Buscando un símbolo de Paz

Compartir

Un vuelo de esperanza en la Ciudad de Rosario.

Por: Mariano Gálvez

Un año atrás, la comunidad de la Casa Salesiana San José de Rosario amanecía conmovida: David Paredes, padre de tres niñas, herrero del colegio San José y querido por todo aquel que lo conociera, falleció en una irracional balacera en la vereda de una casa del barrio Empalme Graneros.

¿Ciudad de pobres corazones?

Rosario transita desde hace algunos años una escalada de violencia inusitada. Tal vez no se trate solamente de la inseguridad, que con sus matices afecta la calidad de vida de millones de argentinos y argentinas que viven en medianas y grandes ciudades. Lo que aquí se vive es despertar cada mañana con el reporte de las balaceras de la noche anterior. ¿Concentrados en algunos barrios concretos? Tal vez. ¿Destruyendo familias enteras? Siempre. Lógicamente, y con cada noticia que satura la pantalla a lo largo del tiempo, naturalizamos la muerte violenta y nos volvemos indolentes frente a ella. Cada tanto un suceso irrumpe en nuestra pasividad. El nombre de ese día no es anónimo para nosotros. Es un amigo, un conocido, un familiar, un compañero de trabajo. Ese nombre, que es propio para nosotros y uno más para la mayor parte de la sociedad, durará 48 o 72 horas como máximo en los medios de comunicación. Seguramente no es culpa de los medios. Ellos deben seguir atendiendo a los nuevos nombres de cada día. Darle una dimensión temporal, o extra temporal a “nuestros” nombres es responsabilidad de la comunidad inmediata, del breve o extenso tejido social que haya contenido esa vida.

 El amor después del amor

El 21 de abril, la comunidad de la Casa Salesiana San José de Rosario se congregó bajo la memoria de David y rendimos homenaje a su vida. Se respiró un clima de amor, respeto, dolor y memoria. Algunos pocos testimonios nos hablaron de David y de la “huella” que dejó entre sus compañeros más inmediatos. Nos invitaron a pensar cuál es la huella que nosotros mismos estamos dejando en nuestro entorno, a quienes más queremos y a quienes, casi sin quererlo, les cambiamos su vida.

Se descubrió y bendijo una placa conmemorativa, un recuerdo indeleble de su paso por el San José. Luego, uno de los momentos más vivos de la jornada: un puñado de globos celestes y blancos portando un cartel con la palabra “Paz” se soltó al cielo. Se elevó hasta perderse de vista tras uno de los altos edificios que rodean el patio.

 Yo vengo a ofrecer mi corazón

Reconocer el dolor en el llanto desconsolado de la familia de David nos humanizó un poco más. Asumirlo no implica una insensibilidad previa. Al contrario. Implica tener aún la capacidad de conmovernos. Paradójicamente, aproximarnos a lo inexplicable de la muerte nos asoma a lo maravilloso de la vida.

Cuando una sociedad se preocupa por la vida del otro, cuando cada uno de sus miembros sabe de corazón que nadie es mejor que nadie, lo antinatural es ocasionarle daño al hermano que está al lado. Así, la diferencia más mínima se asume con la convicción de que con humildad podré aprender de la posición del otro, y que la violencia ejercida discrecionalmente nunca será un camino hacia un lugar feliz.

Ante cada acto que realizaremos, podríamos preguntarnos si construye o destruye. En cada pensamiento, podríamos incorporar el filtro de saber qué nos mueve, si es el ego, la empatía u otra cosa. No para cambiar inmediatamente, pero sí para conocernos, reconocernos, y ganar en deseos de ser mejores.

Bello abril

La familia ampliada de David se quedó un rato más en el Colegio con nosotros. Luego, con un fuerte abrazo y el compromiso de seguir en contacto, nos despedimos.

El día transcurrió con cada quien realizando sus responsabilidades. A finales de la tarde un mensaje llegó a nuestras redes sociales:

Buenas tardes, les escribo desde la ciudad de Chivilcoy, provincia de Buenos Aires. Estaba con mi familia en el campo y llegó un globo con sus datos. El globo que llegó decía “PAZ”. Un mensaje muy importante para la sociedad y es increíble que llegara tan lejos”.

En algunas pocas horas, el mensaje recorrió 250km para aterrizar en un campo donde circunstancialmente había algunas personas. 

¿Cuántas veces nos hemos sentido hablando a la nada? Una vez más, la vida nos demuestra que cual efecto mariposa nuestras acciones tienen consecuencias, y que está bien esperar contra toda esperanza, está bien confiar.

Un mundo mejor no solo es deseable, también es posible. Éticamente lo tenemos que ir a buscar, debemos construirlo a partir de pequeñas acciones. A contramano de lo que nos quieren imponer, los héroes de las películas sirven para entretener pero no siempre para superarnos. Así lo creo, el heroísmo es un acto cotidiano.

BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – ABRIL 2023

Noticias Relacionadas

Pironio, el beato de la Esperanza

Basílica de Luján. Miles de fieles celebraron la beatificación del cardenal argentino.

Argentina tiene un nuevo beato

Vaticano. El cardenal argentino Eduardo Pironio será proclamado beato.

El Rector Mayor ya es Cardenal

Ciudad del Vaticano. Además, en la misma celebración, tres argentinos también pasaron a integrar el colegio cardenalicio.

El Rector Mayor inicia su camino como cardenal

Cronograma. Este sábado 30 de septiembre desde Roma.