Con las palabras justas

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Cuatro de la tarde, hora de la innegociable siesta pampeana, un grupo de jóvenes del instituto San Juan Bosco de Victorica, La Pampa, se encuentran para compartir unos mates. Fueron invitados a charlar sobre educación sexual y cuentan que eso les generó “entusiasmo y curiosidad”. Sofia, Juan, Emilio, Facundo, Cielo, Rebeca, Victoria y Karen son alumnos de los últimos años y compartieron sus pareceres, certezas y dudas al momento de abordar la educación sexual.

¿Qué pensamos cuando hablamos de sexualidad?

Mientras arranca la ronda de mate, los chicos y chicas van compartiendo con timidez algunas respuestas, mientras otros escuchan y confirman lo que algunos expresan. “Es hablar del cuidado del cuerpo a la hora de tener relaciones”, afirma una de las chicas. Otras se suman: “Que sean consentidas y todo eso”.

Los chicos también aportan su perspectiva: “Para mí tiene que ver con los métodos anticonceptivos”. “También con el cuerpo, la intimidad”. “Las personas y cómo nos relacionamos”. Por último, una de las chicas añade: “Y temas de género”.

La ronda del mate sigue girando y los chistes forman parte de la mateada, y entonces todos van entrando en confianza. Una de las chicas cuenta: “Yo siempre hablo estos temas con mis amigas” y mira con complicidad a sus compañeras. “Capaz hay cosas que buscás por Internet, dice uno de ellos. “En el hospital podés ir a preguntar”, dice otro. “Sí, yo le hago consultas a mi doctora”, comparten entre ellas.

“Hay que informarse, muchas de las cosas que escuchamos son mitos”

¿Con quienes hablan de sexualidad?

“Yo con mi vieja. Siempre que nos quedamos solas ella me dice alguna cosa o me hace una broma y hablamos”, comienza una de las chicas. El resto coincide en que por lo general hablan con sus papás y mamás. Pero enseguida otra completa: “Yo por lo general hablo con mis amigas, que son más grandes”.

La escuela también aparece como un lugar para hablar de estas cuestiones. Recuerdan que allí han participado de distintos talleres y charlas, y cuentan que una doctora ofrece un espacio de consultas individuales dentro del colegio. Si lo solicitan, suele organizar talleres para compartir con todo el curso. “Cuando le pedís va al aula y ahí hace una charla y nos explica esto de los cuidados”, dice uno de los chicos. “Sí, de todo —agrega otro—. También de los métodos anticonceptivos y cómo usarlos”.

Las experiencias no siempre son positivas. Una de las chicas recuerda una anécdota en particular: “Nos mostraron imágenes en la pantalla y nos dio mucho asco. Nos levantamos y nos fuimos”, dicen algunas chicas y chicos. Otro de los chicos agrega: “Capaz que la charla puede salir cuando alguna compañera tuya queda embarazada. Te empiezan a hablar de cuidarte y eso”.

Una de las chicas cuenta que por ser más grande que sus compañeras de curso, se le acercaban y le consultaban a ella. “¡Yo les tenía que explicar!”, se ríe, como sorprendida de esa situación. También cuentan que hablaban con un compañero y se compartían las sensaciones y experiencias vistas desde los varones y las mujeres.

La escuela aparece como un lugar elegido por los jóvenes y adolescentes para hablar de educación sexual.

¿Qué tienen que tener en cuenta los adultos al hablar con los jóvenes?

Renovamos el mate, dulce y amargo. Una de las chicas abre el juego diciendo: “Hay que saber, y no hablar por hablar”. Otra afirma: “Claro, hay que informarse. “Cuando tuvimos una charla en la hora de Biología con la doctora nos contaba que muchas cosas que escuchamos son mitos. Y que muchos los repiten sin saberlo”.

¿Cuándo se les presenta alguna duda o quieren saber algo, dónde buscan información?

Google o Internet, opinan instantáneamente. Y aclaran: “Hay que buscar en otro lado para chequear la información”. Sin embargo, una de las chicas se anima a disentir: A mí no me gusta buscar en Google. Pregunto con mi doctora, y listo. Voy todos los meses a mi ginecóloga. O cuando me pasa algo o siento que me incomoda algo de mi cuerpo”.

Otra de las chicas cuenta que lo charla con sus amigas, y elije preguntar sobre los temas que desea, mientras que otra agrega: “Yo por lo general no pregunto, escucho lo que hablan mis amigos y amigas y ahí me entero de un montón de cosas”.

Hablar con respeto y generar un clima de confianza son algunas de las cosas que consideran necesarias para abordar este tema. Que otros puedan escucharlos y brindar información. “Hablar, siempre hablar, pero con respeto”, es una de las expresiones que más comparten.

Reconocen que es un tema que suele ser “tabú” entre jóvenes y adultos. Narran distintas experiencias transitadas en la escuela. Algunas las recuerdan como situaciones exageradas e incómodas, a la vez que se animan a pensar alternativas que partan de la confianza y el respeto a la intimidad de cada uno.

A medida que hablan tienen la certeza de que, hoy en día, “el tema está más difundido” y por lo tanto es necesario trabajarlo también con los más chicos.

Un grupo de jóvenes alumnos del instituto San Juan Bosco de Victorica, La Pampa, compartieron unos mates en una cálida tarde de domingo para hablar sobre el uso de las redes sociales. Las respuestas a las preguntas son un resumen de lo conversado.

¡Animáte a repetir la experiencia en tu grupo, escuela o capilla y dale también la voz a los jóvenes!

Por Juan Martín Sparvieri y María Rocío Sponton

BOLETÍN SALESIANO – ABRIL 2019

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