«Dios hizo todo para todos»

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La solidaridad desde una perspectiva juvenil y cristiana

Entendida más allá de acciones puntuales o de la simple asistencia, la solidaridad es un concepto central en la perspectiva cristiana.“Es una manera de entender el valor de la vida humana, para que las personas puedan ser protagonistas de su desarrollo”, explica Juan Pablo Gasme, quien se desempeña como coordinador del área de Desarrollo Institucional en Cáritas Argentina, que el mes que viene desarrolla su colecta anual.

¿Qué significa hoy ser solidario?

La solidaridades un concepto a veces desgastado o mal interpretado, reducido a ciertos actos esporádicos de generosidad. Pero es mucho más que eso.Los cristianos podemos, y debemos, aportar al mundo un sentido de la solidaridad que viene desde el mismo anuncio de Jesús: es un modo de entender el valor de la vida humana y el sentido de la posesión de los bienes materiales. Para el creyente, Dios ofrece el mundo a todos,por lo quetodo tieneuna función social anterior al hecho de que tal o cual cosa “seamía.Francisco nos lo dice de manera contundente en EvangeliiGaudium: “(…) La solidaridad es una reacción espontánea de quien reconoce la función social de la propiedad y el destino universal de los bienes como realidades anteriores a la propiedad privada. La posesión privada de los bienes se justifica para cuidarlos y acrecentarlos de manera que sirvan mejor al bien común, por lo cual la solidaridad debe vivirse como la decisión de devolverle al pobre lo que le corresponde”(189). Esto confronta con la lógica que quiere reinar en el mundo, de acumulación individualista, exitista, falsamente meritocrática, consumista.
Hoy en Cáritas hablamos cada vez más de una “caridad transformadora”, porque el amor cristiano nos mueve a asistirlas necesidades, a facilitar la promoción humana de cada uno y a transformar aquello que no nos permite tener vida plena en la sociedad. La solidaridad que busca la justicia nace de un corazón animado por la caridad a los hermanos.

“Dios ofrece el mundo a todos, por lo que todo tiene una función social anterior al hecho de que tal o cual cosa ‘sea mía’”.

¿Por qué parece que hay momentos en que ser solidario “se pone de moda”?

En buena parte de nuestro pueblo existe un sentimiento de solidaridad profunda, por el cual se reconoce alos otroscomo unidos al propio destino, y desde ahíse vive, se comparte e incluso se festeja cuando es posible. Sin embargo en algunas situaciones,parece que el ser solidarios “se pone de moda”: aparece con fuerza en momentos donde se hacen visibles a nuestros ojos, generalmente a través de los medios de comunicación,necesidades muy concretas que conmueven:desastres naturales, situaciones de extrema pobreza. Frente a esto muchos se conmueven y actúan.Esta sensibilidad solidaria no genera necesariamente compromisos fuertes, pero sí puede dar oportunidades desde las cuales poner en juego desafíos mayores. El compromiso sostenido nace de opciones profundas, de las cuales emergen actitudes y se sostienen acciones.

“En las actuales generaciones de jóvenes sigue habiendo un deseo profundo de que la realidad sea mejor y más justa”.

¿En qué se diferencia el compromiso solidario de los jóvenes respecto al de los adultos?

Las diferencias no están tanto en los deseos y las posibilidades, sino en los modos en que se viven y expresan. En las actuales generaciones de jóvenes sigue habiendo un deseo profundo de que la realidad sea mejor, más justa, con más dignidad para todos. Ciertamente, hay condiciones culturales y sistémicas que dificultan que ese sentido solidario emerja. Me animo a decir que la clave está en saber generar los ambientes, las condiciones y las propuestas oportunas para poder conectar con eso y desarrollarlo. Y destaco una diferencia en los modos de vivir el compromiso: la búsqueda de muchos jóvenes debe canalizarse en propuestas más breves, en proyectos más concretos, en itinerarios cortos. Tenemos que procurar que las ofertas se profundicen de a poco y vayan habilitando compromisos más prolongados.El rol educador y animador es fundamental en este aspecto.

¿Cómo podemos acompañar los “impulsos”solidarios para que no queden sólo en eso?

Hay que aprovecharlos educativamente. La escuela, con sus espacios formales y no formales, tiene la oportunidad de fundamentar y prolongar la solidaridad. Fundamentar las acciones solidarias, aportando motivaciones y convicciones, ayudando a analizar causas y a soñar como Jesús de Nazaret con ese otro mundo posible. Y prolongar el compromiso solidario, dando cauce a experiencias que nos conecten con la asistencia, y también con la promoción de las personas, el trabajo comunitario, la ciudadanía que incide y transforma.En definitiva, la escuela puede ayudar a generar una espiritualidad juvenil “en salida”, misionera, que mueva al encuentro real con los otros: esa experiencia transforma.

¿Cómo hacer para que los jóvenes no se acostumbren a ver a otros en necesidad?

Es necesario que los jóvenes se encuentren y compartan con educadores que tengan sentido crítico, sensibilidad y ganas genuinas de ayudar.Sumando a esto, hay que buscar desnaturalizar el funcionamiento de la realidad y la pobreza:necesitamos hacer esfuerzos por entender y explicar cómo y por qué la realidad funciona como funciona, reconociendo que no es así por esencia, sino que podría ser de otra forma, ya que Dios hizo todo para todos. Asimismo, hay queestimular una sana indignación ética sobre las situaciones de dolor y sufrimiento, que suele surgir de confrontar con valores de fondo y de ponernos en los zapatos de los otros.

“La escuela, con sus espacios formales y no formales, tiene la oportunidad de fundamentar y prolongar la solidaridad.”

¿Qué es Cáritas?

Cáritas es la pastoral que busca animar y coordinar la caridad en la Iglesia, sin monopolizarla ni agotarla, articulando con otras organizaciones. Es una red que se extiende por todo el país, desde Ushuaia hasta La Quiaca.Durante mucho tiempo, se ha reconocido a Cáritas con la acción de asistencia cercana a los más pobres, especialmente en las parroquias, con la distribución de alimentos y ropa. Si bien eso existe y es importante, se van desarrollando muchas líneas de trabajo que tienen que ver con la promoción de las personas, el desarrollo comunitario y el protagonismo ciudadano.

 ¿Es una organización para gente grande o también hay jóvenes?

Cáritas es para todos ycada vez se van abriendo más espacios donde los jóvenes se sienten parte, protagonistas. Y no sólo eso: estoy convencido de que Cáritas es un espacio donde muchos jóvenes pueden desplegar su pasión solidaria y el deseo de transformar la realidad. Muchas Cáritas locales vienen haciendo experiencias; desde nuestro equipo a nivel nacional estamos trabajando el tema, procurando articular con la Pastoral Juvenil nacional y con otras experiencias.

¿Qué propuesta concreta encuentran hoy los jóvenes para sumarse a Cáritas?

Una sería dar una mano para animar la Colecta, que será el 10 y 11 de junio, bajo el lema “Si ves en el otro a tu hermano, nadie puede quedar excluido”. Y conocer un poco a la Cáritas del propio lugar. Después existen muchas propuestas, según las zonas. Algunas experiencias con las que sería lindo tomar contacto y en las que los jóvenes podrían sumar son: el trabajo en barrios y asentamientos; colaborar en centros barriales que acompañan situaciones de adicción; animación de otros jóvenes; actividades en espacios educativos, como apoyo escolar y acompañamiento de niños; acciones de respuesta a emergencias; entre otras.
Con el Papa Francisco, sueño con que los jóvenes puedan seguir abriendo espacios en Cáritas e inicien creativamente nuevas experiencias.

Por Ezequiel Herrero• redaccion@boletinsalesiano.com.ar

Boletín Salesiano, mayo 2017

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