para salvarnos, escucharnos y ayudarnos a salir mejor de los derrumbes.
En resumen, esta canción es una invitación a acompañar los procesos de desarme y reconstrucción, a entender que el crecimiento es algo que lleva tiempo, y a reconocer que las dificultades pueden ser el motor de un cambio profundo. «Calma», con paciencia desarmemos miedos, reconstruyamos nuestra identidad y crezcamos plenos y libres…
BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – OCTUBRE 2025